Sabemos qué compostar y cómo compostarlo. Pero, ¿Qué compostador utilizar? ¿Fase única, progresivo, por compartimentos? Y qué ocurre si surgen problemas. ¿Se identificarlos, se por qué ocurren? ¿Cómo lo soluciono? Dedicamos el post de hoy a responder a todas esas preguntas.
Una vez que tenemos claro cómo hacer el compost, hay que hacerse una serie de preguntas como, qué cantidad de residuos y material compostable podemos acumular a la vez, cuánto uso le vamos a dar al compost (una o dos veces al año, varias veces al mes…).
Una vez se ha considerado este tipo de cuestiones tenemos que elegir qué tipo de compostaje vamos a hacer. Te contamos 5 tipos básicos en función del uso y la cantidad:
El más barato de todos y con menos complicaciones en sus construcción (ninguna). El inconveniente es que no es viable para pequeñas fincas domésticas dado su aparente desorden además del espacio que ocupa y la cantidad de residuo a compostar. Si no es este tu problema entonces es el método más sencillo. Se comienza poniendo en la base ramas grandes o pallets como elemento drenante. A continuación se van poniendo capas alternas de residuos y por último, para protegerlo, lo cubrimos con una capa de paja. Las dimensiones no deberán ser de más de 1.5m de lado por 1.5m de altura.
Evidentemente si solo vamos a tener unos pocos residuos procedentes de nuestro pequeño huerto o jardín, los residuos generados diariamente en la cocina etc, tenderemos a este tipo de compostadores. No suelen ser mucho mayores de 1 m3. Se pueden comprar de plástico reciclado pero hay formas baratas de hacerlos que llevan algún tiempo pero ahorraremos algo de dinero.
PROGRESIVOS
Estos también los podríamos incluir dentro de los domésticos, aunque con alguna ventaja adicional. Son prácticos y fáciles de usar ya que vienen provistos de tapa superior y puertas inferiores que nos permiten ir añadiendo por arriba los diferentes residuos y sacando progresivamente por la parte inferior las fases de compost más descompuestas y listas para utilizar. Podemos hacer uso de un termómetro para el control de temperatura durante el proceso.
Este tipo de compostador se suele utilizar cuando tenemos grandes cantidades de residuo a compostar de una sola vez. Estos se pueden hacer de obra para grandes cantidades.
La forma de operar con estos empieza añadiendo una primera capa de compost ya elaborado que servirá como fermento iniciador. A continuación se irán añadiendo capas alternas de material seco, material húmedo, material grueso con material fino, materias viejas con frescas.
En lugares lluviosos conviene añadir en el fondo ramas gruesas que actúen como drenantes y eviten el encharcamiento.
Tendremos que regular la humedad habitualmente, para regarlo en caso de secarse o añadir material seco y voltear en caso de excesiva humedad.
En realidad no es un compostador en sí, sino 3 juntos. Es una forma de asociar los procesos de los 3 compartimentos de forma que tendremos un proceso de compostaje secuencial. Vamos llenando el primero con el material a compostar que vayamos teniendo disponible.
Cuando este esté lleno, vertemos en el segundo la parte superior menos compostada del primero, e iremos añadiendo material hasta llenarlo. Hacemos la misma operación con el tercero. De esta forma siempre tendremos compost utilizable y siempre estaremos formando nuevo.
Como sabemos, en el proceso de compostaje influyen numerosos procesos bióticos, fermentaciones, descomposiciones etc., realizados por multitud de organismos.
Para que esto se produzca correctamente hemos de tener unas condiciones de temperatura, humedad, oxígeno determinadas que en algún momento podrían ser excesivas o insuficientes, no consiguiendo que el compost se forme correctamente.
Para ello os vamos a dar posibles síntomas, causas y soluciones que podemos encontrarnos en nuestro proceso de compostaje.
Fuente: www.agromatica.es
Un equipo de investigadores del INTA y del Conicet determinó que la revegetación con Brachiaria brizantha mejoró significativamente las propiedades de suelos degradados.
La pruina es una capa cerosa de aspecto blanquecino o grisáceo que se encuentra de manera natural en la superficie de muchas frutas, hojas y tallos.
Una nueva investigación de la Universidad de Florida muestra que los productores pueden ahorrar hasta un 67%, o hasta medio millón de galones por acre por temporada, al alternar los ciclos de riego intermitente por aspersión entre encendido y apagado, logrando el mismo rendimiento.