El pulgón es, con diferencia, una de las plagas más conocidas por los agricultores, afectando a una grandísima cantidad de especies de plantas, arbustos y árboles. Sin embargo dentro de los áfidos, como también son conocidos, existen multitud de especies que pueden ser más específicas a la hora de atacar a determinados cultivos. Es el caso del pulgón negro o pulgón negro de las leguminosas, como también es conocido.
¿Su principal diferenciación? El color negro de todo su cuerpo frente a los habituales tonos verdes del pulgón común o pulgón del algodón (Aphis gossypii). ¿Su otra características? Su gran resistencia a los tratamientos insecticidas.
Y es que esto es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los agricultores de hoy en día. No todos los productos son eficaces para todas las especies de áfidos debido a que existen diferencias de comportamiento en la alimentación y morfología de cada uno de ellos.
Este artículo está enfocado a conocer a fondo el pulgón negro (Aphis fabae), aprender a identificarlo y conocer la época donde se reproduce, las partes de la planta donde suele atacar y algunos medios para combatirlo.
Lo primero y más importante entrando de lleno en el artículo es una guía sencilla de identificación. De todas las clases de pulgones que afectan a los cultivos, Aphis fabae destaca por su intenso color negro en todo el cuerpo, algo que lo hace fácil de identificar ya que ofrece un gran contraste con el verdor de la planta y los brotes nuevos donde se suele ubicar.
El pulgón negro de las habas afecta principalmente a las leguminosas, ya que tiene especial predilección por la savia emitida por estas plantas. Sin embargo, afecta a un gran número de cultivos, generalmente hortícolas.
No todos los pulgones negros son Aphis fabae. Por ejemplo, el principal pulgón negro del cerezo es también de este color y está clasificado como Myzus cerasi. Por tanto, las estrategias de control de este insecto son diferentes a las de Aphis fabae.
Y por si no fuera todo, el ciclo del pulgón es muy variopinto. Aphis gossypii Glover, que afecta a muchas especies, entre ellas los cítricos, tiene un estadio en el que la hembra áptera adulta también tiene el cuerpo de color negro.
De todas las versiones de áfidos que podemos encontrar en agricultura, el comportamiento en las plantas es el mismo en todas ellas. Succionan la savia a través de su estilete para extraer todo el jugo celular. Cuando hablamos de poblaciones altas, el volumen de savia extraído puede ser superior al fabricado, por lo que lentamente se va debilitando hasta causar el colapso total de la planta.
Además, el jugo celular contiene muchos azúcares, por lo que origina un aspecto pegajoso en las hojas que atrae a otros insectos (hormigas) y a hongos como fumagina o negrilla, como suele conocerse.
Un problema más grave que la mayoría de pulgones, incluido Aphis fabae, son transmisores de virus, especialmente en cultivo de patata, remolacha y tabaco.
Las principales partes de la planta afectadas por el pulgón negro son, como ocurre con el resto de especies de áfidos, los brotes nuevos y las partes más tiernas de las plantas. Resulta mucho más fácil de acceder y extraer la savia, ya que estos brotes actúan como sumidero de la planta, lo que quiere decir que gran parte de sus recursos (azúcares y fotoasimilados), van a parar a estos nuevos brotes y hojas recién formadas.
Si hemos cultivado especies leguminosas y vemos insectos de cuerpo negro en las hojas y brotes nuevos, poco margen de error habrá al clasificar el áfido como pulgón negro (Aphis fabae). Por ello, su identificación es sumamente sencilla, ya que tienen un tamaño de entre 2 y 3 mm, lo cual son perceptibles a simple vista y ofrecen un gran contraste con el verdor de la planta.
Por otro lado, a diferencia de otros pulgones, como el de los cítricos, el pulgón negro no enrolla los brotes nuevos a consecuencia de la succión de savia, salvo en el caso de la planta de remolacha. Por lo tanto, los síntomas deben ser encontramos por diferencia y contraste de color, algo más fácil que incluso detectar las propias hojas deformadas.
No todas las materias activas frente al género Aphis son igualmente eficaces para el pulgón negro. Actualmente no hay muchos productos autorizados, siendo el más famoso la materia activa Acetamiprid y Deltametrin.
Sin embargo, de acuerdo a respetar la normativa vigente y estar actualizados, es recomendable consultar los productos actualmente autorizados, que son los que ofrecemos en el enlace siguiente.
Aunque el pulgón negro de las habas es un insecto bastante resistente, los tratamientos foliares directamente aplicados sobre la plaga con jabón potásico resultan eficaces si seguimos una estrategia de repeticiones cada 3-5 días.
Estos productos a base de jabón actúan degradando la capa protectora del insecto y eliminando los estados ninfales o huevos que pudiera haber en la planta. Dependiendo de la concentración del producto, las dosis recomendadas son las siguientes:
El equilibrio biológico de la naturaleza permite, algunas veces, realizar un control para evitar que las poblaciones del pulgón negro de las habas se dispare. Frente al pulgón, hay bastantes enemigos depredadores y parasitoides. Vamos a recordar algunos de ellos:
Lucha con depredadores
Parasitoides himenópteros
Hongos entomopatógenos
Fuente: www.agromatica.es
El Instituto Rich Earth de Estados Unidos trabaja para normalizar esta práctica y promover la sostenibilidad, utilizando la orina como fertilizante a gran escala.
Una correcta operación y un adecuado mantenimiento de un sistema de riego tecnificado son elementos claves para garantizar la eficiencia productiva.
Las principales causas del malfuncionamiento de los equipos de riego tecnificado son principalmente por falta de mantenimiento, falta de protocolos en la limpieza.