Los desafíos de sostenibilidad latinoamericana y el “Agro del Futuro” del Premio Avonni
Uno de los aspectos en los que la agricultura no está ajena es la innovación, y bajo el lema “Innovar para Transformar” es que el Premio Avonni 2022, convoca a sus postulantes.
Este premio es organizado por la Fundación ForoInnovación en conjunto con el el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; El Mercurio y TVN, y busca reconocer proyectos científicos y tecnológicos de alto impacto, que contribuya al desarrollo sostenible de Chile, donde se impacte positivamente en comunidades y territorios , y se fomente -además- el trabajo de las mujeres en ciencia y tecnología.
Los premios Avonni cuentan con 12 categorías postulables: Alimentación Equilibrada, Ciudad Nueva, Cultura, Educación, Innovación Social, Innovación Pública, Servicios Digitales, Recursos Naturales y Medio Ambiente, Energía, Minería y Metalurgia, Salud y Ciencia y Agro del Futuro. Actualmente, el premio se encuentra ya en proceso de selección por parte de los expertos del jurado, quiénes tendrán la misión de elegir a los ganadores.
En el categoria "Agro de Futuro" , Portal Frutícola quiso conocer en más detalle cómo se ve el sector alimentario, el rol de las mujeres en ciencia e innovaciones latinoamericanas, en un contexto de sostenibilidad. Para esto, Varinka Farren, parte del jurado del Premio Avonni 2022, directora ejecutiva de Hub APTA y presidenta de Women Board Up, y Marcela Samarotto, especialista en innovación del sector agroalimentario de la Fundación de Innovación Agraria (FIA), nos cuentan de manera conjunta cómo la innovación es un valor en el sector alimentario, cómo abordar el futuro del agricultura y la sostenibilidad, el estado de la innovación, el rol de la mujer en ciencia y tecnología.
¿El foco del premio en el área agrícola serán las nuevas tecnologías, en este sentido cómo ve el tema alimentario hacia el futuro?
(MS) La categoría “Agro del Futuro” en los premios Avonni, surge como una manera de entregar un reconocimiento a quienes desean aportar a mejorar la competitividad del país, dando valor agregado a sus productos, a sus sistemas productivos o recursos humanos y también, para motivar a que otros actores se sumen a dar este necesario impulso a la innovación y tengan como referencia estas experiencias.
En este sentido, poder destacar las innovaciones que se relacionen con el uso de tecnologías, y ayuden a solucionar las principales problemáticas vinculadas con la agricultura, es primordial. Hay que tener en cuenta que hoy es necesario abordar la producción agrícola como Sistemas Alimentarios Sostenibles, en base a procedimientos o métodos que garantizan la seguridad alimentaria y la nutrición de la población, sin poner en riesgo a las futuras generaciones, abarcando todos los componentes y actividades que se relacionan con la cadena agroalimentaria y los efectos que estas generen y donde la innovación, es un elemento clave.
¿Cómo se puede ser innovador -por ejemplo- en materia de escasez hídrica?
(MS) Sabemos que el agua es un recurso indispensable para el consumo humano, la producción de alimentos, la actividad económica y el medio ambiente. Por este carácter y su oferta limitada en cantidad y calidad, el agua es un recurso que debe ser administrado de manera eficiente, con un enfoque sostenible y de gestión integrada, de manera de contribuir a satisfacer las necesidades asociadas a su uso.
En Chile, se estima que el riego en el sector agrícola consume alrededor de un 70% del total de agua extraída para uso consuntivo. Esta situación plantea el desafío de identificar oportunidades y encontrar soluciones innovadoras que contribuyan a la diversificación de las fuentes, el aseguramiento de su calidad y la gestión eficiente de los recursos hídricos en el sector, así, desde FIA, se ha considerado pertinente relevar, como uno de sus lineamientos estratégicos, la gestión eficiente del recurso hídrico en el sector silvoagropecuario y la cadena agroalimentaria nacional, poniendo a disposición sus instrumentos para abordar esta materia. Por otro lado, toma en cuenta los esfuerzos que realizan otros actores del ecosistema involucrados con esta temática, para generar redes y abordar soluciones en forma mancomunada.
¿En el agro y en la innovación cómo ve el rol de las mujeres?
(VF) Con el paso de los años, las mujeres han adquirido un rol más participativo en las labores agrícolas, lo que ha permeado no solo a aquellas funciones administrativas, sino también a las que son más calificadas como la I+D+i, transferencia tecnológica, actividades de campo o laboratorio, etc.
Sin duda, esta mayor incorporación femenina, entrega una visión más amplia y completa de cómo enfrentar los desafíos futuros del agro, dado que la búsqueda de la sustentabilidad no se puede conseguir de manera íntegra sin incluir la mirada de género, que debe ser transversal en todas las áreas, de manera de hacer más inclusiva nuestra sociedad.
Según estimaciones publicadas por ONU Mujeres, el PIB mundial anual sería 26% más alto en 2025 si las mujeres participaran en la economía en la misma proporción que los hombres, un escenario del que no está ajeno el sector agrícola, el segundo más relevante del país, después de la minería.
Por lo tanto, es crucial empujar una mayor presencia femenina en el rubro, en especial, considerando las habilidades innatas de las mujeres para liderar los procesos de innovación, en los que se necesita de colaboración y articulación.
(MS) Para FIA el rol de la mujer, en la innovación en agricultura, es fundamental. De hecho, fue la misma Fundación que ha premiado su rol desde el 2006 con la distinción del Premio a la Mujer Innovadora, dicho galardón tiene como objetivo subrayar el aporte que hacen las mujeres a los procesos de innovación, y al desarrollo y fortalecimiento de una cultura de la innovación en la actividad agraria del país.
¿Actualmente, se puede destacar algún proceso, modelo de negocio, producto o servicio que pueden destacarse como innovadores?
(MS) Existen muchas innovaciones que desde FIA se han impulsado en estos 25 años de trayectoria y hemos sido ejemplo como institución de relevar la importancia de haber contribuido al surgimiento de nuevos rubros que no se desarrollaban comercialmente en Chile, como el olivícola, los camélidos, las ovejas lecheras, los frutales de nuez como el avellano europeo, pistacho y macadamia. También destacan el cultivo de las algunos berries como las frutillas de Chanco y el maqui, y los bulbos de flores, para citar como ejemplos.
A nivel de iniciativas, podemos destacar el apoyo a proyectos en prácticas relacionadas con el Bienestar Animal en Chile, desde la innovación incluimos la importancia de este tema evidenciando los beneficios productivos y económicos para los productores, además de establecer que los consumidores cada vez manifiestan una mayor preocupación por conocer el sistema productivo desde donde provienen sus alimentos.
La sustentabilidad es un gran desafío ¿cómo ve que están trabajando en esto el sector público y privado?
(MS) Desde el sector público y los servicios que dependen del Ministerio de Agricultura, en el caso de Chile, estamos trabajando en impulsar un desarrollo silvoagropecuario sustentable, reconociendo como pilar fundamental la conservación y restauración ecológica de los territorios con el fin de revertir la degradación de los ecosistemas. Se busca fomentar los sistemas productivos basados en la economía circular, la gestión sustentable de los recursos naturales y la biodiversidad a través de la ganadería regenerativa, la agroecología, la producción orgánica, entre otros. Este trabajo es un desafío no solo para nuestro país sino para todos los países de Latinoamérica.
¿Existe una verdadera transferencia tecnológica en el sector agropecuario?
(VF) Sí, de hecho, desde Hub APTA tenemos un caso de éxito de transferencia tecnológica para el sector agrícola, que se concretó el 2019 y consiste en unas mallas fotoselectivas, desarrolladas por el investigador Dr. Richard Bastías, de la Universidad de Concepción, que protegen los cultivos de fruta de los golpes de calor, reduciendo la sobreexposición al estrés solar, disminuyendo el consumo de agua y las pérdidas en hasta un 95% en la producción de frutales, además de mejoras en la calidad de las mismas.
Actualmente, las ventas de la tecnología en México se han consolidado, llegando a los US$3 millones en 2021. Además, ya ingresó al mercado peruano y cuenta con las primeras ventas y, se proyecta su entrada a Estados Unidos, Ecuador y Colombia en el corto y mediano plazo, además de ampliar su aplicación en otros cultivos afectados por la radiación.
Esta tecnología es la muestra de que una innovación 100% chilena, surgida desde la academia, se puede transformar en un excelente negocio, con un alto potencial de crecimiento.
¿Latinoamérica tiene las condiciones para realizar negocios basados en ciencia, potenciando las capacidades I+D?
(VF) Por supuesto que sí. El nivel de nuestros científicos y científicas es alto y se están abriendo cada vez más a la posibilidad de innovar y conformar empresas de base científica-tecnológica, en las que no solo cuenten el desarrollo de una solución, sino una familia de ellas, orientadas a resolver desafíos de las diferentes industrias.
Nuestro programa de emprendimiento APTA Builder justamente apunta a promover y participar activamente en la creación de startups, que pueden tener una génesis en una investigación de la academia o emprendimientos que desean ser intervenidos, por lo que potencia las capacidades de I+D+i existentes y, además, busca construir equipos multidisciplinarios, con habilidades comerciales y orientadas a negocios, que puedan impulsar sus crecimientos.
Sumado a esto, los equipos seleccionados, también tienen la oportunidad de recibir un acompañamiento experto, boutique, hecho a la medida e integral por parte de científicos y empresarios destacados, que han logrado internacionalizar sus negocios con éxito, desde Chile y financiamiento para su primer arranque.
Por lo tanto, Chile y Latinoamérica tienen todas las condiciones. En Chile, en particular, contamos con un ecosistema que ha ido madurando y que se encuentran en un camino de crecimiento y, por su parte, Latam ofrece un sinfín de oportunidades de colaboración en el ámbito de la CTCI considerando la cercanía geográfica, la riqueza de nuestros laboratorios naturales y la calidad de los profesionales.
La relación virtuosa se da naturalmente con países donde el ecosistema se encuentra en un estado similar al nuestro o más desarrollado, como lo es Colombia, Perú, Argentina y México, por ejemplo, donde hub APTA ya cuenta con aliados. Sin duda, nos podemos convertir en un polo de innovación, basándonos en nuestro valor y diferencias.
¿A nivel latinoamericano qué tenemos pendiente?
(VF) Por un lado, producir con sostenibilidad, que ya se ha venido trabajando, pero se puede mejorar y por otro, incorporar la transformación digital. En esto último, la dificultad que enfrentamos es la adopción por parte de los agricultores, independiente de su tamaño y ubicación. América Latina aún presenta problemas de conectividad y alfabetismo digital, por lo que es muy relevante solucionar estas brechas.
Asimismo, se requiere un marco regulatorio que también fomente la innovación en la industria, algo que es imperativo para que siga siendo un área esencial para las economías. Estas leyes deben responder no solo a las demandas y necesidades del mercado actual, sino también futuras y ahí está el desafío. Además, tenemos una tarea pendiente en las normativas de las tecnologías biológicas o regulación en el uso de tecnologías que ya se usan en otras industrias y que ahora se usan en agricultura. A veces estas trabas impiden que las tecnologías lleguen rápidamente a los agricultores/as y empresas del área, lo que genera que sean menos competitivas.