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Control Biológico: cómo los productores de fresas están liderando el camino

09 Diciembre 2021

Por Thomas Grandperrin de UAV-IQ Precision Agriculture.

Este artículo es parte de una serie de artículos escritos por UAV-IQ  sobre el control biológico y manejo integrado de plagas.


Según el Dr. Surendra Dara, de la Universidad de California, el 90-95% de los productores de fresas de California utilizan ácaros depredadores para controlar la araña roja. Pero ¿Cómo ha conseguido implementarse tan ampliamente este método de control de plagas? ¿Qué pueden aprender los productores de otros tipos de cultivos de esta experiencia?

Para hablar de este tema, he contactado a Lane Stoeckle, un asesor agrícola de manejo integrado de plagas (MIP) con sede en el sur de California. Junto a su padre, Lee, Lane posee una consultora independiente que ofrece  a los productores de fresas convencionales y ecológicas servicios de monitoreo de plagas, protección de las plantas y recomendaciones sobre fertilidad y riego.

Lane Stoeckle, en el campo de fresas de uno de sus clientes.

En este ensayo se discutirán las razones por las que la industria de fresas empezó a utilizar ácaros depredadores, también se comentarán datos menos conocidos sobre el coste del control biológico, del uso de drones para liberar enemigos naturales a gran escala, así como del reto que supone la gestión de las enfermedades transmitidas por el suelo.

¿Por qué el sector de la fresa ha adoptado el control biológico?

Lane explica que, en la agricultura, el cambio sólo se produce si hay un catalizador que lo provoque. Estos catalizadores pueden ser limitaciones, como cambios en la normativa o en las condiciones medioambientales. Así mismo, también pueden ser los beneficios percibidos como por ejemplo las ventajas que ofrece una tecnología emergente. "En los años 80, el acaricida de referencia para las fresas se llamaba Plictran. Al cabo de un tiempo, los ácaros desarrollaron resistencia al producto, hasta el punto de que los tratamientos no funcionaban en absoluto. Era como rociar agua.”

El aumento de la resistencia de las plagas a los insecticidas fue la principal motivación por la cual agricultores vanguardistas como Richard Nelson y Tom Jones empezaron a utilizar el ácaro depredador Phytoseiulus persimilis como principal método de control. Más tarde, en la década de los 1990, personas como el padre de Lane, Lee Stoeckle, comenzaron a comercializar P. persimilis a gran escala al sur de California.

"Fue la falta de eficacia del control químico convencional lo que nos motivó a invertir y a experimentar con métodos de control biológico  y nos ha funcionado espectacularmente bien”

Lane confía en que la adopción del control biológico a gran escala se producirá en otros cultivos, y que este cambio ya está en marcha: "Hasta la fecha, estamos viendo cada vez más resistencia de las plagas a los pesticidas, debido a su uso excesivo. Este hecho está conduciendo a la industria a hacer un uso mayor de los depredadores y parasitoides de plagas".

¿Es más caro el control biológico?

Debido a la fluctuación del precio de mercado de los productos agrícolas, la gestión estricta de los costes es prioritaria para la mayoría de los productores. Sin embargo, a pesar de la idea preconcebida, el control biológico no es necesariamente más caro que el uso de productos fitosanitarios convencionales, sino todo lo contrario.

Lane afirma que "el coste de soltar ácaros depredadores y el coste de aplicar insecticidas son prácticamente equivalentes. Sin embargo, lo que el agricultor se da cuenta es que los depredadores no sólo actúan en el momento de la liberación, sino también a lo largo de la temporada. Mientras que los tratamientos químicos sólo son eficaces en el momento de la pulverización. ¿Qué ocurre dos semanas después de la fumigación, cuando el polvo, el viento y el calor favorecen el desarrollo de una nueva población de ácaros? Vuelves a rociar. Y vuelves a rociar de nuevo. Mientras que los ácaros depredadores P. persimilis se establecen en su cultivo, listos para devorar nuevas poblaciones de araña roja, esto evita tener que pulverizar 5, 10, 15, 20 veces a lo largo de la temporada".

Sin embargo, muchos agricultores siguen viéndose obligados a utilizar tratamientos químicos contra ciertas plagas por falta de desarrollo de protocolos de control biológico, estos piensan que el hecho de utilizar también estos químicos podrían afectar,  de manera negativa, las poblaciones de enemigos naturales, insectos y ácaros. Pero una estrategia de manejo integrado de plagas meticulosamente diseñada permite al agricultor recurrir al uso de enemigos naturales para el control de algunas plagas, sin renunciar a tratamientos más convencionales para el control de otras.

Lane responde a esta preocupación: "Proporcionamos a nuestros agricultores una lista de todos los tratamientos químicos utilizados en el cultivo de la fresa, con indicaciones de si son o no nocivos para el ácaro depredador P. persimilis. Así podemos controlar todas las plagas, como las larvas y los chinches Lygus, sin perjudicar a los persimilis, mediante pesticidas selectivos".

Los cultivadores de fresas están a la vanguardia de la adopción del control biológico con drones

Como mayor productor agrícola de Estados Unidos, Lane, señala uno de los problemas a los que se enfrenta California: "Hay escasez de trabajadores en múltiples sectores del mercado, pero especialmente en la agricultura. Así que cualquier manera de reducir el trabajo manual, como mediante la automatización y la tecnología, suele ser un logro para el agricultor".

El problema suele ser mayor en los cultivos como la fresa, donde la recogida no se puede realizar fácilmente mediante maquinaria. Siendo pioneros en el aumento de la utilización del control biológico en cultivos de exterior en California, los productores de fresas han sido los primeros en utilizar drones para la liberación de ácaros depredadores en sus campos.


Drones de UAV-IQ aplicando ácaros depredadores sobre un campo de fresas para el control biológico de la araña roja.

"Si un agricultor puede utilizar un dron en lugar de entre seis y quince trabajadores para realizar la liberación de los enemigos naturales (P. persimilis), es una verdadera ventaja. Ya que en ese tiempo, esas personas pueden dedicarse a otras tareas que no se pueden automatizar, como desbrozar, plantar, cortar estolones o cosechar fruta. Mientras basta con un piloto y un dron para cubrir al menos 50 acres en dos o tres horas".

Personal de campo realizando una suelta manual de Persimilis en un campo de fresas (Credito: Koppert Biological Systems, Inc.).

Lane señala que las ventajas de utilizar drones no acaban ahí: "Si tienes que hacer una liberación de enemigos naturales y justo ha llovido, a los trabajadores no les gusta entrar en un campo embarrado. A nadie le gusta. Si se puede soltar persimilis con un dron sin tener que mandar personal al campo, es mucho más fácil. Es muy conveniente".

Lane está convencido que la reducción de costes es otra de las ventajas del control biológico mediante drones: "De momento, el coste de una cuadrilla para liberar persimilis manualmente y el coste de la liberación con drones son similares. Pero si tenemos en cuenta el aumento de los salarios y de las horas extras, el coste de una aplicación con drones podría abaratarse con el tiempo, a diferencia de la liberación manual".

Prepararse para afrontar futuras normativas

Debido a que los acaricidas han perdido eficiencia en consecuencia a la aparición de poblaciones de ácaros resistentes, los productores de fresas han reemplazado casi por completo esta metodología con la liberación de ácaros depredadores. También se están empleando otras soluciones más respetuosas con el medio ambiente, como el uso de aspiradores para la gestión de la chinche Lygus. Dicho esto, mientras el sector de la fresa ha descubierto soluciones más respetuosas con el medio ambiente, también sigue luchando con otros retos, como la búsqueda de alternativas al altamente criticado uso de fumigantes en el suelo pre-plantación, que se usa para prevenir enfermedades transmitidas por el suelo, como la marchitez de Verticillium, la marchitez de Fusarium y la podredumbre carbonosa.

Encontrar alternativas sostenibles "es el principal problema de hoy", según Lane. "Realmente creo que estamos en un punto de inflexión en la industria para abordar esta cuestión de frente".

Según Lane, el sector está empezando a notar los efectos de la no aplicación del bromuro de metilo, un fumigante de suelos muy eficaz que se retiró definitivamente del mercado en 2016 debido a su impacto tóxico demostrado, sobre la salud humana y el medio ambiente.

"Cada año se observan más enfermedades transmitidas por el suelo en los campos. Hemos llegado a un punto en el que hay dos categorías de terrenos. Por un lado las tierras de primera calidad, libres de enfermedades y por otro lado, tierras que lidian con algún tipo de enfermedad conocida”


 
Campo de fresas infectado por enfermedades del suelo.

Lane cree que la normativa sobre fumigación cada vez será más estricta, lo que podría aumentar considerablemente la prevalencia de las enfermedades transmitidas por el suelo. "El futuro de la producción de fresas, y de la agricultura en California, será sin uso de fumigantes. ¿Pero cómo podemos combatirlo? Esa es la gran pregunta de nuestro tiempo, y no tengo la respuesta".

Pero lo que Lane tiene claro es que "la forma en que hemos estado haciendo las cosas durante los últimos 50 años está empezando a fallar. Creo que la implementación de una metodología más sostenible a nivel medioambiental en el cultivo de la fresa, que implique dejar de usar fumigantes edáficos, será un proceso lento y dificultoso. Pero para bien o para mal, los agricultores tendrán que adaptarse a ello. Actualmente ya hay algunos agricultores que han convertido los cultivos en hidropónico, otros se han pasado a la agricultura ecológica y utilizan cultivos de cobertura o para eliminar las enfermedades utilizan la desinfestación anaeróbica del suelo (DAS). Pero creo que no existe un progreso suficiente en esta metodología".

La DAS es una estrategia estudiada desde hace más de una década por investigadores de la Universidad de California como Carol Shennan y Joji Muramoto.

Experimentando prácticas sostenibles   

Lane ha sido testigo de la adopción de otras prácticas prometedoras. Según él, "algunos agricultores están cambiando a la cebada como cultivo de cobertura porque no es un huésped para el chinche Lygus, por lo que reduce la población de Lygus en la primavera y el verano. Así que opino que la variedad elegida para la cubierta vegetal es muy importante para limitar la aparición de plagas".

Explica que la cebada permanece en el campo durante unos tres o cuatro meses antes de ser segada y luego escardada. "Si un agricultor se traslada a una nueva parcela, plantar cebada en lugar de otro cultivo que pueda florecer mejorará la salud del suelo, aumentará la relación carbono/nitrógeno y la materia orgánica, reducirá el crecimiento de las malas hierbas..."

En los últimos años, se han introducido muchas mejoras en la fertirrigación para potenciar la microbiota edáfica, para así combatir las enfermedades y mejorar la salud del suelo. "El auge de los bioestimulantes ha sido fundamental en nuestros programas de fertilización. Han sido esenciales en la producción ecológica"

En resumen, Lane anima a todos los agricultores y asesores agrícolas a probar nuevos métodos a pequeña escala. "No tengáis miedo a fracasar y a asociarse con empresas que desarrollan soluciones innovadoras. Se necesitará un enorme esfuerzo colectivo de los seleccionadores de variedades de fresa, de los agricultores, de los expertos en manejo integrado de plagas, de los expertos en inteligencia artificial (IA) y robótica, entre otros. Deberíamos unirnos como sector para abordar los retos que afronta la agricultura".

Del mismo modo que los proveedores de servicios de drones están permitiendo la implementación a gran escala de protocolos de control biológico para diversos cultivos, Lane cree que "si, como productor, puedes encontrar una manera de desarrollar nuevas prácticas a pequeña escala, lo más probable es que alguien en la industria tenga una idea para poder implementarla a mayor escala".


Estimados lectores, ¿qué prácticas agrícolas creen que necesitan más investigación y experimentación para avanzar hacia alternativas más sostenibles a nivel medioambiental? ¿Han experimentado con nuevas estrategias de protección de cultivo y de suelo en los últimos años? Póngase en contacto con nosotros y ayude a dar forma al futuro de la agricultura con su experiencia.

UAV-IQ ayuda a productores orgánicos y convencionales a implementar un control biológico de forma eficiente y rentable utilizando drones para liberar enemigos naturales exactamente donde y cuando se necesitan para controlar plagas.

 

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