Una vez un profesor le hizo a un estudiante de Agronomía una pregunta en la Universidad: ¿Qué es lo más importante que se necesita tener en cuenta, en una determinada zona o región, para ver la factibilidad de establecer un cultivo o plantación?" Todos dimos respuestas sobre productos, tecnología, fisiología o clima... "Agua" nos dijo el profesor. "Si podemos regar nuestras plantas, lo demás se puede corregir, modificar y adaptar".
Entonces, partiendo desde la base de que contamos con la posibilidad de proveer a nuestras plantas de agua (ya sea riego o secano), es que daremos varios consejos prácticos, los cuales se deben considerar antes de establecer un cultivo, hortaliza o huerto frutal en determinada zona.
1. Lo primero es, si ya tenemos claro que especie y variedad que queremos establecer y que queremos hacer producir de forma eficiente, es conocer los requerimientos edafoclimáticos (suelo y clima) que tiene dicha especie, como así mismo, las necesidades nutricionales, la susceptibilidad a plagas y enfermedades, tolerancia a sales y pH óptimo, las necesidades de riego, entre otros factores.
Es muy importante contar con un historial general del terreno que utilizará para el cultivo o plantación, que uso se le daba anteriormente a ese suelo, qué tipo de cultivos había anteriormente, sobre todo en cultivos anuales y hortalizas, para ver posibilidad de rotación de cultivos y así disminuir la presencia de enfermedades y plagas presentes en nuestro cultivo o plantación.
2. Partiendo con el clima debemos conocer las horas frío, grados día, temperaturas máximas, medias y mínimas, precipitaciones, heladas, granizos, nieve, etc. Este es un aspecto que determinará la correcta adaptación del cultivo a la zona donde se quiere establecer. Hay que tener en cuenta que el clima cambia, y hay lugares donde por ejemplo antes no granizaba ni llovía en primavera-verano, como en el caso del clima mediterráneo, y en la actualidad la producción de cultivos y huertos son afectados o destruidos por las inclemencias del clima, como el caso de las cerezas y los arándanos en la zona centro-sur de Chile, donde en la actualidad los productores han tenido que proteger los árboles con sistemas anti-granizos o bajo techo.
3. Con respecto al suelo, el primer paso es hacer un una correcta descripción del terreno (pendiente por ejemplo) y del perfil del suelo junto con un correcto análisis. Para la descripción del perfil es necesario realizar una calicata (idealmente superior a 1 metro cúbico) para poder observar y dividir el perfil en horizontes, medir la profundidad del suelo, el porcentaje de pedregosidad, etc. De cada horizonte se deberá hacer una descripción visual de los mismos, observar y determinar la estructura del suelo, su textura al tacto, y el color (con la ayuda de una tabla Munsell).
La calicata servirá a su vez para ver si hay presencia o no de estratas impermeables que vayan a generar problemas de drenaje. Se debe realizar con un cilindro o infiltrómetro de doble anillo para medir la velocidad de infiltración del agua en el suelo.
Las muestras deben ser idealmente de cada horizonte de suelo, se deben enviar en bolsas separadas las cuales se deben enviar a un laboratorio especializado para determinar valores de pH, salinidad, conductividad eléctrica, capacidad de intercambio catiónico (CIC), porcentaje de materia orgánica (MO), concentración de macronutrientes y micronutrientes, formas nitrogenadas (nitrógeno total, nítrico, amoniacal, orgánico), fósforo, bases disponibles (calcio, magnesio, potasio, sodio), textura y fracciones granulométricas (arcilla, limo, arena), caliza activa y carbonatos totales, relación C/N, fracciones asimilables, presencia de metales pesados, etc.
Además, el análisis de suelo servirá para determinar la Capacidad de Campo del suelo, el Punto de Marchitez Permanente, Humedad aprovechable y el Umbral de Riego.
4. Se recomienda realizar un análisis del agua de irrigación que se va a utilizar en el cultivo o plantación; esto para determinar la calidad de agua de riego. Los parámetros más importantes a determinar son: pH (sirve para saber si el aporte de agua mejorará la disponibilidad de nutrientes en el perfil); de carácter salino (Conductividad Eléctrica, Cloruros, Sodio y SAR); dureza (mide la facilidad que tendrá el agua de formar concreciones de carbonato cálcico en las tuberías y emisores de riego); alcalinidad (nos dirá el efecto tampón que tendrán los bicarbonatos sobre el pH de la disolución de fertilización, dificultando la bajada de pH en la solución de suelo); Nitratos, fosfatos, potasio, sulfatos, calcio; magnesio y microorganismos (nos dan idea de la fertilidad que aporta el agua de riego propiamente dicha, antes de añadirle un fertilizante).
Es importante ver como un todo el complejo Suelo-Agua-Planta (SAP), hacer cruzamiento con los análisis realizados según los resultados, y posteriormente realizar periodicamente análisis foliares del cultivo o plantación, para ver cómo están asimilando los nutrientes nuestras la plantas, y como está impactando los distintos parámetros medidos en los análisis de suelo y agua, para ir corrigiendo a tiempo lo que deba ser corregido.
5. Antes de cuadrar el terreno y realizar el diseño de plantación es necesario pensar en la presencia de caminos que tendrá la plantación y el ancho de los mismos. Si es un cultivo que va a requerir mayor mecanización, pues los caminos deberán ser lo suficientemente anchos para permitir el correcto desplazamiento y funcionamiento de las maquinarias; ya sean para las labores durante todo el año como las labores de cosecha. También se debe considerar un espacio del terreno para bodegas de agroquímicos, oficinas, cabezal de riego en caso de riego tecnificado, baños, comedores, etc.
Una forma sencilla de lograr un terreno cuadrado es dibujar en una de los extremos del terreno, un triángulo de Pitágoras (por ejemplo triángulo de lados de 3, 4 y 5 centímetros); y luego desde los extremos donde se forma el ángulo recto; se deberá tirar un cordel e ir colocando estacas para ir estableciendo la cuadratura del terreno. Se deberá repetir el procedimiento hasta conseguir los cuatro lados del cuadrado que será la zona de plantación.
Una vez que se tenga cuadrado el terreno, se procederá a marcar mediante cordel y estacas; las hileras de acuerdo al marco de plantación que se determinó como óptimo (número de hileras por superficie y distancia entre hileras.
Factores como la dirección de las hileras en relación a la trayectoria del sol o la presencia de vientos fuertes en la zona (se pueden poner cortinas de viento naturales (con álamos por ejemplo; que son de rápido crecimiento), son factores importantes a tener en cuenta para lograr mejores resultados en el establecimiento de nuestro cultivo o plantación.
6. Una vez que se tenga marcado y diseñado cómo irá el cultivo o plantación dentro de nuestro terreno o superficie; se procederá a realizar la preparación de suelo previo a la siembra o plantación (recordemos que se siembran las semillas y se plantan las plantas). Control de malezas, aplicación de enmiendas orgánicas y/o fertilizantes al suelo, formación de camellones, aplicación de mulch; instalación de tuberías en caso de un sistema de riego tecnificado, aradura, rastraje y mullimiento del suelo, cincelado, subsolado, etc.
En caso de hortalizas previo a la plantación se recomienda la siembra de las semillas en almacigueras; para luego trasplantar los almácigos en el terreno definitivo; por lo cual se debe dejar un espacio físico del terreno para este tipo de manejos. Puedes leer un artículo interesante de Agronotips con relación a este tema: Pasos para fabricar y manejar una almaciguera.
Nota importante: Estos manejos antes del establecimiento de un cultivo o de una plantación, cómo así mismo los manejos de post establecimiento, deberán estar asesorados por un profesional o persona con experiencia en este tipo de manejos.
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