Las actinobacterias, también conocidas como actinomicetos debido a su morfología característica, son bacterias Gram positivas. Estas bacterias se encuentran distribuidas en una variedad de hábitats, principalmente en el suelo, en el mar y en los sedimentos de lagos y ríos.
Dentro de sus principales funciones en la naturaleza, estos microrganismos participan en el reciclaje de la materia orgánica, desintegrando aquellos compuestos resistentes que las bacterias comunes y los hongos filamentosos no pueden descomponer, de esta forma se encuentran participando activamente en la mineralización del material orgánico o formación de humus.
Otra de sus funciones fundamentales, consiste en regular la composición de las comunidades microbianas del suelo a través de mecanismos basados en el antagonismo microbiano, máxime por antibiosis. Las actinobacterias son grandes productoras de compuestos bioactivos, como los antibióticos y otros compuestos que se emplean con distintas aplicaciones en las industrias farmacéutica, alimentaria y ambiental.
En la agricultura tienen distintas aplicaciones biotecnológicas; destacándose su empleo como biofertilizantes, al ser también bacterias promotoras de crecimiento vegetal; así mismo sobresale su empleo como agentes de control biológico de enfermedades de plantas ocasionadas por diversos microorganismos patógenos como: hongos, oomicetos (p. ej. Phytophthora) y bacterias fitopatógenas.
Por otro lado, algunas actinobacterias presentan efecto herbicida, ejemplos de esto son Streptomyces viridochromogenes y Streptomyces hygroscopicus. En este contexto, un “bioherbicida” proveniente de una actinobacteria es un compuesto natural bioactivo con actividad fitotóxica ocasionando clorosis;
necrosis, deformaciones y retrasos en el crecimiento de las plantas afectadas; por lo que podría ser empleado como parte de un manejo integrado en el control de plantas conocidas como maleza o arvenses silvestres; que afectan tanto el desarrollo, como la producción y productividad de los cultivos agrícolas.
Actualmente en el Laboratorio de Fitopatología de la subsede Zapopan del CIATEJ, en el contexto del proyecto “Extractos de actinobacterias del suelo como potenciales bioherbicidas”, aprobado en el marco de la convocatoria 2021-1 Desarrollo de innovaciones tecnológicas para una agricultura mexicana libre de agroinsumos tóxicos, se explora la “capacidad herbicida” o fitotóxica de diversas cepas de actinobacterias, especialmente del género Streptomyces (previamente seleccionadas por su efecto fitotóxico en etapa preemergencia de diversas especies vegetales) que pudieran servir como una alternativa en el control de especies vegetales de tipo maleza, en el contexto de una agricultura mexicana libre de agroinsumos tóxicos como el glifosato, uno de los herbicidas de mayor toxicidad y peligrosidad y ampliamente empleado.
Con base en lo anteriormente expuesto; el objetivo de este proyecto consiste en evaluar a diferentes niveles tanto en etapa pre-emergencia como post-emergencia el efecto fitotóxico o de herbicida natural de extractos de actinobacterias en especies vegetales; tipo maleza de hoja angosta y de hoja ancha para detectar y seleccionar aquellas cepas con potencial efecto en el control y/o manejo de arvenses.
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