Incluir frutas y verduras en la dieta es algo saludable e indispensable para gozar de buena salud. Por ello, es claro que este tipo de alimentos tienen muchas propiedades que benefician nuestro organismo, mejoran nuestras defensas y nos previenen de muchas enfermedades. Sin embargo, antes de llevarlos a casa, ambos alimentos son susceptibles de contaminarse con muchos patógenos que afectan nuestra salud, no sólo por el hecho de estar expuestos directamente a los agentes de nuestro entorno, sino que también en el proceso de siembra y cultivo, donde son sometidos a fumigaciones con pesticidas altamente contaminantes.
Por lo general las frutas y verduras se consumen crudas y esto implica un mayor riesgo para la salud, es por eso que resulta muy importante aprender a lavar y desinfectar muy bien este tipo de alimentos, con el fin de disminuir notablemente el riesgo de sus diferentes contaminantes, que pueden estar presentes por la suciedad, el proceso de almacenaje, el transporte y, como decíamos anteriormente, el uso de químicos y pesticidas con los que son cultivados. ¿Quieres aprender a lavar correctamente las verduras y frutas?
Cuando ya hayas lavado tus frutas y verduras, y preferiblemente antes de cortarlas, lo ideal es desinfectarlas completamente, con algunos tips caseros muy efectivos.
Este producto es muy económico, fácil de encontrar y, por lo general, lo incluimos en la canasta familiar, ya sea con fines culinarios o para uno que otro problema de salud. Otra de sus virtudes es limpiar y desinfectar efectivamente, es por eso que lo podemos utilizar para darle una correcta limpieza a las frutas y verduras.
Diluir una cucharada sopera de bicarbonato de sodio en un litro de agua, poner las verduras y/o frutas en remojo por 10 minutos y listo.
El vinagre es otro de los desinfectantes naturales más poderosos que podemos encontrar, pues elimina todo tipo de bacterias al ser antimicrobiano. Al igual que el bicarbonato, es un producto muy económico y que encontramos en la canasta familiar. Lo mejor de todo es que es bueno para la salud y no tiene componentes tóxicos.
¿Cómo hacerlo?
Diluir un vaso de vinagre en un litro de agua, posteriormente remojar las frutas durante 10 minutos u optar por rociar la mezcla con un spray antes de usar el alimento en las preparaciones de la cocina.
El limón es un alimento conocido por sus propiedades desinfectantes y antibacteriales, que se deben principalmente al ácido cítrico. Este alimento combinado con un poco de vinagre, hace un desinfectante natural, ideal para eliminar cualquier patógeno de tus frutas y verduras.
En un recipiente mezcla muy bien partes iguales de agua, limón y vinagre. Posteriormente coloca a remojar las frutas y/o verduras a utilizar, dejando actuar por 10 minutos, para luego enjuagar, secar con una toalla limpia y posteriormente utilizar.
Espinacas y lechugas son cultivos sujetos a contaminación periódica de E. coli y Salmonella. A continuación, expertos de la Universidad de California comparten su experiencia y lecciones aprendidas al examinar la ecología y la biología de estos peligrosos patógenos bajo ambientes de producción.
P1: Si hay agua o materia orgánica contaminada con bacterias en el campo de cultivo durante la siembra, las plántulas que están germinando ¿se infestarán? ¿Terminarán las bacterias en los productos cosechados?
En una prueba de campo, cepas de E. coli aplicadas en forma de aerosol base agua (para simular servicios de riego), así como cepas que se mezclaron con arena y fueron colocadas en bolsas de malla (simulando fuentes de contaminación), no sobrevivieron en suelo durante largos periodos de tiempo en condiciones de cultivo comercial. No se recuperó el inóculo del aerosol ni el de las bolsas mediante cultivo directo en cajas Petri; trabajamos con plantas de lechuga y espinaca que crecían en suelo inoculado, o cerca del inóculo en las bolsas.
P2: Las bacterias patógenas que afectan al ser humano ¿se “internan” en cultivos hortícolas de hoja grande que crecen bajo condiciones reales de campo?
“Internalización” es el fenómeno mediante el cual las raíces de las plantas absorben microorganismos y los transportan hacia las hojas y tallos aéreos.
Algunos estudios realizados en laboratorio y cámaras de crecimiento indican que las hortalizas de hoja grande pueden absorber E. coli de esta manera, contaminando hojas que podrían llegar a ser consumidas por el ser humano.
Establecimos pruebas en una operación comercial para investigar la internalización bajo condiciones de campo. Cuando se inocularon varias cepas genéricas de E. coli en las raíces de espinacas utilizando el sistema de cintilla riego por goteo, el follaje sobre la superficie del suelo no arrojó resultados positivos a E. coli con métodos de siembra directa.
La esterilización superficial de las plantas con cloruro de mercurio seguida por el cultivo enriquecido, dio como resultado una de cada 80 plantas con resultados positivos para las cepas genéricas de E. coli. Con base en este experimento, creemos que E. coli no se interna en las hortalizas de hoja larga que se cultivan bajo condiciones de campo.
P3: Dado que las bacterias pueden sobrevivir en los residuos de cultivos, ¿qué se puede hacer en el campo para mejorar la degradación y reducir el número de bacterias?
Se realizaron otros estudios para determinar si las prácticas de producción podían incrementar la muerte y reducir el número de los patógenos que vivían en los residuos de cultivos de lechuga y espinaca.
Simulamos la contaminación de la lechuga al inocular cultivos maduros de operaciones comerciales con cepas genéricas de E. coli y Salmonella. Las parcelas con lechuga fueron tratadas de manera diferenciada por medio del uso de la podadora, el rodillo de anillos, o al no tocar los cultivos contaminados.
Después de un periodo de retención, los cultivos contaminados fueron mezclados en el suelo por medio del disco. Un conjunto de parcelas que incluían todos los tratamientos de suelo recibió un tratamiento de riego durante una semana después del discado.
La supervivencia de E. coli y Salmonella fue monitoreada al muestrear el suelo y los residuos de cultivos desde el día de la incorporación y luego a los 1, 6, 11, 20 y 48 días después de la incorporación.
Después de 21 días, se plantó un segundo cultivo de lechugas en las parcelas originales y las plantas fueron muestreadas en la etapa de entresacado (27 días después de la emergencia), a fin de evaluar la transferencia de las cepas inoculadas a este cultivo que se había vuelto a sembrar.
Después de la incorporación del primer cultivo, las bacterias objetivo fueron cuantificables sólo en unas cuantas parcelas, durante la primera fecha de muestreo; sin embargo, fueron recuperadas en las pruebas tomadas en fechas posteriores a los 48 días después de la inoculación.
Ninguna planta de lechuga del cultivo secundario en ninguna de las parcelas arrojó resultados positivos a E. coli.
Fuente: mejorconsalud.com
Los expertos ponen a disposición de los agricultores bacterias contra el cambio climático que luchan contra patógenos, al mismo tiempo que protegen contra el calor.
El bokashi es una técnica de abono japonés que se ha desarrollado en los últimos 40 años que es considerada "milagrosa". Lee este artículo para aprender más al respecto.
Las prácticas respetuosas con el medio ambiente sustituyen a los antimicrobianos en los colmenares de Ghana, trabajando en una una apicultura sostenible.