Manejo del cultivo y principales enfermedades en el cultivo del tomate
El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por Paz Millas O., Ingeniero Agrónomo Dr. Fitopatóloga, INIA-Quilamapu, Pablo Castillo S., Ingeniero Agrónomo, Especialista en Hortalizas, SAE Ltda., para www.inia.cl, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.
Manejo del cultivo y principales enfermedades del cultivo del tomate
El cultivo del tomate: Los tomates de variedades antiguas generalmente se caracterizan por tener un gran sabor en relación a los tomates “nuevos”, pero el mejoramiento de estos últimos, se ha enfocado principalmente en aumentar el rendimiento y el tiempo de poscosecha.
Por esta razón, la productividad de los tomates de variedades antiguas (heirloom) a menudo es baja en comparación con las variedades de tomates híbridos.
Los frutos tienden a tener menor vida poscosecha y menor resistencia a las enfermedades que las nuevas variedades, especialmente de las variedades específicamente mejoradas para ser resistentes a enfermedades. No todas las variedades híbridas son resistentes a enfermedades y muchas de ellas tienen resistencia sólo a algunas de las enfermedades que afectan al tomate.
Es importante mencionar que el manejo descrito en este capítulo corresponde a las técnicas de cultivo base para el tomate en general y no para variedades específicas. El manejo debe ajustarse dependiendo del hábito de crecimiento, la precocidad y el potencial de rendimiento específico de la variedad, independientemente si la variedad es “nueva” o “antigua”.
Manejo del cultivo del tomate
Las prácticas de manejo tienen por objetivo entregar las condiciones de cultivo más apropiadas para el buen desarrollo.
Por esta razón las labores comienzan mucho antes de la plantación con el laboreo de suelo, aplicación de enmiendas y bases fertilizantes.
Prosigue con la construcción de las platabandas de plantación, desinfección de suelos y plantación. Posteriormente se realiza una serie de manejos de conducción, tendientes a dar una estructura a la planta, que optimice el uso del espacio que ocupa, para utilizar bien la luz, tener una buena ventilación, facilitar los manejos sanitarios y la cosecha.
Preparación de suelo
Se realiza una rotura profunda para descompactar y generar un agrietamiento del suelo, a una profundidad de al menos 40 cm. Esto se realiza con arado cincel, escarificador u otro de labranza vertical. No se invierte el suelo. El mullido se realiza regularmente con rotovator o rastra, aunque en este caso, dada la textura de suelo y la pedregosidad, sólo se utiliza arado cincel.
Fertilización base del cultivo del tomate
Para aplicar los elementos necesarios para la adecuada nutrición del cultivo, se aplica una mezcla base de NPK (10-20-20), kg/ha.
Desinfección de suelo
En este caso, dado el uso repetido del suelo en el cultivo de tomate, se hace necesaria la utilización de un fumigante de suelo, que permite reducir temporalmente la presión de patógenos (hongos y nematodos), para que el cultivo se establezca bien, desarrolle un adecuado sistema de raíces y logre rendimientos necesarios para dar rentabilidad al cultivo.
Se recomienda aplicar Triform 35, que es una mezcla de cloropicrina (fungicida) y 1,3 dicloropropeno (nematicida), en una dosis de 40 g/m de mesa de plantación.
Densidad de plantación (mesas) en el cultivo del tomate
La plantación se realiza en un sistema de 4 mesas por invernadero. Los invernaderos tienen aproximadamente 5,8 m de ancho efectivo con un poste central. Se construyen dos mesas por cada lado distanciadas a 1,5 m. Cada mesa tiene 60 cm de ancho y una altura de 30 cm. Para cubrir las mesas se usa mulch de 1,2 m de ancho, fijado con tierra en los costados. Se recomienda usar mulch bicolor (gris – negro), gris hacia arriba, para mejorar control de maleza.
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Fuente: www.inia.cl