Instituciones piden a la Comisión Europea que deje de regular la edición de genes como si fuese transgenia
La comunidad científica europea agrupada en la Red Europea para la Agricultura Sostenible, a través de la EU-SAGE, publicó recientemente una declaración dirigida a la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo Europeos para que se modifique su enfoque regulatorio y se facilite las técnicas de edición genética, con el fin lograr una agricultura sostenible y una mejor producción de alimentos.
La entidad, que reúne a 132 institutos y asociaciones de investigación europeas fundamentó esta convocatoria en el contexto la necesidad de soluciones para una selección más eficiente de cultivos resistentes al clima, menos dependientes de fertilizantes y pesticidas, y que ayuden a preservar los recursos naturales.
Los científicos aconsejan revisar su doctrina referente a los organismos vegetales mejorados mediante edición de genes. Los expertos aducen que los cambios causados por esta técnica, sin la introducción de ADN exógeno, también pueden ocurrir naturalmente, por lo que los vegetales obtenidos de esta forma deben estar exentos de la aplicación de la legislación sobre Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos.
La modificación que se pretende se refiere a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de 25 de julio de 2018, que dificulta el uso de esta tecnología para la mejora de los cultivos en Europa al igualar su trato al de los transgénicos.
“Al regular la edición del genoma, la regulación también debe considerar los beneficios de esta tecnología, incluidas las desventajas de no adoptarla”, dicen, refiriéndose a los países que la aplican.
En este sentido, indican en el texto que hay una necesidad urgente de armonización del marco regulatorio a nivel mundial.
“Los sectores influyentes de la sociedad europea no son conscientes del valor de la innovación en la agricultura, incluido el necesario para preservar las variedades tradicionales. Es necesaria una narrativa para la producción alimentaria europea que incluya la importancia de enfoques innovadores y más eficientes en toda la cadena de valor”, concluye la solicitud específica a los órganos ejecutivos y legislativos de la Unión Europea.
La carta recuerda que para lograr una agricultura y una producción de alimentos más sostenibles, la edición del genoma es una herramienta poderosa, ya que permite el desarrollo de variedades de cultivos mejorados de manera relativamente rápida, simple y mucho más precisa en comparación con las técnicas de cultivo anteriores.
Marcos regulatorios en el mundo y Chile
“El enfoque regulatorio para los cultivos editados genéticamente en Europa está desalineada respecto de las regulaciones existentes en otros continentes. La falta de armonización regulatoria plantea desafíos en el comercio global y el sector de semillas y obstaculiza la innovación y el progreso científico en Europa, que es muy necesario para lograr el Desarrollo Sostenible y los Objetivos del Acuerdo Verde”, dice la declaración abierta.
Países como Estados Unidos, Australia y Japón, entre varios otros, ya han optado por un enfoque regulatorio que favorece la investigación y desarrollo de vegetales mediante edición de genes.
“En Chile y varios países latinoamericanos ocurre parecido a estos últimos países, ya que desde 2017 el Servicio Agrícola y Ganadero SAG, clarificó que un OGM es aquel al que se le ha introducido uno o más genes foráneos. Por lo tanto, si un producto vegetal no contiene ADN proveniente de otro organismo, entonces es considerado convencional y no debe someterse a regulaciones de OGM”, afirma el Director Ejecutivo de ChileBio, Miguel Ángel Sánchez. A juicio del experto, es importante que se escuche la opinión de la ciencia, de tal forma de avanzar hacia una agricultura más sostenible y coherente a nivel mundial.