Cómo regar y fertilizar en el cultivo del tomate

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Cómo regar y fertilizar en el cultivo del tomate

El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por www.agromatica.es, el cual fue revisado y reeditado por Portalfrutícola.com

Cómo regar y fertilizar en el cultivo del tomate

El cultivo del tomate no es uno de los más sencillos ya que influyen una gran cantidad de variables que pueden afectar el estado sanitario de la planta y la calidad de los frutos recolectados. Como ayuda, creamos este artículo donde hacemos un pequeño resumen de las características principales del riego y abonado de un tomate con sistema convencional.

Cuando hablamos de sistema convencional nos referimos a que se utilizan abonos inorgánicos que no están aceptados en agricultura ecológica. No obstante, en cuanto a los riegos se refiere, se pueden respetar.

La cantidad de fertilizantes que mencionaremos tiene que ver con las recomendaciones para sacar el máximo partido a un tomate, dentro de su “techo genético”

Características de los riegos en el cultivo del tomate

¿Qué es lo que se suele hacer de forma genérica? Algo bastante simple, aunque condicionado por el clima donde se cultive, el sistema de riego, precipitaciones, etc.

  • Riego en otoño-invierno: 2-3 veces por semana.
  • Riego en primavera: 4-7 veces por semana.

En cuanto al caudal, como media se establece un aporte de agua de 3L/planta. Esto sería regar 1 hora si tenemos un gotero de 3L/h por planta, o 30 minutos si lo tuviésemos de 6 L/h. En definitiva, es cuestión de hacer cálculos sencillos.

Esto como norma general. Equipos de lectura y tensiómetros (aquí puedes ver el artículo sobre tensiómetros) pueden ayudarnos a decidir si, por ejemplo, en verano regaremos 4 veces por semana o tendremos que regar todos los días (7 veces por semana).

Por ejemplo, si tuviésemos un tensiómetro, muchos autores recomiendan regar antes de alcanzar los 20-30 centibares.

cultivo del tomate

Abonado para cultivo de tomate en riego por goteo en el cultivo del tomate

Un ejemplo de abonado del tomate con fertilizantes inorgánicos sería el siguiente, dividido por fase fenológica del cultivo.

1ª semana después del trasplante

Riegos sin abono, manteniendo la humedad constante y aportando agua en función del tamaño de la planta.

2ª semana desde trasplante

  • 13-40-13 (0,5 kg/1.000 m2), o bien
  • Fosfato monoamónico (0,5 kg/1.000 m2)

3ª y 4ª semana

  • Fosfato monoamónico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (0,5 kg/1.000 m2)

Desde 4ª semana hasta inicio de cuajado del 2º ramillete

1 riego

  • Ácido nítrico (0,2 L/1.000 m2)
  • Nitrato cálcico (1 kg/1.000 m2)

2 riego

  • Fosfato monoamónico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato amónico (0,5 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (0,5 kg/1.000 m2)

A partir de 2º ramillete hasta cuajado de 4º ramillete en el cultivo del tomate

1 riego

  • Ácido nítrico (0,2 L/1.000 m2)
  • Nitrato cálcico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (1 kg/1.000 m2)

2 riego

  • Fosfato monoamónico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato amónico (0,5 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (1 kg/1.000 m2)

Cuajado de 4º ramillete hasta 7º ramillete

1 riego

  • Ácido nítrico (0,5 L/1.000 m2)
  • Nitrato cálcico (1,5 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (1,5 kg/1.000 m2)

2 riego

  • Fosfato monoamónico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato amónico (1 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (2 kg/1.000 m2) 

 Cuajado de 7º ramillete hasta final cuajado

1 riego

  • Ácido nítrico (0,5 L/1.000 m2)
  • Nitrato cálcico (2 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (3 kg/1.000 m2)

2 riego

  • Fosfato monoamónico (0,5 kg/1.000 m2)
  • Nitrato amónico (2 kg/1.000 m2)
  • Nitrato potásico (3 kg/1.000 m2) 

Último cuajado hasta final cosecha

  • Nitrato potásico (2,5 kg/1.000 m2)
  • Nitrato amónico (2 kg/1.000 m2)

Una cosa a tener en cuenta…

Tienes que comprobar la compatibilidad entre los distintos productos, con el fin de no crear reacciones que puedan obstruir goteros ni se formen precipitados.

Bueno, ¿y qué hay de los microelementos en el cultivo del tomate?

Por supuesto, no nos olvidamos de ellos. Son muy importantes y si nos aprietas a decirlo, podemos decir que decisivos. Estos son las recomendaciones de aporte según autores como (Steiner o Sonneveld).

  • Hierro (Fe): 2 ppm (mg/L)
  • Manganeso (Mn): 0,7 ppm (mg/L)
  • Cobre (Cu): 0,02 ppm (mg/L)
  • Zinc (Zn): 0,09 ppm (mg/L)
  • Boro (B): 0,5 ppm (mg/L)
  • Molibdeno (Mo): 0,04 ppm (mg/L)

Ahora bien, estamos hablando de producto puro. Es decir, para el hierro serían 2 mg/L si comprásemos un hierro o quelato de hierro al 100%. Por lo tanto, como esto no es así y normalmente vienen con porcentajes mucho más reducidos, hay que hacer cuentas.

Un % de hierro bastante común (en forma de quelato) puede ser del 7%. Entonces tendríamos que dividir 2 mg/0,07, que es igual a 28,57 mg/L de ese hierro a dicho concentración. Si aportamos 1.000 L de agua, eso son 28 gramos de hierro por cada metro cúbico de agua aportada. En general, para 180.000 L de agua se aportan 5 kg.

 En cualquier caso, se puede modificar el origen de la materia prima, obteniendo las unidades fertilizantes y la riqueza de cada abono. Por ejemplo, se puede sustituir el fosfato monoamónico por ácido fosfórico más la parte correspondiente de nitrógeno.

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