Las arvejas (Pisum sativum L.) se adaptan a distintos tipos de suelo y sistemas de siembra, siendo importante cuidar algunos aspectos que tienen influencia en su rendimiento posterior. Con respecto a la elección del tipo de suelo, la arveja no tolera los suelos con mal drenaje, por lo que es preciso escoger aquellos sectores donde no se produzca anegamientos (lluvias en exceso a salidas de invierno o durante la primavera).
En caso de suelos ácidos es conveniente encalar antes de siembra, para asegurar un pH de suelo cercano a 6,5. Otros aspectos a considerar para un óptimo establecimiento del cultivo son: la densidad, profundidad y época de siembra, desinfección e inoculación de semilla y control de malezas. Estos factores que pueden ser manejados por los productores, influyen directamente en el rendimiento final del cultivo.
La utilización de la máquina cerealera permite regular dosis de semilla y fertilizante. En el caso de arveja, para una correcta solubilización y absorción por parte de la planta, es importante localizar el fertilizante fosfatado en el surco de siembra. También, la siembra mecanizada permite regular la profundidad de siembra, siendo recomendada para grandes superficies.
En el cultivo de arveja para grano seco es importante mantener la densidad de población cercana a 75 plantas/ m2 y una distancia entre hileras de 17 o 34 cm (valor más bajo implica una mayor cantidad de semilla por hectárea). Debido a que el tamaño de la semilla es variable, es importante trabajar con el concepto de densidad de población, corrigiendo por porcentaje de germinación y peso de semilla.
Para alcanzar las 75 plantas/m2 , suponiendo un 90 % de germinación de semilla indicado en la etiqueta, se debe ajustar el número de semillas en un 10 %, 75+7,5= 83 semillas/m2 . Si cada semilla pesa 0,2 gramos x 83 semillas es igual a 16,6 gramos semilla/m2 . Esto, al llevarlo a hectárea, da un total de 166 kilos semilla por hectárea.
En este caso, comparado a la siembra de grano seco, se utilizan poblaciones menores por hectárea, ya que el cultivo requiere labores y cosecha que son facilitadas por un mayor distanciamiento entre las plantas para su correcta realización. La distancia entre hileras recomendada es de 0,3 m, sembrando a chorro continuo sobre la hilera, con una densidad de 50 a 60 plantas/m2.
Para alcanzar una población de 50 plantas/m2 , suponiendo un 85 % de germinación de semilla por etiqueta, se debe ajustar el número de semillas en un 15 %, 50+7,5 igual a 58 semillas/m2 . Si cada semilla pesa 0,24 gramos x 58 semillas, resulta en 14 gramos semilla/m2 , lo que al llevarlo a hectárea da un total de 144 kilos semilla por hectárea.
Una adecuada fecha de siembra evita la aparición de enfermedades fungosas tales como antracnosis, phoma y septoria, así como las producidas por bacterias como Pseudomas. En La Araucanía, Chile, la recomendación de siembra de secano (sólo agua lluvia), independiente del uso, es a partir del 15 de julio hasta el 15 de septiembre.
Es importante desinfectar la semilla con un fungicida sistémico y con insecticida, para asegurar una correcta sanidad del cultivo en sus etapas tempranas de desarrollo (usar productos validados para arveja). Las semillas comerciales se encuentran desinfectadas, listas para siembra. De no ser ese el caso, se recomienda la desinfección con tiofanato de metilo o piraclostrobina (fungicida) y fipronilo o clorpirifós (insecticida).
Si no existe historial de cultivos con leguminosas en el predio es necesario inocular con preparaciones comerciales. Si la semilla se desinfecta, es necesario doblar la dosis de inoculante.
El momento de control de malezas es determinante en el efecto que éstas tendrán en el cultivo. Mientras las malezas y el cultivo son pequeños, no se producirá efecto negativo. Sin embargo, a medida que avanza el desarrollo fisiológico del cultivo se produce una competencia por los factores limitantes (nutrientes y agua), conocido como período crítico de interferencia.
La arveja es una planta que se afecta fuertemente en este período, debido a la baja velocidad de crecimiento en las primeras semanas de desarrollo, las que coinciden con el aumento de temperaturas en primavera. Este período crítico, en el que el cultivo debe estar libre de malezas, corresponde a los 45 días después de la emergencia, por lo que es crucial adoptar medidas preventivas y curativas, para asegurar un oportuno control y un buen rendimiento de arvejas.
El control de malezas se puede realizar a través de un Control Integrado de Malezas, el que puede aumentar la competitividad del cultivo, y con ello, la productividad. Existen distintas alternativas de control, las que deben utilizarse en forma coordinada, para garantizar un adecuado control de malezas en el predio (Cultural, Mecánico, Químico, y Preventivo):
Limpiar la maquinaria agrícola que ingrese al predio, evitar trasportar suelo de áreas contaminadas, controlar malezas en canales de riego y cercos, prevenir reproducción de malezas (propágulos), restringir movimientos de animales, evitar crecimientos de manchones de malezas, y educarse sobre la importancia del manejo de malezas.
- a) rotación de cultivos;
- b) uso de variedades precoces y establecimiento rápido;
- c) semilla certificada;
- d) método de siembra (hilera y distancia);
- e) fecha siembra;
- f) fertilización adecuada;
- g) control de plagas y enfermedades; y
- h) evitar anegamientos.
Desmalezamiento manual, fuego, escardas, labranzas primaria y secundaria, tales como el uso de arado y rastras, entre otras.
Aplicación de herbicidas selectivos para el cultivo. El momento de aplicación dependerá de las necesidades y carga de malezas existentes, y puede ser:
- Trifluralina: Herbicida suelo activo que previene el crecimiento de malezas, inhibiendo el desarrollo radicular. Dosis recomendada: 2,0 L/ha (gramíneas y hoja ancha), aplicado presiembra, incorporado al suelo.
- Linuron: herbicida sistémico de preemergencia, efecto hasta cuatro meses. Dosis recomendada 1 - 2 L/ha para hoja ancha y gramíneas.
- Pendimetalin: herbicida residual selectivo de preemergencia, incorporado inmediatamente después de la siembra. Dosis recomendada: 1,8 - 2,2 L/ha para hoja ancha y gramíneas.
- Bentazona-sodio: Herbicida control de malezas de hoja ancha. Éste se aplica cuando el cultivo tiene entre 5 y 10 cm de altura o con tres pares de hojas desarrolladas. Dosis recomendada: 2,0 L/ha.
- Haloxifop-P-Metilo; Quizalofop-P-etilo: Son herbicidas sistémicos de post emergencia, para el control de gramíneas, tanto anuales como perennes (avenilla, ballica, cola de zorro, chépica, pasto cebolla. Para malezas anuales usar menor dosis; para vulpia y malezas perennes usar dosis mayor). Dosis recomendada entre 1,2 - 2,0 L/ha.
Son aceites extraídos de plantas con utilidades en diferentes procesos industriales, entre ellos, productos naturales, farmacéutica, perfumería, cosmética, de alimentos y agrícolas. Estos aceites esenciales presentan toxicidad y retrasan, en algunos casos, la germinación y crecimiento temprano de las malezas.
Los aceites esenciales (AE) nacen como una forma más sostenible con el medio ambiente para el control de las malezas, por su comprobada toxicidad a ellas.
Esto, en especial, por las limitaciones de uso de algunos herbicidas convencionales, debido a su impacto ambiental y a la evaluación de riesgo para la salud humana, según la Organización Mundial para la Salud (OMS).
A pesar de ser una estrategia nueva, aún presenta algunas limitaciones, requiriéndose estudiar mecanismos de acción, selectividad y efectos secundarios en los microorganismos del suelo.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.
La flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima), también conocida como poinsettia, es una de las plantas más icónicas de la temporada navideña. Sin embargo, mantener su belleza y garantizar su crecimiento saludable requiere atención y cuidado específico.