Conoce los 10 países que más sufren con la inflación de los alimentos
Los precios históricamente altos de las materias primas, la guerra de Rusia en Ucrania, la volatilidad de los mercados de fertilizantes y otras causas han dejado a muchos países enfrentados a una crisis del costo de vida con una inflación de los precios de los alimentos de dos e incluso tres dígitos, según el Banco Mundial.
Alrededor del 80% de los países de ingresos bajos y más del 90 % de los países de ingresos medios-bajos han registrado aumentos interanuales de los precios de los alimentos superiores al 5% en 2023. Muchos de ellos se enfrentan a tasas de inflación mucho más elevadas, señala la Actualización sobre Seguridad Alimentaria del Banco Mundial.
Zimbabue ha registrado una inflación interanual extrema de los precios de los alimentos, que alcanza el 285%, la más acusada de todas las naciones, mientras que en Venezuela la cifra es del 158% y en Líbano, 143%.
Argentina, en cuarto lugar, registró la mayor inflación alimentaria de dos dígitos, con un 95%, frente a Haití, en décimo lugar, con un aumento interanual de los precios del 53%.
La crisis alimentaria mundial se ha visto agravada por la imposición de restricciones al comercio de alimentos tras la invasión rusa de Ucrania, ya que varios países intentaron aumentar el suministro interno de alimentos y frenar la inflación.
En diciembre de 2022, 19 países habían impuesto prohibiciones a la exportación de alimentos y ocho habían establecido restricciones a la exportación, según el Banco Mundial.
Crisis del costo de la vida es la mayor amenaza mundial
El impacto de la crisis del costo de la vida encabeza la lista de amenazas más graves del Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 del Foro Económico Mundial para los próximos dos años, mientras los gobiernos y los bancos centrales tratan de contener la obstinada presión inflacionista.
"El aumento de los precios de los alimentos está teniendo efectos devastadores en los más pobres y vulnerables", dijo el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass.
"Los países deben realizar esfuerzos concertados para aumentar el suministro de energía y fertilizantes, ayudar a los agricultores a incrementar las plantaciones y el rendimiento de las cosechas, y eliminar las políticas que bloquean las exportaciones y las importaciones, desvían los alimentos hacia los biocombustibles o fomentan el almacenamiento innecesario", añadió.
¿Qué hacer para aliviar la carga inflacionaria?
En mayo de 2022, el Banco Mundial anunció un paquete de apoyo de 30 000 millones de dólares para ampliar tanto los proyectos existentes como los nuevos, a corto y largo plazo, destinados a impulsar la seguridad alimentaria y nutricional, reducir los riesgos y reforzar los sistemas alimentarios.
Entre las prioridades figura la adopción de medidas para apoyar a los agricultores y su producción. Las medidas propuestas incluyen la eliminación de las barreras al comercio de insumos, el uso de fertilizantes más eficientes y la reconfiguración de las políticas y los recursos gubernamentales para aumentar la producción del próximo año.
También se pretende alcanzar un consenso internacional entre el G7, el G20 y otros grupos para reducir las barreras al comercio mundial. Esto significa contrarrestar medidas proteccionistas como las restricciones nacionales a la exportación, que hacen subir los precios de los alimentos, y las restricciones a la importación, que frenan la producción en el mundo en desarrollo.
Las comunidades vulnerables necesitan apoyo a través de la ampliación los programas de protección social específicos y sensibles a la nutrición, y dotación adecuada para mecanismos de financiamiento y respuesta temprana a emergencias, afirma el Banco Mundial.
Y es necesario invertir para que los sistemas alimentarios, cada vez más frágiles, sean más resilientes a impactos como las interrupciones del comercio, las crisis económicas y las perturbaciones derivadas de los conflictos, el cambio climático, las enfermedades y las plagas. Esto significa equilibrar las necesidades a corto plazo con la inversión a largo plazo para garantizar un futuro alimentario seguro para todos.
De cara al futuro inmediato, hay tímidas señales de optimismo, ya que el último informe Perspectivas de los Economistas Jefe del Foro Económico Mundial apunta a la posibilidad de que tanto la crisis del costo de la vida como la de la energía amainen a finales de 2023.