La propagación de enfermedades y plagas de las plantas aumenta debido al calentamiento global y al cambio climático.
Las plantas son responsables del 98 % del oxígeno que respiramos y aportan el 80 % de nuestro consumo diario de calorías. A partir de este año, se celebrará el 12 de mayo, el Día Internacional de la Sanidad Vegetal, una oportunidad para incrementar la concienciación sobre la necesidad de actuar para proteger nuestras plantas.
Las plantas son las mejores amigas del ser humano y sus principales aliadas para la vida en la Tierra. Las plantas son responsables del 98 % del oxígeno que respiramos y aportan el 80 % de nuestro consumo diario de calorías.
Sin embargo, a menudo no les prestamos atención, sin darnos cuenta de la importancia de que se mantengan saludables.
Cada año, hasta el 40 % de los cultivos alimentarios se pierden por culpa de las plagas y enfermedades de las plantas. Estas pérdidas —tanto de rendimiento como de ingresos—, tienen un efecto devastador en las comunidades más pobres que basan su sustento en la agricultura.
Las plagas y enfermedades de las plantas no conocen fronteras. En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, no es de extrañar que puedan desplazarse y colonizar nuevas zonas. El cambio climático está acentuando esta propagación creando condiciones favorables para estas plagas y para la supervivencia de determinadas enfermedades de las plantas en nuevas zonas.
Por ejemplo, el cambio climático ya ha contribuido a ampliar el área de distribución de plagas como el picudo rojo de la palmera, el gusano cogollero del maíz:, la mosca de las frutas, la langosta del desiertoy el barrenador esmeralda del fresno. El aumento de las plagas supone una importante amenaza para el medio ambiente, ya que las plagas, en especial las invasoras, pueden causar una grave pérdida de biodiversidad.
Las enfermedades de las plantas son igualmente devastadoras, pues causan estragos en las cosechas y reducen los ingresos de los agricultores.
¿Cuáles son las enfermedades de las plantas más invasivas y cómo contribuye el cambio climático a su propagación?
A continuación se enumeran cinco enfermedades cada vez más peligrosas que amenazan la salud de las plantas:
El tizón tardío es una enfermedad que ataca a las papas y los tomates y está causada por el hongo Phytophthora infestans. En los tomates, la enfermedad provoca lesiones en las hojas, los peciolos y los tallos, mientras que los tubérculos de la papa desarrollan una podredumbre de hasta 15 milímetros de profundidad.
El hongo tiene una gran capacidad de adaptación a las condiciones cambiantes, prefiriendo las estaciones cálidas y húmedas. El cambio climático está creando condiciones favorables para este hongo en momentos y lugares diferentes a los anteriores.
Por ejemplo, en Egipto, las condiciones meteorológicas cada vez más cálidas y húmedas están favoreciendo las epidemias de tizón tardío de la papa, permitiendo que el patógeno se desarrolle en una fase más temprana de la temporada agrícola.
Esta enfermedad fúngica, también conocida como Hemileia vastatrix, afecta a las hojas del cafeto. Comienza a manifestarse en forma de manchas amarillas y luego se convierte en un polvo amarillo anaranjado que se propaga fácilmente a otras plantas de café.
La roya del cafeto es uno de los mayores desafíos para la producción mundial de café, ya que la enfermedad es capaz de adaptarse a diferentes climas. El calentamiento global parece ayudar a reducir el periodo de incubación del patógeno, lo que significa que pueden desarrollarse más generaciones del mismo en una temporada agrícola.
Se trata de una enfermedad fúngica letal causada por el hongo del suelo Fusarium oxysporum TR4. Al entrar en la planta del banano a través de las raíces, el hongo bloquea el flujo de agua y nutrientes a las células de la planta, destruyendo gradualmente las hojas.
Finalmente, esta enfermedad conduce a la muerte de la planta. Las altas temperaturas y los fenómenos climáticos extremos, como los ciclones —ambos efectos habituales del cambio climático—, pueden aumentar el riesgo de marchitez por Fusarium en el banano.
La Xylella fastidiosa es una bacteria transmitida por varias especies de insectos chupadores de savia, como el saltahojas, que infecta varios cultivos de importancia económica —como la vid, cítricos, olivo, almendro, melocotón y café—, y a plantas ornamentales y forestales. La bacteria bloquea la capacidad del huésped para absorber agua, provocando en última instancia una sequía interna.
La Xylella prevalece principalmente en América, el sur de Europa y el Cercano Oriente, pero tiene el potencial de expandirse más allá de su distribución actual. El aumento de las poblaciones de insectos vectores podría conducir a una grave expansión de esta enfermedad.
Provocado por el hongo Plasmopara viticola, el mildiú de la vid es una enfermedad fúngica extremadamente grave de la uva que puede causar fuertes pérdidas en las cosechas. El patógeno ataca las partes verdes de la vid, en especial las hojas, provocando lesiones angulosas, amarillentas y a veces aceitosas entre los nervios.
El aumento de la temperatura del aire favorece el inicio de la enfermedad. El riesgo de que se produzcan brotes graves de mildiú de la vid aumenta a medida que el cambio climático altera las temperaturas en muchas regiones.
Una vez establecidas, las plagas y enfermedades de las plantas a menudo son difíciles de erradicar; y hacerlo requiere una gran cantidad de dinero y tiempo. Por ello, la adopción de estrategias preventivas es la solución más efectiva.
Para aumentar la concienciación sobre la importancia de la salud y la protección de las plantas; la FAO y la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF); han publicado la Revisión científica del impacto del cambio climático en las plagas de las plantas.
La publicación ofrece una amplia información sobre el impacto del cambio climático en la sanidad vegetal y contiene recomendaciones sobre medidas para prevenir los riesgos.
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