Por Miguel Ángel Sánchez, PhD, Director Ejecutivo de ChileBio
La biotecnología, en el contexto del mejoramiento genético vegetal, en los últimos 25 años ha permitido obtener variedades vegetales con ciertos atributos deseados por los agricultores. El objetivo principal ha sido ofrecer productos que resuelvan los problemas en el campo para la producción de alimentos.
En un comienzo aparecieron los cultivos transgénicos, a los cuales se les introduce genes de otros organismos de la naturaleza, para que estos produzcan proteinas específicas, y éstas a través de su función mejoren un atributo de interés.
Por otro lado, recientemente las técnicas de edición de genes están arremetiendo a nivel global con el objetivo de realizar cambios específicos y precisos en el genoma de las plantas. Estos cambios, o ediciones, los cuales se heredan a la descendencia, permiten entre otros objetivos silenciar o “apagar” genes, es decir que se deje de producir una proteína específica para lograr la mejora de interés.
Los productos o plantas resultantes son libres de genes provenientes de otros organismos, diferenciándose de los transgénicos. Estas técnicas de edición de genes permiten obtener cambios en los genes que también ocurren en la naturaleza, pero aquí se consigue el cambio específico, de forma precisa, sin afectar otros genes, y en tiempos muy cortos.
Algunos ejemplos de productos editados genéticamente que aun no se comercializan:
Silenciando un solo gen se han obtenido vides con mayor resistencia a enfermedades causadas por la infección de Botrytis cinerea, hongo que causa pérdidas significativas en las cosechas de cada año a nivel mundial.
De la misma forma se han desarrollado plantas de pepino resistentes a distintas enfermedades virales al mismo tiempo.
Por su parte, editando un gen, se han obtenido plantas de lechuga con tasas de germinación de semillas por sobre el 70% a 37ºC, mientras semillas de una lechuga no editada no germinan a esa temperatura.
En tomate se ha podido incrementar los rendimientos produciendo una mayor cantidad de frutos por planta, editando un gen relacionado a la floración.
Editando 2 genes se ha logrado obtener naranjos resistentes al cancro de los cítricos, enfermedad grave y altamente contagiosa causada por la bacteria Xantomonas citri.
También se ha desarrollado un trigo editado apto para celiacos. El gluten es una mezcla homogénea de dos proteínas: la glutenina y la gliadina, y es esta última la causante de la celiaquía. En este caso se silenciaron 35 de 45 genes que producen gliadinas en el trigo. Ya se cuenta con resultados alentadores en ensayos con pacientes celíacos.
Ya se comercializa una soya editada que produce aceite con un perfil de ácidos grasos que contiene aproximadamente un 80% de ácido oleico, un 20% menos de ácidos grasos saturados y cero grasas trans en comparación con el aceite de soya normal, haciéndolo un aceite más saludable.
Existen muchos ejemplos de hortalizas, frutas y cereales editados que se encuentran en etapa experimental. Sin duda la biotecnología a través de la edición de genes aportará considerablemente para poder adaptarnos a los desafíos climáticos, a tener una agricultura más eficiente y amigable con el medio ambiente, y a producir alimentos más nutritivos. Es decir a tener una agricultura más sostenible.
A pesar de lo anterior, en el debate público existe una mala percepción de estas herramientas principalmente por el desconocimiento que hay en la población sobre temas como biotecnología, mejoramiento genético, los propios transgénicos y agricultura. Entonces, frente a este fenómeno surge la pregunta: ¿Conviene trabajar con biotecnología vegetal?
En primer lugar, tienen mayor precisión para mejorar una característica determinada sin afectar otras, resultando además en considerable menos tiempo para la obtención de un nuevo producto. Además, tienen el potencial de solucionar necesidades y problemas relevantes en el ámbito agrícola.
Así, mediante biotecnología se ha hecho más eficiente el control de insectos plaga (disminuyendo las aplicaciones de insecticidas en el campo), y de malezas (reemplazando ciertos herbicidas tóxicos utilizados en la agricultura convencional por otros más amigables con el medio ambiente). Hoy el foco está en enfrentar los desafíos climáticos.
Y ¿Cuán seguras son estas herramientas? La precisión con la que actúan estas técnicas las hace per se muy seguras, en comparación a las técnicas tradicionales de mejoramiento genético. No obstante, cada país somete a los nuevos vegetales con genes provenientes de otros organismos de la naturaleza, a completos análisis de riesgo, lo cual permite descartar y asegurar que los productos finales no tengan efectos adversos en la salud humana y animal; así como tampoco en el medio ambiente.
En conclusión, podemos afirmar que la biotecnología vegetal contribuye a una agricultura más sostenible y su sociabilización permitirá ir avanzando en su aceptación.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.
La flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima), también conocida como poinsettia, es una de las plantas más icónicas de la temporada navideña. Sin embargo, mantener su belleza y garantizar su crecimiento saludable requiere atención y cuidado específico.