El pasado mes de diciembre el Gobierno de Portugal actualizó la zona demarcada para la Xylella fastidiosa en el área metropolitana de Oporto. Y por primera vez en Europa no solo se confirmó la presencia de esta bacteria en cítricos sino que se apuntó a que la infección se había dado con una subespecie –la X. fastidiosa fastidiosa- muy raramente descrita para este cultivo.
A esta enfermedad, cuya lucha es catalogada como “prioritaria” por la normativa de la UE, cabría añadir otra amenaza igualmente situada en el ‘top 20’ de los patógenos foráneos con mayor impacto económico, social y medioambiental: la consolidación del foco de ‘Mosca oriental de la fruta’ (Bactrocera dorsalis) detectado este pasado verano en el sur de Italia, que también afecta a cítricos.
Una tercera enfermedad “prioritaria” acecha desde 2018 a este cultivo, esta vez desde la ribera sur del Mediterráneo, en Túnez. Un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) acaba de demostrar, con modelos matemáticos y de manera irrefutable, que este hongo –reiteradamente detectado en partidas importadas de Argentina o Sudáfrica- es perfectamente capaz de asentarse en las zonas mediterráneas europeas.
Dada la gravedad de la situación generada por estas y otras amenazas de primer orden para el sector –como la presencia de los dos vectores del HLB en Portugal (Trioza erytreae) y en Israel (Diaphorina citri)- el Comité de Gestión de Cítricos (CGC) habla abiertamente de que el sector citrícola español vive en “un estado de alerta fitosanitaria permanente”.
Los resultados del laboratorio luso apuntan a que los cítricos afectados por la Xylella fastidiosa po-drían haber sido infectados por la subespecie fastidiosa, distinta a la multiplex que afecta a los almendros de Alicante pero que también está presente en Mallorca. Dado que esta subespecie se asocia a la enfermedad de Pierce en la vid y a la quemadura foliar del almendro en América y no a la Clorosis Variegada de los Cítricos –que se vincula con otra, la pauca, también presente en Ibiza y en Italia- se trataría de un subtipo que raramente afecta a los cítricos.
La X. fastidiosa fastidiosa, de hecho, sólo había sido descrita excepcionalmente por algunos autores para ciertas especies de rutáceas. La Xylella es un patógeno bacteriano transmitido por vectores –muy abundantes en todas las zonas citrícolas- y asociado a enfermedades graves en un amplio rango de vegetales. Más de medio millar de plantas pueden ser hospedantes de la enfermedad –la mayoría silvestres, otras tantas ornamentales y algunos frutales- pero hasta el momento en los cuatro países europeos donde se había confirmado (Italia, Francia, Portugal y España) sólo se había detectado en 174, ninguna de ellas de la familia de los cítricos. Cada subespecie tiene ‘predilección’ por un tipo de plantas, produciendo síntomas en ellas que pueden ser similares o diferentes, de ahí la importancia de una determinación genética fidedigna.
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