El sector frutícola de Brasil está preocupado por el posible colapso de las exportaciones de uva a Estados Unidos, principal destino internacional de este país.
Debido al fenómeno de El Niño a América del Norte y Central, la producción brasileña se convirtió en la principal fuente de abastecimiento en esas regiones. Sin embargo, faltan auditores del impuesto federal agrícola para analizar y liberar las mercancías.
“El limitado contingente de interventores agrícolas preocupa al sector productivo y exportador por la imposibilidad de atender los pedidos y, por tanto, provocando un colapso de las exportaciones”, advirtió el presidente de la Asociación Brasileña de Exportadores de Frutas y Derivados (Abrafrutas), Guilherme Coelho.
El Valle del São Francisco responde por el 95% de todas las exportaciones de uva producidas en Brasil, pero sólo cuenta con cinco auditores agrícolas para analizar y liberar el producto. Incluso al límite, la carrera se ha mantenido operativa hasta el momento.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa), en el primer semestre del año se enviaron al exterior alrededor de 16.000 toneladas de uva, con una facturación de US$ 36,3 millones.
En un intento por cubrir temporalmente la escasez de personal, se intenta reubicar auditores de otras áreas de inspección de uvas en el Valle de São Francisco. “La medida sólo traslada el problema de un lugar a otro. Entendemos que la demanda de exportación de uvas está aumentando, pero otros departamentos también deben trabajar en paralelo”, criticó el representante de la Unión Nacional de Auditores Agrícolas (Anffa Sindical), en Pernambuco, Luiz Gonzaga Oliveira Filho.
Actualmente, alrededor del 20% de los 2.300 inspectores agrícolas federales tienen derecho a jubilarse. En junio, el gobierno federal anunció 200 nuevas vacantes para la carrera, lo que corresponde a sólo el 11,4% de la demanda solicitada por Mapa al Ministerio de Gestión e Innovación en los Servicios Públicos, es decir, 1,7 mil nuevos puestos.