La estimación temprana de la producción de frutos permite preparar al agricultor para la poda y cosecha. Esto toma gran relevancia en los arandanos enviados como frutos frescos, pues son los que alcanzan mayor valor en los mercados de destino. En este sentido, la detección de las yemas frutales en arándanos, según la estructura donde se desarrollan, cuantifica el potencial del cultivo, para tomar decisiones certeras para las actividades de poda, promoviendo el rendimiento y calidad de la fruta de la temporada.
La estrategia utilizada, para predecir la producción en frutales, es la relaci6n entre brotes de flor, porcentaje de cuaja y producción potencial acorde a cada variedad, lo que implica reconocer dónde se ubican las yemas de interés comercial. La fruta de mejor calidad se produce en ramillas de mayor vigor y de 15 a 25 cm de largo, que se deben privilegiar y fomentar a través de la intensidad de poda, moderada o severa, considerando el vigor de cada planta.
El vigor de la planta, el conteo y medición de las estructuras productivas y yemas florales, así como la cuantificación de las futuras flores de las yemas florales, son las variables que permitirán una precisa planificaci6n. Sin embargo, siempre debe tenerse en cuenta un pequeño porcentaje de pérdida durante la cosecha, que puede alterar, levemente, la correcta estimación de la producción.
Una yema es una estructura compacta cubierta de escamas que, a futuro, será un brote vegetativo o floral. La identificación de las yemas en arándano es relativamente sencilla. Se manifiesta por un recubrimiento con escamas de color café en las yemas florales. Pueden ser simples o dobles, conformando un ramillete floral, fácilmente distinguibles de las yemas vegetativas (Fotos 1 y 2). Se reconocen mejor en invierno por su tamaño y forma, puesto que las florales son mas grandes y redondeadas que las yemas vegetativas.
Fotos 1 y 2. Determinación del tipo de vigor de la planta y estimación de los años.
La época en que comienzan a diferenciarse las yemas florales, tiene directa relación con la detención del crecimiento vegetativo. La primera yema que logra diferenciarse es la que esté en la zona apical de la ramilla.
La inducción floral es el proceso en el cual las yemas, originalmente vegetativas, sufren algunos cambios metabólicos que las transformaran en yemas florales. Para que esto ocurra, necesitan de estímulos ambientales apropiados de luz y temperatura. Por ejemplo, 21C durante el periodo inductivo de días cortos permiten mayor expresión floral que una temperatura de 28%C. La floración comenzara en los racimos apicales.
Para identificar adecuadamente las estructuras (Foto 3) y estandarizar el lenguaje durante la labor de poda, se establecen tres categorías según su tamaño:
"Palito de fósforo": menor a 5 cm
Ramilla: entre 5 cm y 25 cm
Rama: mayor a 25 cm.
Foto 3. Ramas, ramillas y "palitos de fósforo": tres tipos de estructura en la planta de arándano.
De la caracterización de las estructuras se cuantifican el número de yemas simples y dobles en cada planta (Fotos 4 y 5). El número de flores por yema floral varia entre 2 y 16, considerando la yema floral doble. Conocido esto, se puede señalar que una yema floral simple posee 8 óvulos o futuras flores, siendo este su 100%.
Fotos 4 y 5. Óvulos florales visibles en las yemas de arándanos observadas en laboratorio (corte longitudinal.
Finalmente, es posible afirmar que la yema floral doble, al estar compuesta por una yema floral simple (8 6vulos) y una yema secundaria mas pequeña (4 óvulos), posee 12 6vulos o futuras flores, siendo este su 100%.
Fuente: www.inia.cl
Foto de portada: www.flickr.com
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