Chile: País clave para el desarrollo de la biotecnología agrícola a nivel mundial
De acuerdo a un estudio publicado por el doctor en Ciencias Biológicas y Director Ejecutivo de ChileBio, Miguel Ángel Sánchez, en la revista británica GM Crops & Food, Chile se ha convertido en uno de los principales actores mundiales en la producción de semillas para mercados de contra estación y con fines de investigación para el desarrollo de nuevas variedades vegetales de interés agrícola.
“Chile tiene un papel clave que contribuye a la reducción de la escasez de producción de semillas en el hemisferio norte y a acelerar el desarrollo de nuevos híbridos, cultivares y organismos genéticamente modificados (GM). Las semillas que Chile produce para la exportación incluyen una cantidad considerable de semillas transgénicas”, explicó Sánchez.
La publicación muestra que entre 2009 y 2018 se han sembrado en Chile más de 1.080 productos transgénicos distintos para multiplicación de semillas y/o con fines de investigación.
Por su parte, también se destaca que todos los productos transgénicos de maíz, soja y canola que se comercializaron a nivel mundial en 2018, han pasado por Chile al menos una vez durante los últimos 10 años para la producción de semillas o actividades de investigación de campo.
Y es que el mercado global anual de semillas transgénicas ha sido valorado en USD 20.07 mil millones, y se proyecta que alcance los US $ 30.24 mil millones para fines de 2026, exhibiendo una tasa de crecimiento anual compuesta de 5.3%. El principal adoptante de cultivos modificados genéticamente es Estados Unidos con 75 millones de hectáreas o aproximadamente el 39% de casi 191.7 millones de hectáreas de adopción global en 2018.
Uno de los principales factores detrás de esta historia de éxito es el constante apoyo gubernamental de los Estados Unidos a la biotecnología y la existencia de un marco regulatorio basado en ciencia. Otros países que lideran la adopción mundial de cultivos GM son Brasil, Argentina, Canadá e India.
De acuerdo con los datos de la Federación Internacional de Semillas (ISF), Chile es el principal exportador de semillas transgénicas del hemisferio sur, con respecto al suministro de mercados de contra estación en el hemisferio norte.
Además, debido a una serie de ventajas competitivas, que incluyen un marco regulatorio predecible y basado en ciencia para la producción de semillas biotecnológicas, Chile ha experimentado una inversión significativa en tecnología y programas de investigación para semillas biotecnológicas.
“Chile ha producido semillas transgénicas de alta calidad bajo estrictos controles de campo para fines de reexportación durante más de dos décadas, y otro factor que ha contribuido a esta producción ha sido la coexistencia efectiva lograda entre las actividades de semillas transgénicas y no transgénicas”, destacó Sánchez.
La razón es que la industria de semillas ha establecido una autorregulación estricta, que al mismo tiempo está estrechamente controlada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), agencia reguladora que forma parte del Ministerio de Agricultura y se encarga de la vigilancia de las actividades de semillas transgénicas en Chile.
El artículo distingue una serie de ventajas que han distinguido las capacidades de la cadena de suministro chilena y contribuido a mantener su liderazgo en relación con otros países productores de contra estación.
Sus principales fortalezas consisten en la credibilidad internacional y trayectoria de agencias estatales (SAG, aduanas); condiciones climáticas estables y variadas que benefician el cultivo de una amplia gama de cultivos; aislamiento geográfico por el océano, las montañas y el desierto más árido del mundo, lo que disminuye la incidencia de plagas; implementación de tecnología de punta; calidad y profesionalismo de la industria; estabilidad política y legal, garantizando la seguridad de las actividades, programas y contratos; instalaciones de exportación adecuadas; acuerdos de libre comercio con todos los mercados principales; y una regulación robusta y estricta que se adapta tanto a las necesidades de los desarrolladores públicos como privados y a las operaciones de la industria de semillas.
Finalmente, se destaca que Chile ya cuenta con un enfoque regulatorio para las nuevas técnicas biotecnólogicas de mejoramiento genético vegetal. Este enfoque debería contribuir a mantener a Chile como un actor clave en el mejoramiento genético, la innovación tecnológica y el desarrollo de la biotecnología agrícola a nivel mundial.