La pudrición gris del kiwi es la enfermedad de postcosecha más importante del kiwi en Chile, por lo que el entendimiento de la epidemiología es primordial para el buen manejo de la enfermedad.
Nombre común: Pudrición gris del kiwi
Agente causal: Botrytis cinerea Pers. Botrytis prunorum E.E. Ferrada & Latorre
Clasificación taxonómica: Fungi, Ascomicetes, Helotiales, Sclerotiniaceae.
Hospederos: Botrytis spp. afecta hortalizas y frutas, tanto en pre como en postcosecha. En kiwi, afecta principalmente al cultivar Hayward.
Botrytis spp. es un hongo cosmopolita presente en los principales países productores de kiwi, como Italia, China y Nueva Zelanda. En Chile, las pérdidas causadas por pudrición gris se estiman entre un 5 a 8% de la producción en postcosecha. No obstante, la incidencia de esta enfermedad puede aumentar si las condiciones ambientales son favorables durante el desarrollo del fruto en el huerto.
La pudrición gris se denomina “pudrición estilar, lateral o peduncular”, según la ubicación del comienzo de la infección.
1. Pudrición estilar: Es la menos frecuente y está asociada a la infección de los estilos durante floración.
2. Pudrición lateral Está relacionada a daños del fruto y al contacto de un fruto sano con un fruto enfermo durante el almacenamiento en postcosecha.
3. Pudrición peduncular Es la más importante entre las tres pudriciones. Botrytis sp. inverna en restos vegetales en el suelo como micelio y/o esclerocios (micelio compactado de resistencia) y en primavera, las conidias (esporas) son transportadas por viento infectando flores y frutos.
La infección ocurre durante todo el desarrollo del fruto en el huerto, principalmente en floración y al momento de la cosecha y es favorecida en presencia agua libre y/o humedad relativa alta (>90%), junto con temperaturas cálidas (15-25°C). Esta infección permanece latente en el fruto hasta su desarrollo y expresión en postcosecha.
La enfermedad, particularmente, la pudrición peduncular se desarrolla luego de 4 a 6 semanas de almacenamiento en frío en postcosecha y rara vez se presenta en el huerto. Se observa como un ablandamiento de la zona peduncular y un oscurecimiento del tejido afectado. Internamente, la pudrición se caracteriza por generar ablandamiento en el fruto, de apariencia acuosa y de color marrón a marrón oscuro, avanzando a través de la pulpa y columela. Esto podría afectar todo el fruto (Figura 1).
Ocasionalmente, sobre la zona peduncular, es posible observar micelio gris a blanquecino y de apariencia algodonosa, pudiendo o no presentar esporulación y esclerocios (Figura 2 y 4). Este micelio puede extenderse a la fruta adyacente, formando “nidos” de Botrytis spp. (Figura 3).
Junto con el control químico, es necesario realizar labores culturales que disminuyan la densidad de inóculo presente el huerto y por ende, las condiciones favorables para el desarrollo de la infección. Por ello, se debe evitar canopias compactas y sombreadas, favoreciendo la ventilación dentro del parrón. Además, es recomendable incorporar restos de poda, evitando la descomposición de restos vegetales sobre el suelo.
Deben aplicarse productos botriticidas durante floración y cercano a cosecha, procurando alternar ingredientes activos para evitar la generación de resistencias.
En postcosecha, realizar curado por 24 horas en un lugar ventilado, especialmente, en presencia de condiciones favorables a la infección durante o previo a la cosecha. Enfriar pasivamente a 0°C en ambiente libre de etileno. Realizar un cepillado adecuado evitando daños a la fruta.
Foto de portada: https://postharvest.ucdavis.edu
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