La fertirrigación es una técnica que permite la aplicación simultanea de agua y fertilizantes a través del sistema de riego. Se trata por tanto de aprovechar los sistemas RLAF (Riegos Localizados de Alta Frecuencia) para aplicar los nutrientes necesarios a las plantas. A pesar de utilizarse en múltiples sistemas RLAF, la técnica de la fertirrigación está totalmente extendida en el caso del riego por goteo.
- Las necesidades nutritivas de los cultivos
- Distribución de los porcentajes de fertilización a lo largo del ciclo de cultivo (en el caso de la fertirrigación por el método cuantitativo)
- Características del agua utilizada (pH, conductividad eléctrica, etc.)
- Saber operar con el cambio de unidades de UF (unidades fertilizantes) a kilogramos de fertilizante
El sistema de fertirrigación es, hoy en día, el método más racional de que disponemos para realizar una fertilización optimizada.
1. El agua y los nutrientes quedan perfectamente localizados en la zona de absorción de las raíces.
2. Se pueden establecer diferentes planes de fertilización en consonancia con el estado fenológico del cultivo o en función de las curvas de absorción de los nutrientes.
3. Posibilidad de corregir rápidamente cualquier deficiencia nutritiva del cultivo.
4. Utilización de aguas de baja calidad agronómica. Este es un aspecto muy importante a considerar, ya que con un buen manejo y los conocimientos necesarios, podemos utilizar aguas de baja calidad (Conductividad eléctrica superiores a 3 dS/m)
5. Alta dependencia del cultivo al sistema de riego y por tanto mayor control sobre el cultivo. Podremos aumentar o disminuir la velocidad de crecimiento según interese. También, podremos utilizar técnicas de RDC (Riego Deficitario Controlado)
6. Todas las anteriores redundan en un uso más racional del agua y los fertilizantes. Una incidencia directa sobre la capacidad productiva del cultivo. Respeto del medio ambiente y un mínimo impacto ambiental.
Aunque la definición de fertirrigación queda suficientemente explicada en el anterior texto, queda mencionar que básicamente existen dos métodos de fertirrigación:
- Fertirrigación cuantitativa. Este modelo está basado en calcular las necesidades nutritivas en función de distintos parámetros: Número de plantas, edad, superficie foliar, tipo de suelo, área, consumo de nutrientes, etc. Una vez calculados los requerimientos, se introducen en el sistema de riego para aportarlos.
- Fertirrigación proporcional. Es un modelo más utilizado en cultivos sin suelo e hidropónico. Consiste en inyectar una cantidad determinada de fertilizantes por un volumen de agua determinado. Por ejemplo: gramos por litro ó litro por metro cúbico. Este ejemplo se refiere a concentración de fertilizantes en agua; en hidropónico suelen utilizarse unidades de concentración tales como: ppm/l, mmol/l o meq/l (partes por millón y litro, milimoles por litro o miliequivalentes por litro).
Efectivamente es posible hacer tratamientos mediante el riego por aspersión. Es común utilizar (además de los fertilizantes) otras sustancias como fungicidas, aminoácidos, etc. En el caso de insecticidas debes tener presente dos aspectos importantes:
1. Indicar de forma adecuada que la zona ha sido tratada con un insecticida (Cómo se habría hecho en caso de fumigar de forma convencional).
2. Aplicar el producto, calculando la dosis (concentración idónea). Cómo conocerás el caudal de las toberas, puedes calcular la dosis (concentración) deseada. Después, una vez aplicada la concentración idónea mediante los aspersores (toberas), NO debes aplicar agua únicamente (sin insecticida) para evitar lavar el insecticida.
Debes ser muy preciso al calcular el tiempo que tarda el líquido desde que ha sido inyectado a la red de riego hasta que haya salido por los aspersores. En este sentido, hay un truco que puedes utilizar. Puedes aplicar junto al insecticida algún producto colorante (que le de color al agua y no interfiera con el producto insecticida).
Un tip que te daremos es utilizar el quelato de hierro (da una pigmentación roja al agua). Así, el agua sale con esa pigmentación mientras se está inyectando o queda producto. Cuando veas que el agua ya no sale roja es el momento de cortar el agua para evitar lavar el producto.
Los expertos ponen a disposición de los agricultores bacterias contra el cambio climático que luchan contra patógenos, al mismo tiempo que protegen contra el calor.
El bokashi es una técnica de abono japonés que se ha desarrollado en los últimos 40 años que es considerada "milagrosa". Lee este artículo para aprender más al respecto.
Las prácticas respetuosas con el medio ambiente sustituyen a los antimicrobianos en los colmenares de Ghana, trabajando en una una apicultura sostenible.