Los desechos son un gran problema tanto a nivel rural como urbano, estimándose que el 50% de ellos son de origen orgánico. El vermicompost y el aprovechamiento de desechos a través de la transformación del material orgánico puede llegar a ser de gran importancia para la sustentabilidad del predio o huerto al contribuir al reciclaje interno de nutrientes y al ayudar al ahorro productivo-doméstico por la menor adquisición de insumos externos.
En este sentido, la cría de lombrices de tierra domésticas para la degradación de residuos vegetales y/o animales es útil para obtener un abono con medio-alto contenido de nutrientes. Esta práctica es conocida como vermicultura o lombricultura, la cual contribuye en la gestión de los desechos del predio/huerto y en su aprovechamiento como fuente nutritiva para el suelo/plantas.
El abono obtenido se denomina vermicompost o humus de lombriz, el cual es un tipo de compost que se forma gracias a la actividad de las lombrices las que descomponen los residuos orgánicos biodegradables, dejando un producto que puede ser utilizado como fertilizante o acondicionador del suelo.
Este es uno de los insumos más utilizados en agricultura ecológica y orgánica, ya que permite una rápida asimilación de nutrientes por parte de las plantas, mejorando la estructura del suelo, aumentando la aireación y actividad de los microorganismos del suelo, y disminuyendo la compactación del mismo.
Los animales en un sistema de vermicompostaje pertenecen al filo de los anélidos, los cuales son invertebrados hermafroditas con un cuerpo cilíndrico, blando y dividido en segmentos o anillos, con color rojizo en dorso y rosado en la zona ventral, y de dimensiones pequeñas (3-10 cm de largo, 2-5 mm. de diámetro y 1 g de peso), por lo que su crianza es ideal para aprovechar pequeños espacios en el predio agrícola o patios domiciliarios.
El tipo de lombriz más utilizada es la roja californiana (se les llama así porque fueron seleccionadas en California, USA, en la década del 50), que incluye un conjunto de especies que cumplen características útiles para su uso como herramienta biotecnológica en el tratamiento de desechos orgánicos, debido principalmente a la alta prolificidad, es decir la capacidad de reproducirse en grandes cantidades durante el año.
Lo anterior se relaciona con su corto ciclo reproductivo; (3-4 veces/año) y su elevada frecuencia de apareamiento (depositan 1 cápsula con 10-20 huevos cada 7-10 días; los cuales después de una incubación de 2-4 semanas eclosionan generado nuevas lombrices). Otras características importantes se muestran en la Figura 1.
Las lombrices rojas son animales con un amplio rango alimentario que incluye detritos de origen vegetal; es decir restos que quedan de la elaboración o descomposición de un producto orgánico hasta coprolitos animales que son el resultado de la mineralización de deyecciones animales como el estiércol de oveja; conejos, vacunos sin antibióticos, etc.).
Los alimentos deben tener un pH cercano al neutro (sin embargo; pueden resistir pH 6.0-9.0), debiendo tenerse en consideración que las lombrices se alientan cerca de la superficie y que depositan sus excrementos en profundidad.
En una vermicompostera a pequeña escala es importante considerar que las lombrices pueden alimentarse de una amplia gama de alimentos (Cuadro 1) que deben ser blandos y muy bien picados; (2-4 cm. como máximo) para facilitar su descomposición en el intestino y así reducir la duración del proceso de obtención del vermicompost.
En el Cuadro 2, se presentan los parámetros adecuados para el alimento de las lombrices.
En pequeñas unidades de agricultura urbana de INIA Remehue, donde se ha implementado un sistema básico de vermicompostaje; la cantidad promedio producida es de 6-10 kg de humus por cada 20 kg de desechos orgánicos introducidos al sistema (principalmente residuos hortícolas de cocina); en un periodo de 4-5 meses.
Estos resultados dependen del manejo de las lombrices (temperatura, humedad, etc. y del tipo de materiales introducidos como alimento).
El lombricompost resultante puede utilizarse en todo tipo de cultivos; variando la dosis si se trata de un cultivo hortícola, frutales mayores o menores u plantas ornamentales.
La producción de vermicompost nos ayuda a reducir el volumen de residuos del predio; valorizando principalmente los de naturaleza orgánica; pudiéndose además aprovechar pequeños espacios para su generación; siempre y cuando se sigan las recomendaciones de manejo de las lombrices; en especial en lo relacionado a su alimentación.
La obtención de vermicompost puede ayudar al pequeño agricultor a independizarse (totalmente o en parte) de la compra de fertilizante comercial de origen mineral; generando un ahorro en los costos de producción de alimentos. Además, reduce el impacto ambiental generado por el tratamiento de los residuos; evitando el transporte de los mismos a largas distancias, contribuyendo así en la disminución de la huella de carbono.
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