La roya del ciruelo es una de las enfermedades fúngicas más importantes que afectan a este frutal, causada por Tranzschelia pruni-spinosae.
Se trata de un hongo basidiomiceto perteneciente al orden de los Uredinales, que representa uno de los grupos de microorganismos fitoparásitos más diversos y con mayor repercusión económica mundial en la producción agrícola y forestal.
Se caracterizan por ser parásitos obligados y por presentar una estrecha coevolución con sus hospedadores vegetales. Debido a su carácter biotrófico resulta difícil su estudio en condiciones de laboratorio.
Se trata de un hongo basidiomiceto perteneciente al orden de los Uredinales, que representa uno de los grupos de microorganismos fitoparásitos más diversos y con mayor repercusión económica mundial en la producción agrícola y forestal.
Se caracterizan por ser parásitos obligados y por presentar una estrecha coevolución con sus hospedadores vegetales.
Debido a su carácter biotrófico resulta difícil que podamos estudiarlo en condiciones de laboratorio.
Afecta a diversas especies de frutales de hueso como ciruelo, melocotonero, almendro y albaricoquero. Su ciclo vital es complejo y comprende hasta cinco fases distintas. Las hojas caídas constituyen algunas de las fuentes hibernadas e infecciosas de la enfermedad donde el patógeno pasa el invierno en forma de uredo y teliosporas.
El micelio del hongo puede también permanecer viable en el tallo de un hospedador intermedio para asegurar futuras infecciones.
Las basidiosporas producidas por las uredosporas y las teliosporas pueden infectar las hojas jóvenes en mayo.
La infección puede convertirse en epidemia durante la incesante formación e infección de las generaciones de uredosporas.
Los síntomas aparecen a principios de julio en forma de manchas coalescentes de color amarillo-marrón en el haz de las hojas y como pústulas de aspecto pulverulento de color marrón rojizo en el envés de las mismas.
Las pústulas o soros constituyen en realidad masas de uredosporas que se producen desde las estructuras del hongo en los tejidos infectados y que rompen la epidermis vegetal.
La enfermedad se manifiesta como pústulas (uredosoros) de color rojizo, principalmente en el envés de las hojas, mientras que en el haz se observan pequeños moteados cloróticos.
La enfermedad puede causar defoliación prematura a fines de verano.
En viveros causa defoliación y reducción de crecimiento. Las hojas afectadas se caen de la base de la ramilla a la punta, quedando un ramillete de hojas nuevas en el extremo.
El viento disemina las esporas del hongo.
Sobrevive como uredosporas en hojas que permanecen en el suelo durante el invierno.
El control de la enfermedad debe comenzarse desde mediados de noviembre; en aquellos lugares donde la roya se presenta anualmente con fungicidas con ingredientes activos como Mancozeb, Captan y Cyproconazole.
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