Agricultura con enfoque de género: Una nueva mirada hacia la sostenibilidad
“La sostenibilidad no es sólo una declaración de buenas intenciones. Cuando hablamos de ello, hablamos de un compromiso serio para producir alimentos de manera rentable, cuidando el medioambiente y favoreciendo a las personas que están alrededor nuestro. Y este compromiso debe demostrarse de manera objetiva, clara y veraz”. Con estas palabras, Carolina Salas, gerente de Sostenibilidad de Agrícola La Quebrada del Ají, enfatizó la importancia de avanzar hacia el desarrollo sostenible de la agricultura en la Región de Valparaíso como el mejor camino para hacer frente a la crisis que atraviesa el rubro debido a factores como la sequía, la falta de mano de obra, la alta competitividad de los mercados, la inflación y el alto costo de los insumos, entre otros.
Y es que para Carolina Salas, “la sostenibilidad comienza con el deseo genuino de un productor que anhela hacer mejor las cosas y que tiene visión de futuro. Luego, esa intención debe llevarse a la acción, teniendo en mente los tres pilares de la sostenibilidad: el pilar económico, medioambiental y social. Todos necesitamos ser rentables, proteger el medioambiente y ser socialmente favorables ya sea un agricultor pequeño, mediano o grande”.
Así como Carolina, son muchos los liderazgos femeninos que están jugando un rol clave en el desafío de alcanzar una agricultura sustentable en la región. Fenómeno que a juicio de Kurt Neuling, gerente del Programa Estratégico Regional Fruticultura Sustentable para la Región de Valparaíso (Perfruts), “ha sido fundamental para promover la utilización de nuevas herramientas y aplicaciones que nos permitan medir la sustentabilidad de los productores frutícolas y definir la hoja de ruta que debemos seguir para mejorar los estándares de la industria”.
Neuling agregó que “estas nuevas miradas han sido actores esenciales para acelerar los procesos de innovación en la industria frutícola, permitiéndonos incorporar tecnologías de punta a los campos, innovar en los procesos productivos y gestionar un trabajo mancomunado que logre posicionar a la fruticultura regional como uno de los líderes globales para 2026”.
El gerente de Perfruts g fue enfático al indicar que “una actividad agrícola se considera sostenible cuando se cumple con atributos como productividad, estabilidad, adaptabilidad y equidad, asegurando los ingresos necesarios para amortiguar los efectos negativos, como lo puede ser la escasez hídrica. Y al mismo tiempo, dando a los productores la capacidad de responder exitosamente a los cambios de la industria, elevando los estándares, la competitividad y asegurando la protección de nuestros recursos naturales. Ese es el desafío”.
“El desafío del Perfruts con miras a 2026 es hacer de la Región de Valparaíso un modelo a seguir en materia de sostenibilidad. Para ese propósito el rol y el enfoque de los liderazgos femeninos ha sido y seguirá siendo esencial”, puntualizó Neuling.