La tuna es un cactus, el cual un es recurso alimentario por este motivo, y porque nos parece una planta muy interesante, te vamos a decir cómo cultivarla.
La Opuntia ficus-indica, que así es como la llaman los botánicos, es una cactácea muy fácil de cuidar y de mantener, capaz de vivir con poca agua al mes. Así pues, ¿te apetece saber cómo cultivar la fruta de la tuna?
Se trata de un cactus que se puede multiplicar por dos métodos distintos: por semillas, y por esquejes de hojas. Esto lo haremos en primavera o en verano, pues de lo contraría será difícil que tengamos éxito ya que es una planta que necesita calor tanto para poder germinar como para echar raíces.
La tuna, a pesar de ser muy resistente, también tiene sus »debilidades». Una de ellas es que para que sus semillas puedan germinar necesitan que la temperatura sea cálida, como la que hay en primavera o en verano.
Por ello, si queremos tener algún ejemplar y verlo »nacer», es importante que preparemos el semillero en alguna de las estaciones mencionadas. De esta forma, podrán crecer sin problemas.
Una vez llegue la primavera o el verano, lo que haremos será lo siguiente:
Así, las primeras semillas germinarán en 2-3 semanas (¡o antes!).
En cuanto lo hagan, veremos que crecen rápidamente, lo cual es estupendo si queremos plantarlas pronto en el jardín. Eso sí, debemos tener paciencia y dejarlas en el semillero al menos hasta que midan unos 10-15 centímetros de altura.
¡Buena siembra!
La Opuntia ficus-indica se multiplica con facilidad por esquejes de hojas. Es la manera más rápida de conseguir frutas, pues necesita muy pocos años (2 o 3, dependiendo del clima, de si está en maceta o en el suelo y de los cuidados que reciba) para fructificar desde que enraízan. Para ello, aconsejamos tener en cuenta lo siguiente:
Los esquejes de tuna se han de coger en primavera para plantarlos poco después. Y es que, a diferencia de otro tipo de plantas, los esquejes de cactus enraízan mejor si se plantan una vez que la herida se ha secado, para lo cual suelen tardar alrededor de una semana.
Durante ese tiempo, tenemos que dejarlos en una zona seca, y bajo techo para que no le dé el sol de forma directa, pues si les diesen se quemarían.
Es importante que se planten rectos, con la parte más estrecha enterrada. Se pueden tener en macetas o en el suelo, aunque nosotros recomendamos plantarlos en recipientes por lo menos durante ese año, para que puedan desarrollar un buen sistema radicular.
La tierra tiene que ser muy ligera y permitir que el agua que sobre salga rápido. Por ello, si se van a tener en maceta es preferible usar pómice o algún sustrato similar como la akadama; y si optamos por plantarlos en el suelo, haremos un agujero de unos 40 x 40 centímetros y lo rellenaremos con una mezcla de tierra de jardín con perlita a partes iguales.
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