Manual básico para el cultivo de orquídeas en casa
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Manual básico para el cultivo de orquídeas en casa
A continuación le presentamos un pequeño manual con consejos para cultivar orquídeas en casa. Fotos y datos técnicos.
Como cultivar orquídeas. Aspectos a tener en cuenta.
Las orquídeas son plantas muy exóticas de flores hermosas, que son cultivadas en todos los lugares del mundo. Todas las orquídeas se reúnen en la familia Orchidaceae que abarca cerca de 30 000 especies y 65 000 híbridos. Pueden abarcar numerosos hábitats, desde bosques lluviosos a miles de metros sobre el nivel del mar, hasta climas muy secos de zonas áridas.
Las orquídeas pueden ser silvestres o híbridas. Generalmente las silvestres pueden cultivarse al aire libre, siempre que las condiciones climáticas sean las adecuadas, por el contrario, las híbridas casi siempre requieren de invernaderos.
Colección de orquídeas del género Phalaenopsis
Período de crecimiento
Unas de las cosas que más necesitamos conocer para el cultivo de orquídeas, es el ciclo de crecimiento. Los ciclos son diferentes para cada especie. El período de crecimiento no es más que el tiempo en que la planta emite nuevos brotes, raíces y pseudobulbos. Es fácil de notarlo, porque las puntas de las raíces se tornan más claras.
Es muy importante durante este período, regar continuamente porque el metabolismo de la planta se acelera. En muchas especies este ciclo comienza con la primavera.
Alternado con los períodos de crecimiento están los de reposo, donde aparentemente la planta no se desarrolla. Durante este tiempo muchas plantas pueden perder, incluso las hojas.
Estos períodos son muy difíciles de predecir, porque pueden ser diferentes para muchas especies.
Lo más importante para el cultivo de orquídeas
Lo más importante para cultivar orquídeas es conocer el hábitat en que la planta se desarrolla, para poder simular al máximo estas condiciones.
Orquídea epífita creciendo sobre sustrato para epífitas
Hay que tener en cuenta que no podemos cultivar todas las orquídeas, pues hay que seleccionarlas de acuerdo con las condiciones que tengamos.
Los criterios que debemos tener en cuenta para saber si nuestro cultivo tiene éxito, son primeramente, que las raíces estén saludables, que las hojas tengan la textura y la consistencia adecuada y el tamaño de los nuevos brotes. Los brotes deben ser cada vez más robustos.
Condiciones de Iluminación
El factor más importante para tener en cuenta en el cultivo de orquídeas es la intensidad de la luz que reciben, pues de la luz depende su crecimiento. La iluminación también es muy importante para la floración de la planta.
Una forma de saber si la iluminación es correcta es observando el color de las hojas. Cuando la iluminación es correcta, las hojas son de color verde no tan intenso, si la iluminación es excesiva las hojas serán amarillentas y si es escasa serán de color verde muy intenso. Cuando la iluminación no es suficiente también se puede observar un alargamiento de los pseudobulbos en busca de la claridad.
Existen especies que para su correcto desarrollo necesitan de pleno sol, por ejemplo las especies de los géneros Vanda, Myrmecophila y Spathoglottis.
Hay otro grupo que necesita mucha luz, pero los rayos del sol no deben incidir directamente sobre la planta. Dentro de este grupo están los géneros Dendrobium, Cattleya, Encyclia, Laelia y Calanthe.
Otras deben estar en lugares más sombreados como las especies del género Brassia y Phalaenopsis.
Vasos con sustrato para cultivar orquídeas jóvenes
Por último hay otras especies que necesitan mucha sombra porque habitan en los suelos de los bosques. Dentro de estas están Phaius, Paphiopedilum y Bulbophillum.
Temperatura y Ventilación
Las orquídeas deben situarse en lugares dónde la ventilación sea la adecuada, de forma que estén completamente ventiladas para evitar la humedad, y por consiguiente, las enfermedades relacionadas con hongos.
La temperatura es uno de los factores más importantes a la hora de determinar la floración.
La luminosidad está estrechamente relacionada con la temperatura porque un aumento de la luz, podría determinar un aumento de la temperatura.
Riego
Lo más importante para tener en cuenta a la hora de regar además de la humedad, es el período de crecimiento en el cual se encuentra nuestra planta, como explicamos anteriormente. En el período de crecimiento el riego debe ser abundante, mientras que en el período de reposo debe ser escaso.
Las dos funciones del riego son básicamente la hidratación de la planta, y la eliminación de sales que pueden llegar a quemar las raíces.
Orquídea florecida creciendo en maceta
La frecuencia con que debemos regar nuestras plantas depende directamente de la especie que se trate. Por ejemplo las especies del género Phalaenopsis y Doritis necesitan de riego abundante. Las del género Cattleya; Encyclia, Epidendrum, Dendrobium, Brassavola y Brassia necesitan que el sustrato se seque entre riegos pero que permanezca húmedo durante un tiempo breve. Las especies de los géneros Dendrobium, Tolumnia y Vanda necesitan que el sustrato se seque rápidamente.
Hay que tener mucho cuidado a la hora de regar las plantas que se encuentran en macetas, porque la superficie puede parecer seca cuando realmente el sustrato está húmedo. Esto hace que el riego deba ser más frecuente para las orquídeas que tenemos en soportes para epífitas que para las especies que cultivamos en macetas.
Sustrato
La selección del medio en que vamos a cultivar nuestras orquídeas es un paso muy importante. Para la selección del sustrato hay que tener en cuenta el hábitat natural de la planta.
Existen orquídeas terrestres como las del género Bletia, para las cuales el sustrato más adecuado es la tierra. Hay muchas especies de orquídeas epífitas, que se desarrollan sobre árboles por lo que un buen sustrato a utilizar consiste en una mezcla de corteza triturada. También se pueden utilizar trozos de barro, carbón vegetal, cáscara de coco. Las mezclas pueden hacerse utilizando partes iguales de cada componente. El tamaño de los trozos se debe escoger de acuerdo al grosor de las raíces.
Orquídea creciendo en coco
Otras son micoheterótrofas (simbiosis con hongos), se alimentan de la hojarasca en descomposición. Algunas orquídeas del género Encyclia son litófitas, crecen sobre las piedras. En fin, debemos escoger el sustrato teniendo en cuenta el ambiente natural en donde se desarrolla la planta.
Es muy importante que el drenaje sea eficiente, por lo que el sustrato debe contar con partículas pequeñas para que las raíces puedan sujetarse y partículas más grandes que permitan el drenaje.
Macetas y soportes
Para escoger las macetas y los soportes que vamos a utilizar para el cultivo de nuestras orquídeas, también es importante conocer el hábito de estas.
Las orquídeas terrestres se deben plantar en macetas o tierra firme. Para las epífitas se pueden utilizar tanto macetas como troncos. Las macetas son muy utilizadas para el cultivo de este tipo de orquídeas, pero estas deben modificarse para adecuarlas.
Para las orquídeas que necesitan un secado rápido de las raíces son muy convenientes macetas de barro con agujeros grandes en el fondo y en las paredes, para que el agua escurra. Para las que necesitan bastante humedad, son más factibles las macetas plásticas.
Muchos cultivadores prefieren para las epífitas macetas plásticas transparentes, puesto a que estas plantas suelen fotosintetizar por las raíces.
Floración de una orquídea del género Phalaenopsis
El tamaño de la maceta también puede influir en el desarrollo de la planta. La maceta debe escogerse de modo que las raíces se compacten para que la planta quede bien sostenida, por tanto la maceta debe ser lo más pequeña posible. Si plantamos una planta pequeña en una maceta muy grande las raíces se desarrollarán de un modo muy disperso.
Fertilizantes
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de aplicar fertilizantes, es que las orquídeas se desarrollan en ambientes de escasos nutrientes, por lo que debemos aplicar los fertilizantes en muy bajas concentraciones.
La aplicación de fertilizantes debe de ser durante el período de crecimiento de la planta. Generalmente se aplican fertilizantes con sales de nitrógeno, fósforo y potasio, que se deben aplicar una vez por semana. Para estimular la floración es preferente aplicar fertilizantes ricos en fósforo; se deben aplicar durante los meses cercanos a la floración. Los fertilizantes más recomendados son los naturales u orgánicos.
Para la fertilización de estas plantas se emplea preferiblemente agua de lluvia. Otro consejo consiste en alternar fertilizantes orgánicos con químicos, y fertilizar al anochecer.
Afectaciones que pueden presentar las orquídeas. Consejos para evitarlas
Los orquídeas suelen ser muy afectadas por insectos, generalmente por cóccidos, que aparecen como puntos negros en las hojas y en los bulbos. Son muy fáciles de quitar, pues al ser inmóviles, se pueden retirar mecánicamente.
Otros animales que pueden dañar nuestras orquídeas son los caracoles y babosas; en poco tiempo pueden ocasionar daños nefastos. Existen algunos trucos como poner pedazos de cáscara de huevo en las macetas, se pueden colocar trampas de cerveza, o simplemente se pueden aplicar plaguicidas químicos que suelen ser muy efectivos.
Floración abundante de una orquídea terrestre del género Spathoglottis
Otra de las afectaciones que más preocupa a los cultivadores de orquídeas, son las infecciones por hongos que generalmente ocurren por exceso de humedad. Generalmente aparecen como manchas negras en las hojas y los bulbos que suelen afectar seriamente la planta. Si la infección es en una zona delimitada, lo que se suele hacer es cortar la hoja o la parte que está dañada. Pero si la infección es más avanzada se debe aplicar fungicida urgentemente.
Lo que se debe hacer para evitar las infecciones por hongos es evitar el exceso de humedad en el medio de cultivo, evitar la aglomeración de plantas, desinfectar las herramientas antes y después de trabajar con ellas, evitar la aparición de otras plantas (no orquídeas) que se adaptan a nuestras condiciones y proteger a las plantas de las intensas lluvias.
Los virus también pueden ser potentes amenazas para el cultivo de orquídeas. Pueden reducir la calidad de las floraciones y generalmente no hay cura para una planta que se infesta con virus, por lo que lo más aconsejable es eliminar la planta.
Fuente: naturalezatropical.com