Tras un año de alzas, el índice de precios de los alimentos de la FAO cae un 2,5 % en junio
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) comunicó que el índice de precios de los alimentos se situó en junio de 2021 en un promedio de 124,6 puntos, es decir, un 2,5 % menos que en mayo, pero aun así un 33,9 % por encima de su nivel en el mismo período del año pasado. El descenso de junio constituyó la primera caída del índice tras 12 aumentos mensuales consecutivos.
De acuerdo con la entidad, la caída de junio obedeció al descenso de los precios de los aceites vegetales, los cereales y, si bien de forma más moderada, los productos lácteos, que compensó con creces el aumento general de las cotizaciones de la carne y del azúcar.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO cayó un 9,8 % en el mes, marcando el nivel más bajo en cuatro meses. Esta importante caída intermensual refleja principalmente el descenso de los precios internacionales de los aceites de palma, soja y girasol.
El índice de precios de los cereales de la FAO registró una caída más moderada, del 2,6 %, desde mayo, pero se mantuvo un 33,8 % por encima de su valor de junio de 2020. Los precios internacionales del maíz disminuyeron un 5,0 %, principalmente por la caída de los precios en la Argentina debido al aumento de la oferta derivado de las últimas cosechas como resultado de unos rendimientos mayores de lo previsto anteriormente.
En junio los precios internacionales del trigo descendieron ligeramente, en un 0,8 %, con un panorama mundial favorable respaldado por la mejora de las perspectivas sobre la producción en muchos de los principales países productores, lo cual compensó casi por completo la presión al alza derivada de las condiciones secas que afectaron a los cultivos en América del Norte.
El índice de precios de los productos lácteos cayó un 1 % en junio y se situó en 119,9 puntos. Cayeron asimismo las cotizaciones internacionales de todos los productos lácteos representados en el índice, siendo la mantequilla la que registró la mayor caída, a causa de un rápido descenso de la demanda mundial de importaciones y de un ligero aumento de las existencias, especialmente en Europa.
El índice de precios del azúcar evolucionó de forma contraria a la tendencia general de los precios de los alimentos, con una subida intermensual del 0,9 % que representa el tercer aumento mensual consecutivo y un nuevo máximo de varios años. La incertidumbre sobre las repercusiones de las condiciones atmosféricas desfavorables en el rendimiento de los cultivos en el Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo ejerció una presión al alza sobre los precios.
El índice de precios de la carne también subió un 2,1 % en el mes de junio, con lo que continuaron los aumentos por noveno mes consecutivo y el índice se ubicó un 15,6 % por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado, pero aun así un 8,0 % por debajo del máximo alcanzado en agosto de 2014.
El pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2021 se ha reducido marginalmente, ubicándose en 2.817 millones de toneladas, de acuerdo con la última Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, publicada hoy. Con todo, la cifra sigue siendo un 1,7 % (47,8 millones de toneladas) mayor que en 2020 y supondría un nuevo récord.
La inseguridad alimentaria y la pandemia
Según la FAO, los efectos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus, sobre todo en términos de pérdida de ingresos, han agravado las vulnerabilidades e incrementado los niveles existentes de inseguridad alimentaria, de acuerdo con el último informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, publicado también el jueves.
La FAO calcula que 45 países de todo el mundo -34 de África, dos de América Latina y el Caribe y nueve de Asia – necesitan asistencia alimentaria exterior, y los conflictos y las perturbaciones relacionadas con el clima siguen favoreciendo los altos niveles de inseguridad alimentaria grave.
En el informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria también se ofrecen los datos más recientes relativos a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA).
De acuerdo con las estimaciones más recientes, se prevé que la producción total de cereales de los 47 PBIDA disminuirá un 2,1 % en 2021 hasta ubicarse en 190 millones de toneladas.
La caída se debe sobre todo al debilitamiento de la producción previsto en los países asiáticos del Cercano Oriente, especialmente en el Afganistán y la República Árabe Siria, donde las prolongadas condiciones de sequía generalizada redujeron los rendimientos y afectaron a las perspectivas de producción de este año.
En cuanto a los PBIDA de África, se prevé que la escasez de precipitaciones en Somalia provocará un descenso considerable de la producción, y también es probable que se produzcan ligeras reducciones en varios países de África occidental, donde los conflictos siguen erosionando la capacidad productiva de los hogares que se dedican a la agricultura. En los países de África austral, se prevé que los aumentos de la producción mejorarán la disponibilidad de alimentos en los hogares y compensarán en parte algunos efectos negativos de la pandemia de la Covid-19.
Los 45 países que necesitan asistencia alimentaria exterior son: Afganistán, Bangladesh, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Congo, Djibouti, Eritrea, Eswatini, Etiopía, Guinea, Haití, Iraq, Kenya, Lesotho, Líbano, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Namibia, Níger, Nigeria, Pakistán, República Árabe Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Popular Democrática de Corea, República Unida de Tanzanía, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Uganda, Venezuela (República Bolivariana de), Yemen, Zamb.