Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

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Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por www.hortalizas.com, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com.

1. Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo: Adicional a tomar los factores en la degradación del suelo en consideración al comenzar a cultivar el suelo, es importante emplear prácticas alternativas de manejo y conservación del suelo y el agua, según los distintos suelos y ambientes agroecológicos.

Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

Se recomiendan las siguientes estrategias de manejo:

  • Labranzas conservacionistas: labranza vertical, labranza mínima, labranza reducida, siembra directa que incluyen menor laboreo, dejando más del 30% de los rastrojos en la superficie del suelo aportando materia orgánica y evita erosión.
  • Cultivo bajo cubierta de rastrojos y cultivo en sistemas Lister o en camellones, para áreas con problemas de drenaje o con déficit de agua (árida y semiárido). Siembra con arado de cincel. La aplicación de yeso mejora las propiedades físicas del suelo, aumentando la captación de agua y la exploración radicular, además se mejora la fertilidad, facilitando la disponibilidad de azufre y calcio, de fácil asimilación para la planta.
  • Rotación de cultivos dentro de un sistema de agricultura continua, alternando distintos cultivos agrícolas para obtener una extracción eficiente de nutrientes y mejor control de malezas y plagas.
  • Control y recuperación de cárcavas: Medidas agronómicas y estructurales (mecánicas). Obras longitudinales (muros, espolones) y transversales (diques, gaviones, fajinas). Estas obras de conservación evitarán la erosión hídrica.

2. Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

  • Recuperación de suelos ácidos mediante enmiendas y de suelos alcalinos sódicos mediante el agregado de yeso (sulfato de calcio) y lavados con agua de calidad.
  • Uso eficiente de fertilizantes químicos y estiércoles, para evitar salinización, fitotoxicidad, contaminación de aguas. Se obtienen mejores resultados si se combinan con biofertilizantes como compostas, abonos fermentados, lombricomposta que aportarán materia orgánica, microorganismos benéficos. Además en el uso de acolchado plástico ayudan a recuperar los organismos biológicos que hayan muerto con
    ese uso.
  • Cultivo en franjas: Alternancia de franjas protectora (pastos, cultivos densos), con franjas protegidas de cultivos de escarda ó densos. Cultivo en franjas en contorno para control de erosión hídrica y franjas cortando los vientos predominantes para control de erosión eólica para no dejar el suelo desnudo. Las franjas pueden ser de uno o dos cultivos (de verano y de invierno) y una de pastos.

3. Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

  • Abonos verdes: Recuperación de la fertilidad con cultivos de leguminosas ya que fijan nitrógeno, reducen contaminación por nitratos y fósforo, fijan CO2 y secuestran carbono del suelo.
  • Construcción de zanjas o acequias: con estas prácticas se retiene el agua y cantidades importantes de suelo que se reintegra a las parcelas de cultivo en el momento que se les da mantenimiento a las mismas. Delimitan parcelas vecinas que no tienen obras de conservación, limitando efectos negativos de escorrentías que pudieran ocurrir.

Factores en la degradación del suelo

Un ecosistema es un área específica donde seres vivos como microorganismos, plantas, hongos y animales se desarrollan y conviven mutuamente mediante procesos biológicos propios de cada especie, en un medio ambiente caracterizado por factores como agua, suelo, latitud, altitud, clima, localización geográfica, topografía, etc.

El subsistema suelo es fundamental para todo ecosistema, siendo soporte biológico en ecosistemas terrestres. Proporciona nutrientes para las plantas y microorganismos e interviene en ciclos de carbono, azufre, nitrógeno y fósforo como parte en el equilibrio de los ecosistemas.

Además, funciona como filtro y amortiguador que retiene sustancias, protegiendo las aguas subterráneas y superficiales contra la penetración de agentes nocivos.
Existe el mito de que el suelo es un recurso natural renovable — que podría regenerarse en cierto tiempo a su estado natural — pero no lo es; su formación y recuperación puede tomar miles de años.

El suelo se forma por acción de factores como viento, temperatura y agua, que lentamente desmenuzan las rocas hasta reducirlas a pequeñas partículas, que al unirse con restos de plantas y animales conforman el suelo nuevo.

4. Manejo sustentable para evitar la degradación del suelo

Factores de degradación

Estos factores están determinados por la calidad del suelo que incluyen componentes de sus propiedades físicas, químicas, y biológicas dentro de límites establecidos por el clima y ecosistema que están relacionados entre sí. Como productor, debe tomar los siguientes factores del suelo en consideración.

1. Degradación física

Los procesos físicos son erosión (hídrica y eólica), deterioro de la estructura, compactación (suelo encostrado) y piso de arado (efecto de labranzas repetidas con arado; causando el arrastre de materiales finos del suelo a una profundidad próxima a los 30 cm de profundidad; creando una capa densa, muy dura, poco penetrable por el agua y por el sistema radicular).

La degradación se acentúa cuando en suelos degradados se pasa del sistema de labranza convencional al de siembra directa.

2. Degradación química

Aquí se presenta pérdida de fertilidad y de materia orgánica, salinización y alcalinización. La salinización natural del suelo es asociada a condiciones climáticas de aridez y a la presencia de materiales originales ricos en sales que — en cierto grado aceptable para la planta — favorece la aglutinación de las partículas del suelo, volviéndose más permeable; aumentando el crecimiento radicular y aumentando la aireación.

El suelo se degrada por sales cuando se aplican cantidades excesivas de fertilizantes o se riega con agua rica en sales. Por otro lado, un suelo sódico aumenta la dispersión de las partículas del suelo, especialmente las arcillas, por la acción de los iones del sodio, destruyendo la estructura de este.

Los suelos sódicos tienden a hincharse cuando se mojan, luego se endurecen y cuartean cuando están secos, desarrollando una costra dura, seca, cuarteada y agrietada en su superficie.

3. Degradación biológica

El suelo es un hábitat lleno de diversidad biológica formada por grupos microbianos que lo habitan tales como hongos, actinomicetos, bacterias, protozoos, etc.; que mejoran las condiciones del suelo acelerando la descomposición y mineralización de la materia orgánica.

Sus procesos de antagonismo o sinergía permiten un balance entre poblaciones dañinas y benéficas, disminuyendo ataques de plagas y enfermedades. La degradación se da cuando se hacen quemas, se usan cubiertas plásticas o se desinfecta el suelo con agroquímicos provocando que estos organismos biológicos mueran.

Fuente: www.hortalizas.com

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