Uso de sustancias orgánicas y preparados en la fertirrigación: El uso de la fertirrigación permite un gran ahorro de agua y fertilizantes inorgánicos, mezclándolos para formar una solución nutritiva para la agricultura convencional.
Sin embargo, ante los problemas ambientales que puede causar el uso excesivo de fertilizantes se ha impulsado el uso de fuentes más sustentables para suministrar nutrientes a los cultivos, especialmente en la agricultura orgánica.
La agricultura orgánica tiene fuentes limitadas para suministrar nutrientes a los cultivos, por lo que se han probado con diferentes compuestos de origen natural, desde estiércoles maduros hasta compostas elaboradas, pero estos productos son materiales sólidos y generalmente son aplicados antes de establecer los cultivos y la aplicación continua de estos durante el desarrollo del cultivo es difícil.
En este sentido, como alternativa para satisfacer la demanda de los cultivos durante su crecimiento se han analizado el uso de materiales orgánicos líquidos como los lixiviados de compost, lixiviados de lombriz, biofertilizantes, entre otros.
Estas sustancias se pueden aplicar a sistemas presurizados de riego como el goteo facilitando su aplicación, ya que es posible abarcar más superficie en menor tiempo comparado con materiales orgánicos sólidos.
Las sustancias húmicas o humus son compuestos orgánicos de coloraciones generalmente obscuras formados de la descomposición y transformación de restos de plantas mediante la actividad microbiana.
Estás sustancias están formados por ácidos orgánicos que, según sus características, se agrupan en ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, principalmente. Los métodos para su extracción de manera comercial se realizan a partir de la leonardita; un mineral formado por descomposición de materia orgánica hace millones de años.
Los ácidos húmicos es la fracción de las sustancias húmicas que son solubles en medio alcalino, pero insolubles en medio ácido. Mientras que los ácidos fúlvicos es la parte de las sustancias húmicas que son solubles tanto en medio alcalino como en medio ácido.
El uso de estas sustancias en la agricultura trae grandes beneficios al suelo y al cultivo. En primer lugar mejoran las propiedades físicas y químicas del suelo como: porosidad, capacidad de intercambio catiónico (CIC), fertilidad química del suelo, actividad microbiana, entre otras.
Por otra parte ayudan al crecimiento de las plantas, ya que son absorbidas por los cultivos, intervienen en el metabolismo de las mismas, mejoran la síntesis de proteínas y estimulan o actúan de manera similar a las hormonas vegetales.
Se han probado logrando resultados benéficos en muchos cultivos como piña, alfalfa, zanahoria, cebolla, maíz, girasol, lilies, maíz, sorgo, soya, uva de mesa y caña de azúcar.
La aplicación de las sustancias húmicas es viable a través del sistema de riego; se recomienda un mayor porcentaje de ácido fúlvico pues su densidad es menor; no contiene sólidos y es más baja la posibilidad de generar problemas de taponamientos en el sistema de fertirrigación.
Foto: www.groworganic.com
Los extractos de algas son considerados fertilizantes orgánicos que se usan para aumentar los rendimientos de cultivos hortícolas y frutícolas, además, también actúan como bioestimulantes.
Uno de los más utilizados son los extractos de Ascophyllum nodosum; estas fomentan a la planta a producir sus propias hormonas y contribuye en la absorción y translocación de nutrientes presentes en el suelo.
El uso de los extractos de algas se ha acercado a ser un complemento de la nutrición mineral o una parte importante de la nutrición orgánica; aplicados de manera foliar o al suelo en líquido y sólido.
En la agricultura se ha extendido su uso por su contenido de macro y micronutrientes, vitaminas, proteínas, aminoácidos y quelatantes, entre otros. Múltiples estudios revelan beneficios para cultivos como cebolla, brócoli, trigo, chile, cilantro, papa y tomate.
Por su contenido nutrimental (aunque es variable) representa una nueva alternativa para la nutrición vegetal (Cuadro 1), ya que además se usa como controlador de enfermedades foliares.
El té de compost es un extracto líquido formado por materia orgánica sumergida en agua, oxigenado y con una fuente de energía para los microorganismos benéficos. Su uso no está tan difundido como con otros abonos, pero se ha comprobado su efectividad en el cultivo de tomate (Vazquez et al., 2015).
El vermicompost es un abono orgánico que se obtiene a través de la trasformación de los desechos orgánicos por medio de la lombricultura. El té de vermicompost es un extracto acuoso que se consigue por una fermentación aeróbica del vermicompost.
Este producto se puede usar en la fertirrigación debido a su estado líquido y contenido de nutrientes minerales solubles. Se diferencia del té de compost debido a que se tienen indicios que además del aporte de elementos minerales también contiene fitohormonas que estimulan el crecimiento de las plantas.
Foto: earthwormvietnam.com
Los nutrientes orgánicos líquidos incorporados en un sistema de riego por goteo requieren manejos especiales; haciendo énfasis en que las soluciones tienen que estar completamente solubles y libres de sólidos o precipitados que se puedan sedimentar; esto causa daños en cualquier parte del sistema de fertirrigación.
Además, se debe evitar combinar distintos compuestos o asegurar la calidad de la solución y contar con un sistema de filtrado en buen estado; así como brindar mantenimiento continuo.
La gran mayoría de los fertilizantes orgánicos pueden ser aplicados si cumplen con las características que requiere el sistema.
Cabe destacar que la preparación de soluciones nutritivas orgánicas para la fertirrigación es relativamente fácil; lo difícil es lograr homogenizar su contenido nutrimental debido a que cada fuente orgánica que se utilice para el té tiene diferente concentración de nutrientes.
Fuente: www.hortalizas.com
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.
La pruina es una capa cerosa de aspecto blanquecino o grisáceo que se encuentra de manera natural en la superficie de muchas frutas, hojas y tallos.