El secreto de la maduración y el buen sabor de frutas y verduras reside en los grados Brix. Este es un parámetro para medir el dulzor que tiene un determinado alimento en función de una tabla específica. Cuanto más grados Brix, por ende, mayor dulzor. Pero, ¿cómo controlamos esto? Vamos a hablar de este patrón no tan conocido.
Una cosa antes de avanzar. Cuando medimos azúcares con los grados Brix lo hacemos porque hablamos de alimentación. Sin embargo, el término Brix específicamente se refiere a medir materia seca en solución.
Si tienes 25 grados brix significa que tienes 25 gramos de 100 gramos totales de solución. Por eso, si estrujamos un tomate y este parámetro nos sale alto, quiere decir que tiene muchos sólidos con respecto al total. Con esos sólidos, en el caso del tomate como hortaliza, pueden ser azúcares disueltos y de ahí el sabor dulce o no.
Ahora bien. Queremos ir más lejos de cómo actualmente se usan los grados Brix. Normalmente se utiliza en agricultura para intentar predecir el sabor o dulzor de una fruta u hortaliza. Es un medio para saber el punto óptimo de recolección. Hasta que no llegue a X grados Brix, no se recolecta.
Pero cada vez más muchos técnicos e ingenieros agrónomos están utilizando este parámetro in situ de la planta para intentar ver si la planta se está alimentando correctamente. ¿Cómo es eso?
Veamos. Si conseguimos extraer la savia del cultivo a través de sus hojas o peciolos y dicha savia la pasamos por un refractómetro, podremos medir los grados Brix que posee la savia de dicha planta.
Foto: Refractómetro para medir los grados Brix de una solución líquida
Esto, como hemos dicho antes, nos da un valor de materia seca por solución líquida total. Es decir, la carga de iones (de forma coloquial, nutrientes) que tiene nuestra planta in situ.
Sin embargo, el valor de referencia que a priori siempre debemos mirar es la conductividad eléctrica. A mayor conductividad, mayor presencia de iones habrá en la solución de riego (agua + fertilizante). Por ejemplo, aguas con conductividad alta tienen, generalmente, valores altos de calcio, sodio, cloruros, etc.
Aquí surgen muchas especulaciones y falta bibliografía para consensuar un valor.
Aportamos una serie de datos según bibliografía y experiencias en análisis de savia en hoja:
- Solanáceas (pimiento, tomate, berenjena, etc.): valor medio: 6. Se considera bueno a partir de este valor. Por debajo de 5 se considera bajo y puede demostrar carencias nutricionales futuras.
- Brassicas (coliflor, brócoli, coles de bruselas, etc.): promedio de 7 º Brix. Por debajo de 6 se consideran niveles bajos de materia seca en savia.
- Cucurbitáceas (melón, sandía, etc.): valor promedio de 10-11 grados Brix.
- Cítricos (naranja, mandarina, limón, etc.): valor promedio de 8 grados.
- Vid: valor promedio de 10 º Brix. Por debajo de 8 se considera regular el aporte nutricional.
- Frutales de hueso: valor promedio entre 9 y 10 grados Brix.
- Frutales de pepita: valor promedio establecido entre 9 y 10.
Si nuestro cultivo tiene niveles adecuados de grados Brix, podemos decir lo siguiente, en teoría:
Lógicamente, aportando azúcar en el tanque de abonado no conseguimos nada. De hecho, ni aumentamos conductividad eléctrica (con la sal sí, ojo).
Al final, tener grados Brix adecuados es síntoma de que estamos haciendo todo bien. ¿Y eso como lo conseguimos? Con un cultivo plantado en su calendario, con una buena fertilización y aporte correcto y sensato de nutrientes (hay muchas tablas que pueden ayudarte), con una buena iluminación, con un suelo bien cuidado, etc.
Aunque en un artículo pasado comentábamos la importancia del potasio en la maduración de frutos (cambio de color, tamaño, resistencia a estrés hídrico, etc.), sólo un equilibrio correcto de macro y micronutrientes consigue hacer que los grados Brix se encuentren adecuados.
En definitiva, sólo es un parámetro más para permitirnos tomar decisiones a la hora de cuidar nuestros cultivos.
Cultivar espárragos en el huerto puede ser una tarea gratificante. Los espárragos (Asparagus officinalis) son una hortaliza perenne que puede producir durante más de 15 años si se cuida correctamente.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.