Las olas de calor que perjudican la agricultura de Europa, EE.UU. y Asia
El verano en Europa ha generado grandes olas de calor, lo cual viene ocurriendo ya hace varios años y tiene consecuencias en el vivir de las personas y en el sector agrícola, en especial en los cultivos de frutas y hortalizas, afectando los procesos bioquímicos relacionados con el óptimo funcionamiento de los cultivos, provocando severos efectos en su producción y desarrollo.
Las condiciones climáticas marcadas por altas temperaturas generan sequías e inestabilidad en la seguridad alimentaria, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe centrado en Europa del 28 de junio, ya que hay un incremento de la temperatura dos veces más rápido que la media mundial desde los años ochenta y de acuerdo a un informe de la Unión Europea y la Organización Meteorológica Mundial se espera que 2023 sea “inusualmente cálido”.
Esta organización recalca que es urgente que se reduzcan las emisiones de gases de invernadero a la atmósfera porque son las culpables de aumentar las temperaturas del planeta, que a su vez incrementan la frecuencia de olas de calor.
Sequía generalizada y bajas en producción
En gran parte de Europa Occidental existen alertas de sequía y no se prevén lluvias considerables pronto. En cuanto a Estados Unidos, enfrentará su tercer año de sequía consecutiva y gran estrés hídrico, sus mayores embalses el lago Mead y Powel en Arizona están en sus niveles más bajos, menos del 30% de su capacidad según el US Drought Monitor.
El cambio climático intensificó la ola de calor en el sur de Europa en 2.5°C e hizo 50 veces más probable la ola de calor que afectó partes de China, según un nuevo estudio realizado por la World Weather Attribution (WWA). Los científicos también advierten que si el aumento de temperatura alcanza los 2°C, estos eventos ocurrirán cada 2 a 5 años.
Por sobre los 43°C, los cultivos mediterráneos sufren estrés por calor y pueden perder sus flores, hojas y frutos, señala el agroclimatólogo y administrator de Stormchaser (@infoclimat), Serge Zaka (@SergeZaka).
Ante esta problemática reafirma el experto y asesor agrícola internacional, Carlos Castillo, que "he estado en estrecho contacto con técnicos y doctores europeos en nutrición y fisiología vegetal, es que en cuanto a los cítricos desde febrero y marzo de este año se ha dado abortos en flor, menos presencia de floración, lo que tiene como consecuencia que las curvas de producción tengan caídas en naranjas, toronjas, limones y mandarinas. Valencia y Almería están con grandes problemas por las altas temperaturas, lo mismo el norte de Italia",
En el caso de Sudamérica, precisa Castillo, las condiciones del clima y la presencia de El Niño, traen temperaturas por encima de los cuatro grados en este momento. Recordó por ejemplo, que en febrero cayeron lluvias inesperadas en México, en la zona de Trujillo, causando inundaciones, lo que estresó los paltos y arándanos. Luego en plena cosecha la temperatura era de cuatro a cinco grados en junio, cuando deberían registrarse entre 21 a 18 grados se encontraba en 26 a 27 grados causando aborto de fruta en los paltos y un estrés muy marcado en los arándanos que no les permitía entrar en floración.
"Las curvas de floración se atrasaron en los arándanos lo que tiene como consecuencia una reducción en las exportaciones en este inicio de temporada, principalmente en variedades como Ventura, en el caso de la palta se perdió mucha fruta por el estrés del exceso de lluvia en febrero lo que causa saturación y compactación del suelo provocando asfixia radicular y esto causó que los frutos no crecieran y fijaran más materia seca aumentando el calibre, además causó el aborto de fruta en crecimiento", finaliza.
Esta situación climática sucedida en febrero 2023 aconteció en California, Estados Unidos, afectando a sus cítricos. Zonas como Sacramento, San Francisco, Los Ángeles, se vieron afectada por lluvias y se anegaron los cultivares generando estrés.
Copa Cogeca, que representa a los agricultores y cooperativas agrarias de la Unión Europa, señala que las previsiones de cosecha de cereales y granos por las condiciones de sequía se han reducido por todo el continente.
En mayo, solo España, Italia y Portugal vislumbraban grandes pérdidas, sin embargo con las sequías de mayo y junio en zonas de Rumanía, Lituania, Finlandia, Polonia hay menos producción y menor calidad.
Con esto se espera la peor cosecha desde 2007 con una producción de unos 256 Mt, agregan que los altos precios de la energía, inflación, fertilizantes y los bajos precios de venta, hacen que los agricultores se enfrenten a una muy difícil campaña.
En el caso de China, el calor también ha sido acompañado por lluvias, lo cual podría afectar las cosechas de arroz.
Estas condiciones climáticas generan un trabajo de producción agrícola complejo, bajas en rendimiento, que podrían tensionar los precios y generar alzas en los mercados internacionales. / Foto principal gentileza de Freepik.es
El Niño extremo
"Ante El Niño, los gobiernos de todo el mundo deben prepararse para limitar los efectos que pueda tener para nuestra salud, nuestros ecosistemas y nuestras economías”. “Las alertas tempranas y las medidas preventivas para hacer frente a los episodios meteorológicos extremos asociados a este importante fenómeno climático son de suma importancia para salvar vidas y medios de subsistencia” dijo el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, profesor Petteri Taala
El Niño ocurre en promedio entre cada dos y siete años, y sus episodios suelen durar de nueve a doce meses. Se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las aguas de la superficie oceánica en las partes central y oriental del océano Pacífico tropical, si bien se produce en unas circunstancias de cambio climático antropógeno.
En previsión de que se repitiera un episodio de El Niño, un informe de la OMM publicado en mayo 2023 predijo que había un 98 % de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años y el quinquenio en su conjunto fueran los más cálidos jamás registrados, superando así el récord alcanzado en 2016, cuando se produjo un episodio excepcionalmente intenso.
En el informe, de cuya elaboración se había encargado la Oficina Meteorológica del Reino Unido junto con asociados de todo el mundo, se afirmaba asimismo que existía un 66 % de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta cerca de la superficie entre 2023 y 2027 superara temporalmente en 1,5 °C los niveles preindustriales durante al menos un año.