'Fronteras' de la agricultura impulsadas por el clima plantearían importantes riesgos ambientales
La futura agricultura en regiones que anteriormente no eran adecuadas para la agricultura podría afectar significativamente la biodiversidad, los recursos hídricos y las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.
A medida que el clima de la Tierra se calienta, algunas regiones en altitudes y latitudes más altas pueden volverse más adecuadas para la agricultura; lo que podría ayudar a alimentar a una población mundial en crecimiento.
Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que estas "fronteras" agrícolas representan una amenaza para la vida silvestre, los recursos hídricos y otros factores ambientales. Dichos riesgos son poco conocidos a nivel global.
Para ayudar a aclarar estos riesgos, Lee Hannah del Conservation International's Betty and Gordon Moore Center for Science en Arlington, Virginia, y sus colegas realizaron un análisis de modelado global -primero de su tipo- de los cambios impulsados por el cambio climático en la idoneidad de los cultivos y sus efectos ambientales.
El análisis incorporó las predicciones de 17 modelos climáticos globales y permitió la evaluación de la idoneidad futura de diferentes regiones para 12 cultivos clave; incluido el maíz, el azúcar y el algodón, informó Science Daily.
Los resultados del modelo sugieren que el cambio climático aumentará la cantidad global de tierra adecuada para cultivos clave en más del 30%; principalmente en las latitudes altas del hemisferio norte y en las montañas de todo el mundo.
La agricultura en estas fronteras podría contaminar los recursos hídricos aguas abajo que sirven a 1.800 millones de personas. También podría disminuir la biodiversidad en las montañas tropicales; las fronteras previstas se superponen a 19 puntos críticos de diversidad global, así como a hábitats críticos para las aves.
Además, la agricultura en las fronteras agrícolas tiene el potencial de liberar a la atmósfera hasta 177 gigatoneladas de carbono almacenado naturalmente en los suelos fronterizos.
Esta cantidad es equivalente a más de 100 años de emisiones actuales de dióxido de carbono en EE. UU., y su liberación podría acelerar el calentamiento global.
Los nuevos hallazgos podrían ayudar a dar forma a los esfuerzos para administrar la agricultura en las fronteras agrícolas; de modo que las comunidades puedan beneficiarse de las nuevas tierras de cultivo y mitigar las consecuencias ambientales.
Los autores agregaron que "en un mundo en calentamiento, habrá nuevas oportunidades y desafíos en el norte. Este trabajo destaca cómo debemos abordar la idea de desarrollar nuevas tierras de cultivo con mucha cautela y ser extremadamente conscientes de los posibles impactos ambientales negativos".