El lirio de agua, también llamados calas son una de las flores con más fama en ramos y en plantas ornamentales, por su delicada flor. Esta planta tóxica oriunda del sur de áfrica resulta tremendamente decorativa. Te contamos los secretos de sus cuidados.
Los lirios de agua cuyo nombre científico es Zantedeschia aethiopica pertenecen a un género muy pequeño de plantas de únicamente 8 especies aceptadas. Aunque haya más nombres, son sinónimos de estas 8.
Concretamente el lirio de agua se encuentra hoy en día como planta ornamental por ancho y largo del planeta pero su distribución en ambiente natural es otra historia muy distinta. Según los datos de GBIF.org esta especie es originaria de Sudáfrica, más concretamente en Mozambique y zonas colindantes, donde es evidente que se encuentra en estado natural, pero hoy en día se distribuye ampliamente por Europa, la costa oeste del continente americano, Centroamérica Australia y Nueva Zelanda principalmente. En España su presencia es bastante elevada por toda la península en las zonas costeras siempre.
Históricamente se conocen desde hace mucho porque ya aparecen en la mitología griega ligados a Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y también a la diosa Hera, esposa de Zeus y diosa del matrimonio. Desde luego la asociación a los lazos amoroso del lirio de agua es patente en la Grecia Clásica y ha llegado hasta nuestros días porque verás esta flor en numerosos arreglos florales en bodas.
En Europa se introdujeron hace ya muchos siglos. La primera referencia escrita de esa planta data de 1664 del Jardín Real de París pero pudo ser bastante antes su introducción en el continente.
Esto es algo importante que debes conocer. El lirio de agua no es un lirio, y aunque son rizomatosas como algunos lirios, el parentesco taxonómico es nulo ya que no pertenecen ni a la misma familia.
Normalmente sí son blancos o de color crema aunque cada vez están teniendo mucha popularidad las variedades rosas o incluso de un morado casi granate, color burdeos intenso, e incluso naranjas y amarillas que casi dañan la vista! Tienen colores con mucha viveza.
Es muy popular porque el tejido propio de la flor es grueso de una textura realmente suave que aguanta muchísimo tiempo como flor cortada. Son muy resistentes y además tienen un aroma muy agradable, dulzón y muy delicado.
La planta es de hojas grandes, de color verde oscuro y de porte bajo, ideales para interior, cuestión por la que se ha hecho verdaderamente popular.
La floración de los lirios de agua es persistente una vez florece pero hemos de procurarle a la planta dos cosas para activar la floración. Temperaturas cálidas y humedad. Más adelante lo vemos con profundidad.
Es una planta tóxica y si tienes mascotas como gatos que tienden a purgarse comiendo hojas, aleja esta planta de su alcance.
Si vives en la zona adecuada podrás cultivar lirios en exterior. Es muy posible que muchos «mueran» en invierno, pero el rizoma permanece latente bajo tierra hasta la siguiente primavera. ¿Y cuál es esa zona adecuada?
Pues principalmente ambientes sombríos, húmedos y cálidos. Muy tropical todo aparentemente, pero veremos luego que hay un amplio rango de climas. Veamos variable a variable lo que necesitan las también llamadas calas.
Les gusta el ambiente cálido. Un día de verano de unos 25 grados es maravilloso aunque los 20 de una vivienda son perfectos para esta especie aunque puede soportar temperaturas más bajas, llegando a soportar algún grado bajo cero sin que sean heladas muy persistentes y muy agresivas.
Según las zonas de dureza (son una clasificación de la rusticidad térmica muy usada en plantas) el lirio de agua soporta temperaturas de entre 1 y -5ºC pero no de forma prolongada.
Son flores de temporada en su hábitat natural pero en casa pueden mantenerse verdes todo el año.
En cuanto al tema lumínico no soportan el sol directo. No los pongas cerca de una ventana. Gustarán de cierta luz indirecta y tamizada y no les importa crecer en sombra parcial. Si tienes una habitación a la que, por ejemplo, le da el sol las últimas horas del día, los lirios de agua crecerán sin problema.
Es importante tener en cuenta que las temperaturas inferiores a los 10ºC consiguen inactivar la planta y no conseguirá florecer, al igual que si tienen el sustrato seco. Para ver flor es importante tener en cuenta estos factores.
Es uno de los factores determinantes de esta planta. Necesitan mucha agua. Siempre solemos decir que se suele pecar de exceso de agua en muchas plantas, que es mejor quedarse corto por la temida asfixia radicular. Bien, pues el lirio de agua o cala es una de esas excepciones que confirman la regla.
Tampoco hay que pasarse pero en interior pueden necesitar hasta un riego diario en interior. Hay que mantener el sustrato húmedo continuamente, más que húmedo de hecho durante la floración que será la primavera y parte del verano.
Una vez pase se deben bajar la frecuencia de riego paulatinamente hasta la llegada del invierno donde dejaremos descansar al rizoma sin riego alguno. Cuando pase el invierno podemos trasplantar el rizoma (es aconsejable cada 2 años) y empezar a regar para el rebrote.
En exterior menos ya que la capacidad de retención de agua del suelo es mayor que la de un sustrato en una maceta.
Según la distribución podemos encontrar esta especie en zonas costeras, es decir, donde hay humedad ambiental. Tenemos que proporcionársela. Podemos pulverizar agua de vez en cuando y/o poner un plato de grava o bolas de arcilla expandida con agua.
Otro de los aspectos en los que esta plana lleva la contraria frente al común del reino. Aunque un suelo con una buena retención de agua pero bien drenado siempre es el ideal, no sufrirá si la textura del suelo es tirando a arcillosa, es decir, pesada.
Hemos de recordar que estos lirios de agua se llaman de agua porque crecen en zonas de estanque, donde es muy común tener una estructura de suelo anegada y apelmazada, con una textura limosa, pesada y poco aireada. El pH ideal para esta planta está en neutro o ligeramente ácido.
El abonado se ha de realizar un poco antes y durante la floración. Es recomendable utilizar fertilizantes de liberación lenta. La fertilización es importante para provocar la floración además de con el control de temperatura y humedad.
Las plantas rizomatosas son realmente sencillas de multiplicar. Una vez brotan del rizoma podemos propagarlas por división. En exterior ellas solas irán ocupando en grupos el espacio que les dejes.
Con el tiempo y el paso de años es fácil que el rizoma “madre” por decirlo de alguna manera va perdiendo vigor, siendo recomendable renovarlas cada cierto tiempo. En interior el trasplante también debe hacerse cada 2 años.
Hojas amarillentas: Casi siempre es un síntoma de sequía. Es una planta que necesita bastante agua. También puede ser estrés térmico por frío. Vigila estos dos aspectos y verás que mejora sustancialmente.
No florece: También es una cuestión térmica y de humedad y/o riego. En interiores es necesario acudir a un plato de grava con agua alrededor para que proporcione humedad necesaria. Los interiores de las viviendas suelen ser muy secos. Utiliza un fertilizante de liberación lenta.
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