Plantas de frambuesas in vitro: Aunque los berries, y específicamente la frambuesa, son un eje productivo relevante para la Región del Maule, Chile, en los últimos años han disminuido sus rendimientos, en gran medida, por la mala calidad de las plantas utilizadas.
Existen huertos con plantas envejecidas, bajos rendimientos, fruta de menor tamaño y dulzor. Son más susceptibles a infecciones virales y otros agentes patógenos, lo que afecta, además, su potencial de rendimiento. Para mejorar la calidad y productividad del sector, los agricultores deben establecer plantas cuyo origen garantice su calidad sanitaria y genética.
El cultivo in vitro de plantas implica cultivar un trozo de tejido, una célula o una planta dentro de un frasco de vidrio, en ambiente artificial, donde se regenera una o muchas plantas idénticas. Esta metodología tiene dos características fundamentales: la asepsia (ausencia de patógenos) y el control de los parámetros nutricionales y ambientales.
Una de las aplicaciones más generalizadas del cultivo in vitro es la micropropagación o propagación clonal, donde a partir de tejidos de una planta madre, y utilizando medios de cultivo adecuados, se obtiene una descendencia uniforme, con plantas genéticamente idénticas, denominadas clones (Figura 1).
Esta práctica permite aumentar aceleradamente el número de plantas derivadas de un genotipo seleccionado, reducir el tiempo de multiplicación, multiplicar un gran número de plantas en un espacio reducido, controlar su estado sanitario y facilitar el transporte del material propagado. Los tejidos más utilizados para esta estrategia son las yemas vegetativas.
Cada variedad tiene sus propios requerimientos. Así, diferentes genotipos pueden necesitar una combinaci6n de hormonas y condiciones ambientales específicas, aunque los ajustes para otras variedades pueden ser mínimos respecto a lo descrito en la Figura 2.
El material de partida debe mantenerse debidamente identificado en huertos e invernaderos, bajo condiciones agronómicas controladas, para permitir un crecimiento vigoroso y tener trazabilidad. además, debe mantenerse el manejo fitosanitario adecuado para el control de plagas y enfermedades, especialmente hongos, los que pueden tener un impacto negativo en el posterior establecimiento in vitro.
El tejido vegetal utilizado corresponde a las yemas axilares de las cañas. Se cortan segmentos nodales con al menos una yema axilar y son lavados con abundante agua para limpiarlos de impurezas. Luego, en cámara de flujo laminar son sumergidos durante un minuto en una solución de etanol diluido al 70 % (v/v).
A continuación, se colocan en una solución de cloro comercial al 20 % (v/v) más unas gotas de Tween-20, por 15 minutos. Finalmente, se realizan tres enjuagues con agua destilada estéril (Figura 2). Existen diferentes estrategias de desinfección que tienen que ir evaluándose en función de los grados y tipos de infección observados durante el cultivo.
Figura 2. Micropropagación in vitro de frambuesa cv. Heritage. A) Ramillas colectadas desde plantas madre. B) Estacas uninodales. CO) Estacas uninodales creciendo en condiciones controladas de luz y temperatura. D) Diferenciación de nuevos brotes. F) Fase de multiplicaci6ën. F) Enraizamiento. G y H) Aclimatación. |) Plantas en sombreadora.
El material vegetal desinfectado se coloca en un medio de cultivo estéril, que contiene los nutrientes y hormonas necesarias para que se inicie el proceso de regeneración de los nuevos tejidos. Todos los materiales que ingresan a la cámara de cultivo, incluido el medio, deben ser esterilizados en autoclave a 121 “C y 1,2 kg/cm2 de presión, por 20 minutos.
Los frascos que contienen las estacas se incuban bajo condiciones controladas de luz, temperatura y humedad. Aproximadamente a los 21 días de iniciado el Cultivo comienzan a desarrollarse los nuevos brotes.
Los explantes de mayor tamaño son transferidos a frascos con medio de cultivo nuevo, y se mantienen bajo las mismas condiciones ya indicadas (Figura 2). Así se aumenta el número de plantas exponencialmente en cada repique o subcultivo. En el caso descrito, el proceso se repique cuatro veces, por lo que a partir de cada yema inicial fue posible regenerar 200 nuevos brotes.
Después de un número finito de repiques es necesario reintroducir nuevo material desde las plantas madres. De no hacerse, existe el riesgo de aparición de mutaciones que aumentan progresivamente con el número de repiques.
Trascurrida la etapa de multiplicación, se debe transferir los brotes de mayor tamaño a frascos con medio de cultivo MS Suplementado con hormonas, que favorecen la producción de raíces.
Una vez desarrollado el sistema radicular, se debe trasplantar a bandejas con sustrato y mantenidas en cámaras de aclimatación con control de humedad (80 %) y temperatura de entre 20 a 24 “C. Después de aclimatadas, transferiremos las plantas a contenedores individuales (bolsas o macetas) y mantenidas en sombreadores y/o invernaderos para su vigorización y posterior traslado a campo.
Conclusiones sobre la generación de plantas de frambuesas in vitro
Una gran ventaja de la micropropagación es, por ejemplo, la producción de un gran número de plantas en cualquier época del año, además del almacenamiento de plantas en poco espacio, producción de plantas libres de contaminación, enfermedades y plagas. Los productores deben invertir en plantas de calidad apropiada, para obtener buenos rendimientos, sin descuidar las buenas prácticas de manejo agronómico.
Fuente: www.inia.cl
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