Política pública dejó de lado infraestructura hidraúlica en Chile
Por Claudio Reyes Hurtado, Coordinador Diplomado Planificación Estratégica de Recursos Hídricos UCSC y consultor senior en AWUA
Distintos sectores reclaman, y con razón, que desde hace un tiempo la política pública dejó de lado la inversión en infraestructura hidráulica. Al considerar el equilibrio dentro del Ministerio de Obras Públicas, vialidad concentra el 48,2% de la inversión, mientras que los recursos hídricos reciben el 16,3%. Es decir, Chile destina el 0,66% del presupuesto nacional para un tema de la más alta relevancia (referencia año 2021).
Tenemos un serio problema de prioridades.
Pero el problema comienza mucho antes. No hemos sido capaces de definir que la primera prioridad de cada cuenca es el balance hídrico. Al incorporar consideraciones socioambientales, este concepto evoluciona hacia la seguridad hídrica.
Equilibrar las cuentas de agua de una cuenca es lo mismo que equilibrar las cuentas de una casa. Si usted gana $1.000.- al mes, no puede gastar más que ese monto, o de lo contrario generará una deuda creciente, que en el caso de la cuenca, se adquiere contra los acuíferos y los ecosistemas.
¿Y si gasto $1.200?
Como a todos nos enseñaron de pequeños, sólo hay dos soluciones posibles para llegar a final de mes sin que a uno lo saturen de llamados telefónicos:
- Aumentar los ingresos para cubrir sus necesidades, pidiendo una subida de sueldo, trabajando horas extras o cambiándose de trabajo. Es decir, tendrá que ser más productivo.
- Disminuir los egresos para coincidir con el dinero disponible, cortando gastos innecesarios, reemplazando marcas, comprando menos o por mayor, en acuerdo con otros dueños de casa aproblemados. La alternativa es ser más eficiente.
Generalmente es un poco de cada cosa, y a nivel de cuenca se tienen las mismas posibilidades para alcanzar la brecha cero:
- Para aumentar la disponibilidad de agua se puede recurrir a embalses, trasvases o desalación; pero también podemos pensar en recarga de acuíferos, recuperación de suelos y de humedales, recomponiendo el ciclo hidrológico para poder así contar con agua en los períodos de mayor demanda.
- Para reducir la demanda de agua se debe trabajar en control de pérdidas de conducción, generar acuerdos entre usuarios, pero sobre todo se debe invertir en eficiencia, y en particular, en eficiencia de riego.
Para el análisis deberá considerar que aumentar la disponibilidad de agua en 1 m3 mediante un embalse cuesta unos $200 pesos en el largo plazo. Gestionar los acuíferos cuesta entre $50 y $80 por m3 de agua; y se puede reducir a $25 pesos por m3 si se invierte en eficiencia de riego.
La solución para el balance hídrico de cada cuenca no es única y se encontrará dentro de un espacio determinado por las Soluciones basadas en la Infraestructura, Soluciones basadas en la Gestión y de Soluciones basadas en la Naturaleza, y cómo éstas se coordinan para alcanzar el balance cero. Por eso necesitamos un Plan para cada cuenca.
Por esta razón, y desde el punto de vista estratégico, poner el énfasis en los embalses es metodológicamente errado.
No porque no sean necesarios, sino por que el propósito es el balance hídrico, brecha cero, y luego se deberá determinar qué combinación de soluciones compone la estrategia adecuada para alcanzar esta meta.
Y una de estas soluciones pueden ser los embalses.