Antes de abordar el cultivo de la alcachofa dejaremos bien claro que no es lo mismo nutrición y fertilización. La fertilización es una práctica que conlleva el aporte de fertilizantes para una correcta nutrición del cultivo, es decir, una herramienta de la nutrición vegetal. Un cultivo puede fertilizarse con alta cantidad de fertilizante y sin embargo no estar bien nutrido (de hecho, es lo que sucede en la mayoría de los casos).
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La fertilización es la acción de agregar fertilizante, en cambio la nutrición es un concepto más amplio, que abarca al anterior, pero que tiene en cuenta todos los factores que influyen sobre el balance de nutrientes minerales que realmente necesita la planta para su crecimiento, desarrollo y producción de granos. Por lo tanto, se usa a la fertilización, entre otras prácticas, para nutrir a los cultivos.
El cultivo de la alcachofa es exigente en nutrientes dado su gran desarrollo foliar y la alta velocidad de producción de inflorescencia.
El nitrógeno, fósforo y potasio son elementos muy importantes en las plantas. El nitrógeno influye fundamentalmente en el crecimiento vegetativo, el fósforo en la calidad y precocidad de producción de capítulos y el potasio en la vigorosidad de los tejidos y en la resistencia a la sequía y a las heladas, puesto que disminuye la transpiración de la planta.
En España, una producción de 15.000 kilos por hectárea de alcachofa extrae 150 Kg de nitrógeno (N), 60 kg de fosfórico (P2O5) y 180 Kg de potasa (K2O), no considerándose la extracción de hojas que retornan al suelo. Las hojas y los tallos de las plantas extraen el 60% de N, el 50% de P2O5 y el 80% de K2O, mientras que los capítulos consumen el 30% de nitrógeno y fósforo, y un 45% de potasio.
La alcachofa es exigente en calcio y magnesio, absorbiendo alrededor de 18 Kg/ha de calcio y 28 Kg/ha de magnesio, elemento importante en la formación de la clorofila. El porcentaje de calcio extraído por el follaje es de 69,7%, la inflorescencia 24,7% y en raíz 5,6%. En magnesio, el follaje extrae el 61,7%, la inflorescencia 28,6% y la raíz 10,7%.
Las hojas y las inflorescencias tienen un crecimiento mayor que las raíces, y por lo tanto requieren más nutrientes para su desarrollo. La necesidad de nutrientes depende, entre otros factores, de la fase fisiológica en la que se encuentra la planta.
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Las extracciones de nutrientes se producen durante todo el ciclo biológico de la alcachofa y sin emabrgo, hay una mayor exigencia nutricional de la planta durante los meses de formación de las cabezuelas.
Estudios revelan que el fósforo es el macronutriente que menos se consume y el potasio el que más se consume, concentrándose este último en hojas y frutos, al igual que el nitrógeno que también tiene su máxima concentración en estos órganos. Por otro lado, la mayor concentración de calcio y magnesio se encontró en las hojas de alcachofa, mientras que la concentración más baja de ambos nutrientes fue observada en los frutos.
En consecuencia, la mayor cantidad de macronutrientes de la alcachofa se concentra en las hojas, siendo las tasas más altas de absorción de macronutrientes durante el período de mayor crecimiento.
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Fuente: www.fertirrigacion.com
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