Emprendedores bolivianos sustituyen el plástico por hojas de banano
“Todos los emprendedores queremos lo disruptivo, lo innovador, lo que no se ha creado”, afirma Alicia Valda, la cochabambina que creó Banana Pack, uno de los 15 proyectos finalistas del concurso Emprende Ideas organizado por la Fundación Samuel Doria Medina A.
Como otros emprendimientos del concurso, este comenzó con una experiencia personal, una pequeña semilla que cayó en un terreno fértil; en este caso, el espíritu emprendedor de Alicia, que desde muy pequeña siempre quiso producir, transformar, y por eso estudió ingeniería industrial.
Dicha experiencia personal fue el éxito que obtenía su papá, un consumado parrillero, cuando preparaba su receta de “pescado chapapeado”, el deleite de familiares y amigos. Esta “receta icónica” requería envolver el pescado en hojas de banana para cocerlo en la parrilla.
Tras los aplausos de los allegados, aparecían sus pedidos para obtener las hojas de banano para preparar la receta referida y otras. Luego de darse cuenta de que ahí se escondía una oportunidad, Alicia se propuso hacer una investigación, tanto técnica como comercial, para usar la hoja de banano, que ha sido ancestralmente importante en la comida de los pueblos americanos tropicales, como una alternativa ecológica al papel film y al papel estañado, utensilios demandados por la industria gastronómica amateur y profesional, que crece cada vez más como una alternativa de alimentación y entretenimiento para las clases medias urbanas.
Luego de consultar la opinión de los potenciales clientes, terminó diseñando dos presentaciones, que ahora ofrece de forma comercial: Diez hojas de banano cortadas en piezas de 20 por 30 centímetros, acompañadas de mondadientes e hilo de algodón que permiten coserlas. Sirven para presentar arroz y otras cocciones en la mesa de una manera muy distinguida y sorprender a la familia y los amigos; también pueden emplearse para almacenar carnes y frutas.
Este producto está dirigido al público de aficionados a la gastronomía. Para los chefs profesionales, existe la opción de dos grandes hojas de banano de un metro o cuatro piezas de medio metro, que se emplean en preparaciones complejas de diverso tipo.
Las ventajas de estas hojas (que ha sido tratadas y por tanto son de fácil manipulación) en el almacenamiento de alimentos es que, a diferencia del papel film, permiten la “respiración” del envase; de este modo no se estancan en él los gases producidos por la fermentación natural de los alimentos. Esto permite una conservación más larga y sana. En la cocción, su ventaja sobre el papel aluminio es que mantienen mejor los jugos de las carnes, además que les aportan un sabor herbal.
El siguiente paso de Alicia Valda fue conseguir un socio financiador, Álvaro Guzmán, un publicista y comunicador que “le dio cuerpo” a la empresa. Esta comenzó a funcionar legalmente como Banana Pack.
El principal obstáculo con que se tropezaron fue la escasez de la materia prima. Para resolverla tuvieron que estudiar el funcionamiento de la cadena productiva del banano. “Descubrimos el rol de las hojas en la producción, que es ayudar a la maduración del fruto; por eso no se las puede cortar antes”. En esta investigación aprendieron, también, que la producción de plátano se hace con muchísimos pesticidas y fertilizantes, lo que contamina a las hojas. Así que se asociaron con David Viraca, un productor de una comunidad beniana, cerca de San Pablo, dispuesto a producir plantas de banano sin pesticidas.
Pero se presentó un problema más. Banana Pack solo usa la parte lateral de las hojas, con lo que queda una cantidad de residuos, que si bien es biodegradable o, como dice Valda, “compostable” (se puede convertir de compost), no deja de constituir un costo para la empresa. Así que, por coherencia, Banana Pack, trabajando con las unidades de transferencia de tecnología de la Universidad Mayor de San Simón, está investigando procedimientos para aprovechar estos residuos como “biopolímeros”, es decir, sucedáneos biológicos y naturales del plástico.
Con ello, la sustitución por la hoja de banano de la materia prima fósil (el plástico proviene del petróleo) sería completa. “Hasta ahora somos artesanales; pero nuestro emprendimiento necesita volverse industrial”, explica Valda. Esto crearía fuentes de trabajo y, además, sería una importante contribución al cuidado del ambiente.
Banana Pack puede encontrarse en Facebook. En Instagram aparece como Banana Pack Bolivia.
Banana Pack es la alternativa sostenible a los envases desechables, con conciencia ambiental y modelo de economía circular.
La producción de Banana Pack se encuentra en la población de San Pablo, provincia Guarayos, departamento del Beni, Bolivia.
Nuestro proceso incentiva a las familias a producir banano sin uso de fungicidas químicos, descubriendo un ingreso extra en la venta de sus desechos y además utilizandodo a la misma población para la producción de Banana Pack.
En comparativa con elementos de usos similares los productos de Banana Pack pueden descomponerse en 60 días, a diferencia del papel aluminio o desechable de plastoformo que puede descomponerse en hasta 500 años.
Banana Pack fortalece sus tecnologías de innovación con el apoyo de la aceleradora de negocios circulares Hub 7 Entrepreneurship y el Programa de Innovación y Transferencia de Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón.
Banana Pack es la alternativa sostenible a los envases desechables, con conciencia medioambiental y modelo de economía circular.
La producción de Banana Pack está ubicada en la localidad de San Pablo, provincia de Guarayos, departamento del Beni, Bolivia.
Nuestro proceso incentiva a las familias a producir banano sin uso de fungicidas químicos, generando un ingreso extra por la venta de sus residuos y empleando también a la misma población para la producción de banano en empaque.
En comparación con elementos de usos similares, los productos Banana Pack se pueden descomponer en 60 días, a diferencia del aluminio o el papel plastoform desechable que se pueden descomponer hasta en 500 años.
Banana Pack fortalece sus capacidades de innovación con el apoyo de la Aceleradora de Negocios Circular 7 Emprendimiento y el Programa de Innovación y Transferencia de Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón.