Shiitake, nombre científico de esta seta comestible es Lentinula edodes o Lentinus edodes, aunque se conoce, sobre todo en Japón (y de ahí se ha extrapolado al resto de países e idiomas) como Shiitake. Si lo tradujéramos del idioma chino, literalmente el resultado de esta palabra es algo como “seta deliciosa”.
El origen del Shiitake se remonta a la China de hace 1.000 años, aunque se sospecha que ya se conocía incluso antes. Incluso en la dinastía Ming (1368-1644) ya existían evidencias de las propiedades saludables y curativas de esta seta comestible. Su nombre viene dado porque solía aparecer en el tronco del árbol del Shii (Castanopsis cuspidata) de la familia de las Fagáceas, un árbol nativo de la zona asiática de Japón y Corea.
A parte de que las propiedades nutricionales del Shiitake, también es conocido desde hace muchísimo tiempo por sus propiedades curativas. Estos son algunos de sus beneficios.
A la hora de cultivar Lentinula edodes lo podemos hacer de dos maneras, mediante sustratos naturales o con sustratos artificiales. Los naturales corresponden a los troncos de árboles (como el árbol de origen asiático que hemos mencionado antes, el Shii), y sobre los que se inoculan directamente. Los sustratos artificiales están formados por mezclas de sustancias inorgánicas y orgánicas cuya premisa es que necesita esterilización, y que suele estar formada por restos de madera y granos de cereales.
Este método consiste en la inoculación de la seta sobre trozos de madera sobre la corteza o sobre perforaciones que se le realizan y que se pueden cubrir con algún material para evitar la entrada de microorganismos perjudiciales para el desarrollo de Lentinula edodes.
Las condiciones que se deben guardar para el desarrollo del Shiitake son las de una temperatura de entre 25 y 30º C (que prácticamente sólo se pueden conseguir en invernadero), una humedad entre 70 y 80 %, condiciones de oscuridad durante la colonización del hongo.
Este método es el más utilizado por su comodidad y consiste en la elaboración de un sustrato artificial, tal como hemos comentado antes, formado por serrín de madera , cereales y yeso o carbonato cálcico. Todos estos materiales se someterán a un tratamiento térmico para establecer unas condiciones de asepsia en el desarrollo del Shiitake. Con este método se consigue producciones de la seta en 3 o 4 meses.
A la hora de prepararlo, en el caso de que se quiera preparar uno el sustrato desde el principio, conseguir los “ingredientes” es sencillo, pero el problema radica en conseguir una esterilización total. Si no se hace así, en cuestión de días se formará una masa de hongos y otros microorganismos que abarcarán todo el sustrato e imposibilitarán el crecimiento del Shiitake.
Los granos se suelen lavar y disponer en remojo para eliminar polvo y demás impurezas. También se deben esterilizar después en autoclave a 121 ºC y 30 min, elemento que lógicamente no tenemos en casa. Al igual que el proceso de inoculación, el cual necesitaremos condiciones de asepsis, placas Petri, etc.
Todo esto último hace que lo más cómodo y económico a la larga sea comprar bolsas ya preparadas, que en la mayoría de los casos se encuentran por menos de 30 €, llevan instrucciones y vienen ya preparadas para que únicamente tengas que ofrecerle al Shiitake, las condiciones climatológicas óptimas para su desarrollo, y que son las que hemos mencionado antes respecto a temperatura, humedad e iluminación.
Como podéis ver, esto ha sido más un resumen de las condiciones necesarias que se necesitan para cultivar Shiitake; y en general, las de cualquier hongo, como las del cultivo de Pleurotus ostreatus.
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