La pandemia y las lluvias a finales de enero y principios de febrero de 2021 generaron pérdidas y caídas en las exportaciones de uva de mesa chilena, sin embargo, esta nueva temporada será distinta. Desde la industria afirman alzas en los envíos y fortalecimiento de un mercado clave: Estados Unidos. The Grape Reporter entrevistó a Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut para conocer su opinión sobre la nueva temporada de uva de mesa chilena y su análisis respecto a la crisis hídrica y logística.
Las históricas lluvias registradas a finales de enero y febrero 2021 en Chile causaron, de acuerdo con Fedefruta pérdidas de USD 150 millones a los productores. Lo anterior se ubicó como unas de las principales razones para la caída de la demanda y los envíos de uva de mesa. Sin embargo, esta nueva temporada será distinta y con una expectativa de aumento los volúmenes.
En esa línea, Decofrut se ha posicionado como la principal fuente de información y análisis del mercado de la industria exportadora de frutas del hemisferio sur. Su presidente y fundador Manuel José Alcaino dijo a The Grape Reporter “Chile tiene un potencial de crecimiento esta temporada. Proyectamos que en 2022 los envíos crecerán del orden de 30%. El mayor crecimiento porcentual se ubicará en uvas blancas sin semillas, que fueron las que más se perdieron con las lluvias del 2021. En esa línea vamos a crecer más de un 50%, de 13,5 millones de cajas el año pasado a más de 20 millones de cajas de uvas blanca sin semillas”.
Sobre las variedades, Alcaino –Ingeniero Agrónomo, especializado en fruticultura y que cuenta con más de 38 años de trayectoria en la industria–dijo “las rojas sin semillas crecerán entre 40% y 45%. La Timco, que ha dominado las variedades rojas nuevas en participación de exportación, va a perder su predominación en favor de la Allison, que es una variedad tardía bastante buena, la cual llegará a los 7 millones de cajas. En 2021 fueron 3 millones, lo que significó que este año crecerá un 140%. La Crimson, que fue impactada por las lluvias, totalizará 14 millones de cajas en 2022 y la Timco llegará a los 5,5 millones de cajas, lo que, sumado a otras variedades, totalizará 39 millones de cajas de uvas rojas”.
“Lo que es interesante de destacar”, resaltó el experto “es la predicción a la baja de Red Globe. Tanto en Chile como en Perú viene muy a la baja y ha perdido predominancia porque la gran virtud que tenía era por su tamaño, pero lo han adquirido variedades nuevas rojas sin semillas, por lo tanto, ya no es una virtud exclusiva. En Chile proyectamos que habrá una baja de 10% este año en Red Globe respecto a 2021, que también fue bajo”.
Estados Unidos, hace décadas, se ubica como uno de los mercados claves para las futas del hemisferio sur, en especial para Chile.
Esta temporada los altos precios de las uvas de mesa han generado efectos positivos en la temporada en curso. Alcaíno explicó “el mercado americano está reaccionando de forma muy atractiva, lo precios en EE. UU. están entre un 30% y 60% más altos respecto a la misma fecha del año pasado. Lo anterior gracias a que el inventario californiano se extinguió muy rápido y estaba de muy mala calidad, por lo tanto, el retail americano se cambió mucho más temprano de lo habitual a la oferta importada. Esperemos que el entusiasmo se mantenga en los meses fuertes de Chile”.
“La producción chilena está atrasada, pero los envíos a EE. UU. son mayores respecto a la misma fecha de 2021 debido a que se ha dado una mayor concentración al mercado americano por lo precios que se evidencian. Los valores en Asia y Europa son similares al 2021. Tanto los peruanos y los chilenos han aumentado su participación en el mercado norteamericano, pero nuestros vecinos del norte han sacado un enorme provecho de los altos precios”.
Consultado sobre las proyecciones, el especialista afirmó: “Chile siempre exporta del orden de un 40% a EE.UU., pero creo que eso puede aumentar un poco. La temporada chilena esta recién empezando, llevamos una proyección de exportar 80 millones de cajas y vamos en 8 millones de cajas de toda esta temporada. Antes los agricultores trataban de apurar las cosechas sobre todo en las partes tempranas para que llegaran primero, sin embargo, nos llegamos a topar con Perú, entonces no tiene mucho sentido apurarse ya que Perú sale antes que Chile. Una de las prácticas que se usaba para apurar la cosecha era bajar la carga para producir menos, así se adelanta la madurez. Hoy día no se usa técnica porque no tiene sentido, entonces los chilenos hemos ido atrasando nuestras cosechas. Antes la exportación empezaba a fines de noviembre, pero actualmente se inicia en diciembre y enero”.
La crisis de la logística, que además ha redundado en un fuerte incremento de los costos, junto a la crisis hídrica han creado un nuevo escenario de desafíos para la empresas y entidades del mundo.
En el caso de Chile, Alcaíno comentó: “algo notable que ha pasado este año respecto a los altos precios en EE. UU.; es la primera vez que me acuerde, que, en estas fechas haya habido envíos de uva por avión lo que demuestra que el precio está bueno y atractivo. Pero algo preocupante que genera este tipo de situaciones es que aquellos que vendieron en firme a cadenas de supermercados para entregar en estas mismas fechas, se encuentran con un mercado spot de precios bastante más altos. Lo anterior provoca la entendible tentación de no entregarle a los supermercados, y si no se cumplen con los compromisos se genera un mal antecedente para futuros negocios y las cadenas quedan resentidas”.
“La crisis logística está de alguna forma también provocó efectos positivos, pues la falta de la capacidad de entrega es en parte responsable de los precios altos. Sin embargo, los costos logísticos de la operación han subido de forma dramática. Por ejemplo, en el caso del flete marítimo el alza se ubica en más de un 100%. Es decir, si un contenedor a EE. UU. que antes valía USD 5 a USD 6 mil, hoy vale entre USD 10 y USD 12 mil, lo que se traduce en un incremento entre USD 2,5 y USD 3,0 por caja, que en muchos casos es la utilidad del productor y más. También se han incrementado los costos del cartón, los plásticos, los papeles, todo lo que es el embalaje de la fruta más el tema de mano de obra y los fertilizantes. Todo ha subido bastante este año producto en parte del desabastecimiento de la cadena logística”.
“Lo fundamental es que las cadenas de supermercados estén dispuestas a traspasar ese mayor costo al consumidor, o al menos una buena parte, porque el ahogo que se le producirá al productor es dramático al no alcanzar a pagar sus costos de producción, pues recordemos que uno de los pilares de esta industria es que el productor tenga un resultado positivo”.
En cuanto a la crisis hídrica actual, el presidente de Decrofrut señaló: “La cuarta región está muy complicada. Lo que ha sido notable es la reacción que han tenido los agricultores en términos de la capacidad y el ingenio técnico que han desarrollado para producir con menos agua. Antes teníamos como una máxima que con menos de 6.500 metros cúbicos por hectárea era imposible producir uva y hoy estamos produciendo uva con 5 mil y 5.500 metros cúbicos. Hemos logrado bajar en un 20% el consumo de agua por hectárea, usando tecnología como cobertores, manejo de antitranspirantes y nuevas prácticas culturales”.
“En la cuarta región se tendrá que hacer un trabajo muy especial e inteligente, pues la producción con menos agua puede significar menos capacidad de almacenaje, por lo tanto, esa fruta se tiene que vender rápido en destino. Tenemos muy buenos socios, que son los americanos, que entienden muy bien el proceso que está viviendo Chile. Creo que, en esto, la industria tiene la necesaria capacidad de reacción”.
Respecto a la mano de obra, el experto aseguró que “estará un poco más aliviada, en parte por lo que pasó con las cerezas, las que pagaron valores atractivos por día de trabajo, y si bien la uva no tiene la misma capacidad pues los márgenes son diferentes, el tipo de cambio ha ayudado a que parte de esa masa laboral se haya mantenido. Aun así, es urgente contar con una ley laboral que de más flexibilidad para el ingreso de migrantes a cubrir los trabajos estacionales que ofrece la fruticultura”.