Los puerros son primos lejanos de las cebollas, pero su sabor es más dulce, más delicado y más parecido al ajo o a los cebollinos.
En apariencia este bulbo es muy parecido a su hermana la cebolla, pero es más esbelto y estirado, ya que su tallo es parte de su fruto.
Es de color verde primavera un poco aceitunado y rallado por sus hebras blanquecinas. De hojas largas, lisas y tersas que se caen hacia abajo por su propio peso.
La ausencia de luz en su tallo alarga el fruto, por lo que a veces se tapan con paja, como si le abrigáramos.
El puerro como todas las liliáceas, le echará una carrera al tiempo por completar su ciclo vegetativo, así echará ese tallo largo, y arriba su bonita pelota de flores blancas y semillas.
Es muy apreciado para sopas, caldos y guisos, en crudo acompaña ensaladas y algunos platos especiales.
Su suelo ideal será rico en humus, con aportes medios de estiércol y compost es suficiente, por no ser el puerro una planta exigente en casi nada conviene que el suelo y su soporte este algo apretado. Su soporte es el surco pequeño y de 30 cm será suficiente.
Su clima y temporada es cálida, de primavera y verano, aunque el puerro soporta perfectamente el tiempo fresco y algo frío.
Su riego es moderado pero continuo, manteniendo la tierra húmeda en lo máximo posible.
La siembra la haremos en semillero, con bandeja y sustrato, a principios de primavera. Al ser su semilla tan pequeña nos será difícil manipularla y dejar bien su marco de siembra, que será de 3 x 3 cm, pero si aumentamos el volumen de las semillas con arena cuarzosa seca, la podremos esparcir más y mejor, y luego, sólo tendremos que clarear un poco. Se trasplantan a su soporte definitivo cuando alcanzan unos 15 cm y con un marco de plantación de 15 a 20 cm. Se ponen tumbados en el surco y ellos solos se levantarán.
Su labor de mantenimiento será escardar a sus competidoras, recrecer el surco, apretar un poco la tierra, y estar atentos a posibles incidencias.
Sus propiedades son sobre todo alimenticias y nutricionales.
La semilla la recogeremos de alguna planta destinada para tal fin, las dejaremos completar su ciclo y cuando eche la pelota de flores, la cubriremos con una bolsa de papel al tallo, para que el viento no se las lleve.
Su conservación es efímera pero en un sitio seco y refrigerado aguantan bastante.
Su uso para el compostaje es casi nulo, no sobra nada o muy poco.
Podemos rebrotar cualquier puerro, incluso con puerros que compramos en el supermercado.
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