Reducción de partidura en cerezas gracias al uso de hormonas: Se trata de un proyecto Fondecyt que está llevando a cabo el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, en Chile, el cual busca lograr la reducción de la partidura en cerezas a partir del uso de hormonas.
Para conocer más detalles del grave problema que amenaza cada temporada a las cerezas y de qué se trata el proyecto, en Portalfruticola.com conversamos con el Dr. Cristián Balbontín, ingeniero agrónomo e investigador en fitotecnia de frutales menores en INIA.
Balbontín nos comenta que este estudio tiene raíces de otro anterior. En esa fecha, se tenían bastantes antecedentes de los factores fisiológicos que afectaban en mayor o menor grado el desarrollo de este problema, sin embargo, aún faltaba información acerca de cuáles eran los factores moleculares involucrados en la partidura del cerezo, por lo cual se elaboró una propuesta de investigación que fue aprobada por Fondecyt, el año 2011.
“En ese momento nuestra investigación era muy básica, es decir, enfocada a las causas primarias del fenómeno, y por ello nos enfocamos en analizar cuáles podrían ser los genes que están involucrados en determinar una mayor o menor grado de tolerancia. Pudimos encontrar ciertas correlaciones de genes que están relacionados por ejemplo, a la síntesis de cutícula, que es la cubierta impermeabilizante de los frutos, y genes que están involucrados en los procesos de modificación de la pared celular de las células de los frutos, proceso que brinda mayor capacidad de extensión” explica. Lo interesante de ello es también el momento en que ocurrían tales cambios en la expresión de genes.
Así, se llegó a la conclusión que las variedades que son más tolerantes tendrían una cubierta con mayores propiedades impermeabilizantes y más elásticas.
Por otra parte, varias investigaciones nacionales e internacionales han determinado también que la partidura puede ser en gran parte atribuida en sus orígenes con la duración de los estados de crecimiento durante el desarrollo del fruto.
Para entender este punto es necesario recalcar que el fruto de cerezo presenta una curva de crecimiento que se denomina doble sigmoidea. Es decir, el primer crecimiento del fruto se debe a un gran proceso de división celular, para luego entrar un periodo de bajo crecimiento en una fase en la cual la energía de la planta está enfocada a endurecer el carozo y desarrollar el embrión.
Una vez que esa fase se completa, el crecimiento se reinicia, ocurriendo el cambio de color; la acumulación de azúcares y una disminución progresiva de la dureza del fruto.
“Lo interesante de esto, es que durante la primera fase de crecimiento existe una alta síntesis de componentes de la membrana cuticular; o sea, de esta cubierta impermeabilizante. Pero durante la segunda parte de crecimiento, donde más crece el fruto, ocurre un cese de la síntesis membrana cuticular, produciéndose micro fracturas que son similares a estrías en la cutícula, y es ahí donde el fruto queda más sensible a la entrada de agua por lluvia o al aumento de volumen producido por el ingreso de agua desde el suelo a las raíces y finalmente al fruto”, señala el experto.
Esta fue la primera parte del proyecto, y una vez que se definió que estos genes que se expresaban; en mayor o menor medida lo hacían coincidentemente con esta etapa del fruto; se correlacionaron estos resultados con otros, como los inductores del proceso de maduración.
Según explica Balbontín, hay dos clases de fruta en término general, frutas climatéricas que maduran gracias al etileno, el cual gatilla el proceso de maduración, como paltas, manzanas y plátanos, y luego están las frutas que son no climatéricas, es decir, que no responden al etileno, sino que a otras hormonas como al ácido abscísico, el ácido jasmónico, etc.
“Vimos que en otras especies estas hormonas están relacionadas a procesos de modificación de la pared celular y también de producción de membrana cuticular. Ahí hicimos el enlace”.
“Cuando vimos lo que se había estudiado junto con lo que teníamos del proyecto anterior, lanzamos un segundo proyecto Fondecyt que trata de determinar el rol del ácido abscísico y de los jasmonatos en la tolerancia a la partidura en frutos de cerezo”, indica.
Cristián Balbontín explica que el análisis consistió durante la primera temporada en aplicar en diferentes etapas del crecimiento del fruto distintas dosis hormonales, donde se evaluó contenido de azúcares, tamaño, peso, color, textura y lo más importante, cuál era su tolerancia a la partidura, en un test que combina tanto el número de frutos partidos como en tiempo en que ello ocurre.
Esto se conoce como índice de partidura y es el test que comúnmente se aplica para determinar la tolerancia o susceptibilidad de una variedad a este problema.
“Los resultados preliminares nos arrojaron que había ciertas combinaciones de hormonas; y etapas de aplicación, que podían ejercer un mejor efecto en términos de aumentar la tolerancia. De esa forma, elegimos los mejores tratamientos y los repetimos en nuevamente un segundo año".
"Los resultados de las dos temporadas nos indican que efectivamente la aplicación de estas hormonas reduce el nivel de partidura del fruto”, informa Balbontín.
Por ejemplo, una variedad como Bing, que sumergiéndola en el agua, obtiene un índice de partidura cercano al 60%, puede reducirse a un 5% después de la aplicación.
Este proyecto Fondecyt empezó el año 2015 y durará hasta marzo de 2018.
"En esta tercera etapa repetiremos los ensayos y estaremos analizando los frutos de los tratamientos más exitosos desde varias perspectivas. Con la colaboración de la Universidad de Bonn estamos estudiando el efecto de estas aplicaciones; sobre la composición de ceras de los frutos y con la Universidad de Barcelona la dinámica de niveles hormonales".
"Asimismo, junto con Camilo Gutiérrez, estudiante de doctorado de la Universidad del BioBio; haremos un profundo estudio de los genes que están involucrados en este fenómeno bajo la inducción hormonal".
"Hay que resaltar el apoyo de Conicyt-Fondecyt y de la empresa Top Wine Group, ya que sin estos aportes no hubiéramos podido realizar este proyecto".
“Los experimentos exigen una gran cantidad de mano de obra para hacer las aplicaciones y medir los diferentes parámetros de los frutos; asimismo que una gran cantidad de árboles por tratamiento para tener un buen sustento estadístico. Creo que es un buen ejemplo del apoyo sinérgico que puede existir entre el financiamiento por parte del Estado, las ideas de los investigadores y el apoyo del sector privado”.
Fuente: www.inia.cl
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