La Antracnosis del lupino es causada por el hongo Colletotrichum lupini, previamente denominado C. gloeosporioides. Se considera una de las enfermedades más importantes que afectan al cultivo de lupino en el mundo y también en Chile.
En Chile la antracnosis ha afectado, por ahora, solo siembras comerciales de lupino blanco (Lupinus albus). En algunos años esta enfermedad ha sido muy destructiva en siembras de lupino amargo en manos de pequeños productores, por falta de aplicación de medidas preventivas de control.
El lupino de hoja angosta (L. angustifolius) ha sido atacado en Australia, pero en Chile la enfermedad solo se ha observado atacando plantas aisladas, en algunas siembras comerciales de La Araucanía. El lupino amarillo (L. luteus) es susceptible a la antracnosis, de manera que esta enfermedad es un factor de riesgo para eventuales siembras comerciales en el país.
También se ha observado antracnosis en plantas de la especie silvestre L. arboreus, conocida en Chile como chocho.
Los primeros síntomas de antracnosis se pueden presentar temprano afectando el hipocótilo y/o los cotiledones. El hipocotilo es el segmento de tallo inmediatamente inferior a los cotiledones, es decir, hojas embrionarias desplegadas cuando la semilla emerge del suelo.
La infección del hipocotilo o los cotiledones ocurre cuando se emplea semilla infectada y/o cuando hay alta contaminación en el suelo por esporas del hongo. Sin embargo, los síntomas más característicos y notorios corresponden a los que se presentan en el tallo principal. Los tallos afectados se curvan y/o enroscan, formando una lesión hundida en la zona interna de la curvatura.
Es típico que las plantas atacadas por antracnosis formen sectores que crecen en forma relativamente circular, a medida que la infección avanza. Los síntomas mencionados son frecuentes previo a la floración y durante la misma. Las lesiones en los tallos son de color café oscuro y miden entre 0,5 y 2 cm de largo.
En el centro de la lesión se desarrollan masas de esporas de color rosado a naranjo. La lesión en el tallo principal puede llegar a circundarlo por completo, debilitándolo y eventualmente cercenándolo. Síntomas similares pueden observarse en tallos secundarios y/o pecíolos.
Las vainas son también afectadas y en estos casos el hongo llega a infectar la semilla. La semilla infectada comúnmente adquiere un manchado característico. Sin embargo, algunas semillas infectadas por el hongo pueden no mostrar síntomas visibles.
La antracnosis se ha detectado con similares características sintomatológicas en L. albus, L. angustifolius, L. luteus, L. mutabilis y en la especie silvestre L. arboreus. Los ataques más fuertes se han observado en L. albus y L. luteus; en L. angustifolius los síntomas son notoriamente menos intensos.
Lluvias intensas, especialmente si son acompañadas de ráfagas de viento y temperaturas moderadas a altas, son ideales para un desarrollo rápido de la enfermedad. Otras condiciones predisponentes son el empleo de variedades susceptibles, semilla infectada y rotaciones estrechas de lupino sobre lupino.
En Chile, al igual que en la mayoría de los países donde se cultiva lupino, la antracnosis es considerada la enfermedad más dañina. Las pérdidas son muy variables, pero en parcelas experimentales de L. albus se han registrado pérdidas de 60%. En resiembras de lupino amargo ocasionalmente se observan pérdidas totales.
- El mejor método de control de la antracnosis es el uso de semilla sana ya que la enfermedad puede transmitirse de una temporada a otra por la semilla. No deben sembrarse semillas manchadas ya que es muy probable que estén infectadas por el hongo y producirán la aparición temprana de la enfermedad.
- No existen variedades de L. albus totalmente resistentes. Sin embargo, variedades de lupino dulce como Alboroto-INIA y Rumbo-Baer muestran aceptables niveles de tolerancia. Entre los lupinos amargos, la variedad Boroa-INIA tiene un nivel de tolerancia mayor que el lupino amargo común y particularmente mayor que el lupino amargo de alto calibre, que es muy susceptible a la antracnosis.
- El lupino amarillo (L. luteus) es susceptible. Por el contrario, el lupino australiano (L. angustifolius), prácticamente no ha sido afectado en Chile.
- Como la antracnosis también se transmite por residuos de cosecha, deben evitarse potreros que hayan tenido lupino en los dos años previos. Intercalar cereales o raps entre siembras de lupino permite disminuir la incidencia de esta enfermedad.
- La resiembra natural del lupino amargo (por grano caído durante la cosecha), práctica acostumbrada por algunos pequeños agricultores, es ideal para transmitir la antracnosis. Es recomendable tratar la semilla con un fungicida. La mezcla tiofafato-metilo/ piraclostrobina (Acronis) ha resultado efectiva en ensayos. Otros productos con registro en Chile son iprodione (Ippon, Iprodion, Rovelin, Rovral, Rukon) y fludioxonilo/ metalaxilo-M (Celest).
- La evaluación de fungicidas foliares no ha entregado evidencia concluyente de sus beneficios como alternativa de control.
- Limpiar la maquinaria que ha trabajado en sectores contaminados o afectados por antracnosis disminuye la probabilidad de diseminar la enfermedad.
- Eliminar plantas voluntarias de lupino ayuda a prevenir que la enfermedad se mantenga en un potrero.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.
La flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima), también conocida como poinsettia, es una de las plantas más icónicas de la temporada navideña. Sin embargo, mantener su belleza y garantizar su crecimiento saludable requiere atención y cuidado específico.