Las tricodermas o trichodermas es un género de hongos de la división Ascomyceto que están presentes en la mayoría de suelos cultivables del mundo.
Sin embargo, en suelos donde la presencia de materia orgánica no es superior al 2% (prácticamente muchísimos suelos actuales), la expresión o potencial beneficiosos de estos hongos es prácticamente nulo.
Es por eso que ahora se está utilizando masivamente como inoculante para fortalecer a la planta, generalmente con colonias de trichodermas que se adaptan bien a suelos cada vez más agresivos y castigados.
Los hongos trichodermas son oportunistas. Es decir, genera relaciones con las raíces de las plantas para obtener un beneficio propio, a cambio de devolver un efecto positivo o negativo (en este caso positivo) a la planta.
Sin embargo, la principal distinción que tiene este hongo frente a las micorrizas es que viven en el suelo, no a expensas de las raíces, pero sí de otros hongos que habitan en la rizosfera. Por contra, estas últimas, las micorrizas, necesitan un desarrollo radicular previo donde instalarse.
Si bien ahora se oye también hablar de las micorrizas, son dos especies totalmente distintas y sólo tienen en común en pertenecen al reino fungi. Es decir, al de los hongos.
Si bien el efecto de las micorrizas es más nutricional, las trichodermas tienen su uso principal basado en la protección de la planta frente al ataque de hongos. Esto es así porque las trichodermas son hongos que se alimentan de otros hongos.
El efecto positivo que tienen las trichodermas se basa en la colonización previa del suelo antes de la instalación de otro tipo de hongos (Botrytis, phytium, rhizoctonia, etc.) que causan enfermedades en las plantas.
Además, las trichodermas se alimentan de otros hongos, reduciendo su capacidad de crecimiento y afección a las raíces.
En este sentido, este hongo genera un estado de suelo supresivo donde no existe la aparición de ningún hongo patógeno en suficiente nivel como para causar un daño en la planta.
Es por eso que la instalación de las trichodermas dependerá, en mayor o menor medida, de algunas variables del suelo.
Las trichodermas suelen venir en envases protegidos en forma de polvo, con agentes añadidos (celulosa, grafito, etc.) que permiten mantener la cepa del hongo en un estado óptimo.
Muchos de estos productos suelen tener certificado ecológico ya que están aceptados en dicha legislación.
El uso de las trichodermas está altamente recomendado en este tipo de agricultura, debido a que no se tiene un volumen de productos fitosanitarios tan amplio y eficaz, y porque se da más importancia al uso y manejo de la materia orgánica.
La estabilidad de almacenamiento garantizada suele ser de 12 meses en condiciones de temperatura frías (4 a 6 ºC) y 6 meses en condiciones de temperatura ambiente (15-25 ºC)..
La aplicación de trichodermas se recomienda en el post-trasplante. A partir de los primeros días o hasta los 15 días sucesivos, siendo recomendable aplicarlas a través del sistema de fertirrigación con un volumen de agua pequeño (2-3 m3 por hectárea) para evitar lixiviación del hongo.
La dosificación dependerá de la cepa y las UFC (unidades formadoras de colonias). La mayoría de estos productos incluyen reaplicaciones en momentos puntuales del cultivo.
A día de hoy y de forma continua, aparecen diferentes cepas de trichodermas adaptadas a diferentes cultivos y condiciones de suelo.
Es importante mencionar que, debido a la alta tasa de multiplicación, como ocurre con los hongos y bacterias, es difícil controlar en el tiempo la cepa introducida, aunque se intente evitar al máximo dichas mutaciones.
Esto es una pregunta importante que se suele oír mucho en el campo y no siempre se tiene la misma respuesta.
Aunque lo ideal es preguntar a las casas comerciales, la mezcla de micorrizas y trichodermas es más compleja de lo que pensamos y, se puede hacer, pero con condicionantes.
El concepto claro que tenemos que tener es que trichodermas se alimentan de otros hongos y, sí, las micorrizas también son hongos.
Al mezclarlas en el mismo tratamiento y fase, corremos el riesgo de que predominen las trichodermas sobre las micorrizas, o incluso que no haya rastro en semanas de las micorrizas porque han sido «devoradas» por sus compañeros de reino.
El proceso común es introducir la micorriza previamente para que colonice la raíz y, posteriormente a su instalación (lleva algunas semanas), introducir las trichodermas. La micorriza ya se habrá desarrollado lo suficiente como para permitir una supervivencia futura.
Para tal caso, es recomendable aplicar micorrizas de 2 a 4 semanas (seguir especificaciones del producto) antes que introducir las trichodermas.
En general, podemos pensar que todos los fungicidas van a afectar al desarrollo de las trichodermas, por ser un hongo.
Afortunadamente es así, de la misma manera que no todos los fungicidas del mercado valen para controlar todos los hongos patógenos que afectan a las plantas.
Hay determinadas materias primas donde hay una clara evidencia de afección a este tipo de hongo. Por tanto, debemos restringir su aplicación o hacerlo al menos 5-7 días antes de introducir la trichoderma en el suelo.
Ponemos algunas compatibilidades/incompatibilidades declaradas de la mayoría de cepas de trichodermas:
Alta compatibilidad: se pueden mezclar juntos.
Media compatibilidad: aplicar trichodermas 5 días después del tratamiento.
Baja compatibilidad: aplicar trichodermas 2 semanas después del tratamiento y evitar su aplicación si ya hay hongos instalados.
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