En medio de la pandemia las huertas urbanas cobran relevancia debido a múltiples razones. Una de ellas es que los consumidores pueden disfrutar de un acceso más fácil a productos frescos, mayor oferta y mejores precios. Así lo dio a conocer la extensionista de INIA La Platina, Fabiola Sepúlveda, quien está desarrollando un ciclo de charlas sobre herramientas sustentables para diferentes Grupos de Transferencia Tecnológica (GTT) con enfoque agroecológico, en la región Metropolitana.
En ese contexto, invitó a la investigadora de INIA Intihuasi, Constanza Jana, para dictar una charla sobre cómo elaborar un prototipo de huerta urbana, a cerca de 50 pequeños agricultores. Durante la jornada virtual se abordaron diferentes conceptos que ayudan a impulsar este tipo de prácticas.
En cuanto a la ubicación del huerto, la investigadora de INIA Intihuasi explicó que los factores fundamentales para comenzar a diseñar este tipo de proyecto son la luz y agua. “Si el espacio es limitado no importa, pues las alternativas son múltiples, incluso se pueden utilizar maceteros y botellas, pero privilegiando siempre contar con un mínimo de 6 horas de sol (ideal por la mañana y no en horarios de tanto calor) y la cercanía y disponibilidad de agua”, destacó.
Respecto al suelo, la profesional lo calificó como el “cerebro de la planta”, enfatizando en que se deben buscar alternativas de sustrato agrícola. Entre los tipos existentes están orgánicos, inorgánicos y productos de síntesis.
Para las hortalizas, cultivo recurrente en los huertos urbanos, se sugirió utilizar los residuos orgánicos que se encuentran en los hogares. Una forma de minimizar estos residuos es valorizarlos mediante las técnicas de compostaje, lombricompostaje, descomposición controlada de materias primas orgánicas (restos de frutas, verduras, podas, pasto, hojas, entre otros), acción aeróbica, acción de microorganismo y condiciones controlados (agua, oxígeno, temperatura y proporción de alimentos).
Sobre la planificación de las unidades de cultivo, ésta debe ser acorde a los gustos y necesidades de quienes consumirán sus productos. También, se debe considerar la época de siembra, por ejemplo; durante todo el año optar por lechuga, espinaca, acelga, brócoli, papa, betarraga, zanahoria, haba, poroto verde; en época estival por maíz, tomate, zapallo, melón y pimiento-morrón; mientras que en invierno elegir haba, kale, tatsoi.
Otra aspecto a considerar es la asociación de cultivos, para ello se pueden intercalar plantas grandes con otras de crecimiento rápido que al ser cosechadas dejarán espacio libre, establecer plantas cuyo órgano comestible es la hoja al lado de otras que su órgano comestible es la raíz y combinar plantas de diferentes familias, para evitar las transmisión de enfermedades o plagas entre ellas.
“Lo más relevante de las huertas es el trabajo en forma agroecológica, es decir, independizándose de insumos externos. Por ello, el llamado es a preparar su propia materia orgánica y sus bioinsumos; utilizando a la diversidad como método de exclusión de plagas y enfermedades”; enfatizó la investigadora de INIA Intihuasi.
Más informacion sobre huertos urbanos https://biblioteca.inia.cl/handle/123456789/4973
Fuente: www.inia.cl
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