Estudio identifica el papel clave de una molécula en el crecimiento de las raíces de las plantas
De acuerdo con la información entregada por la Agencia CyTA-Leloir, investigadores argentinos lideraron un estudio internacional que identifica el papel clave de una molécula en el crecimiento de las raíces de las plantas.
La investigación permitió que los investigadores pudieran comprender algunos de los mecanismos, mediante los cuales las plantas adaptan su desarrollo en función del ambiente.
Lo anterior, según el jefe de laboratorio en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, doctor, Federico Ariel; es “algo de suma importancia a la hora de pensar estrategias de agricultura sustentable en un contexto de cambio climático”.
Ariel agregó que “entender, gracias a la ciencia básica, cómo las plantas encienden y apagan genes en respuesta a su entorno; nos permitirá desarrollar herramientas frente al calentamiento global; y otros factores que ponen en peligro la producción de alimentos a nivel nacional y mundial”.
Genes en plantas
La información hereditaria de las plantas, al igual que de los animales, está codificada en genes.
Sin embargo, la mayor parte del ADN no guarda instrucciones para fabricar proteínas; y según la Agencia CyTA-Leloir, es por esto que se le llamó “ADN basura” o incluso “materia oscura”.
“En los últimos años, sin embargo, numerosos estudios han mostrado que, en realidad, esas secuencias enigmáticas pueden transcribirse a ARNs ‘no codificantes’; que cumplen muy diversas funciones en el desarrollo de los seres vivos”, explicó Martín Crespi; doctor en biología y director del Instituto de Ciencias de Plantas París-Saclay (IPS2), en la localidad de Gif-sur-Yvette.
En este contexto, Crespi, Ariel y otros investigadores descubrieron en este estudio que un ARN no codificante llamado “APOLO” cumple un papel clave para que se coordine la expresión de los genes que regulan el crecimiento de las raíces.
Tal como revela la revista “Molecular Cell”, los investigadores realizaron experimentos con Arabidopsis thaliana, un modelo vegetal que comparte mecanismos biológicos con cultivos de importancia agrícola.
“Descubrimos que APOLO modula la distribución de la información genética de las plantas en tres dimensiones”, explicó Ariel a la Agencia CyTA-Leloir.
Ariel añadió que “de esta manera, los genes adoptan una posición para que puedan ser activados por las hormonas vegetales (auxinas) y las raíces adapten su crecimiento”.
Finalmente, Ariel recalcó que, en función de estos resultados, “se plantea el nuevo desafío de encontrar moléculas homólogas a APOLO; que cumplan una función equivalente en cultivos de importancia agronómica y alimentaria como el tomate, lo cual podría convertirse en la llave para aumentar su capacidad de aprovechamiento del agua y nutrientes del suelo”.