Tomás Santamaría, oriundo de Utande y Valdearenas, no es solo un agricultor apasionado por el olivar. Su creatividad y determinación lo han llevado a diseñar un ingenioso dispositivo, una nueva máquina para cosechar aceitunas que podría hacer más efectiva la recolección de aceitunas.
Todo comenzó en el confinamiento, donde, como muchos, Tomás tuvo tiempo para reflexionar. Así es como germinó en su mente la idea de una máquina que facilitara la tediosa tarea de recolección manual de las aceitunas. Aunque intentó encontrar un herrero que materializara su visión, finalmente fue él mismo quien, en su propia nave, transformó sus bocetos en realidad.
Tomasenka no es solo una máquina, sino un complemento para el tractor, que puede adaptarse tanto en la parte delantera como trasera. Imagínate una estructura metálica con tres lados, equipada con rotores que mueven unos tubos de plástico en movimiento rotativo. Al introducirse en el olivo, estas «varas» de plástico sacuden el árbol, haciendo que las aceitunas caigan en un cajón similar a los que se utilizan en la recolección a gran escala. Simple, pero eficaz.
Pero, ¿por qué este invento es tan innovador? En regiones como Guadalajara, la recolección de aceitunas sigue siendo mayormente manual, un trabajo que exige gran esfuerzo físico y muchas horas bajo el sol (o el frío). Además, Tomás destaca un problema preocupante: el 90% de los olivares en su área están siendo abandonados debido al arduo trabajo que supone mantenerlos.
Con Tomasenka, Tomás ha logrado varear sus más de 4.000 olivos durante tres campañas con resultados alentadores. Además de ahorrar tiempo y esfuerzo, la máquina requiere un mantenimiento mínimo y es adecuada para todo tipo de olivos.
Con la patente en mano, concedida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Tomás espera asociarse con alguna empresa dispuesta a fabricar y vender su innovador dispositivo. Aunque tiene claro que defenderá su patente, no descarta colaborar con particulares interesados en su máquina. Su mensaje es claro: “Si te interesa, no me copies. Llámame. Estoy dispuesto a ayudarte bajo mi autorización”.
La máquina que nos ocupa tiene un nombre peculiar: Tomanseka. A simple vista, puede parecer complicada, pero en realidad, es sencilla y práctica. ¿Cómo funciona? Vamos a desgranar sus componentes principales.
Enganches y latiguillos: Estos elementos permiten que la tomasena se conecte adecuadamente. Los latiguillos de enganche rápido sirven tanto para abrir la puerta inferior como para desplegar las «alas» de la máquina, ya que es telescópica.
Motor y movimiento: La máquina cuenta con motores que han sido diseñados para ofrecer el mejor rendimiento posible. Aunque inicialmente se probaron diferentes tipos de motores, se optó por aquellos que ofrecieran mayor resistencia y eficiencia en el trabajo.
Enganche a la pala y tripuntal: Otro aspecto interesante es su versatilidad. Además del enganche estándar para la pala, se le puede añadir un tripuntal que permite engancharlo en la parte trasera.
Patente y diseño único: La singularidad de la tomasena radica en su diseño patentado. Esencialmente, es una máquina con un cajón inferior que se engancha al tractor. Su principal función es «varear» el olivo. Esta acción consiste en sacudir el árbol para que libere sus frutos.
Materiales y adaptabilidad: La tomasena puede ser adaptada según las necesidades. Aunque el diseño original incluye gomas, estos pueden ser sustituidos por otros materiales. Estas gomas, en particular, están diseñadas para proteger el olivo mientras realiza su función, evitando dañar el árbol.
Telescópico y personalización: Una característica destacada de esta máquina es su capacidad telescópica, lo que permite ajustarla según el tamaño y forma del olivo. Y lo mejor de todo es que fue construida de manera artesanal, soldada y cortada por el propio creador, dándole un toque personal y único.
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