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Agrícola Saturno: “Estamos trabajando en base al peor escenario”

09 Noviembre 2023

Hace unos días, Luis Garavito, gerente agrícola de Agrícola Saturno, empresa agroexportadora en el norte del Perú, cuyo cultivo estrella es la uva de mesa, mostró con orgullo, en sus redes sociales, una estupendas Candy Hearts, aun en sus parrones, y escribió: “estos lotes acaban de salir de Sala UCI”.

Garavito señaló que cada lote que se cosecha, cuyas frutas van consiguiendo los calibres y los grados brixs adecuados, son tomados como “un triunfo”, en un año tan complicado debido a, entre otros factores, el fenómeno El Niño. “El impacto de este fenómeno climatológico hoy en la agricultura peruana viene siendo más fuerte que el del 2017, y eso es bastante; es un año bastante complicado”, advierte Garavito.


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El reconocido gerente agrícola especialista en uva, dice que la fertilidad se ha visto afectada en el norte del Perú, y con ello los tamaños de los racimos, y los pesos de las bayas; ha habido menores calibres, cosechas que no se esperaban, mayores sobrerraleos. “Eso es lo que ha sucedido, en general, en el valle, por ello es que nosotros hemos tratado a nuestra fruta como pacientes UCI, como si estuvieran en cuidados intensivos”, dice Garavito.

Luis Garavito, gerente agrícola de Saturno.

A diferencia de El Niño del 2017, donde esa vez las lluvias empezaron en febrero y culminaron en marzo, esta vez cayeron con fuerza en los campos del norte de marzo a abril.

“Entonces se han concentrado más, y se interrumpió la buena formación interna en los racismos, la buena maduración. Debido a este estrés en los campos, se presentaron muchos problemas de hongos como mildiú. Frente a esto, no se trata solamente de tener los productos, sino también de buscar la oportunidad de aplicación”, dice Garavito.

Agrega que los productos agroquímicos se agotaron rápidamente en Piura. “No había las condiciones para poder aplicar. Nosotros tenemos una avioneta y podemos aplicar desde el aire, pero otras empresas no tienen esa posibilidad. Hacerlo con maquinaria, resulta muy complicado debido a las condiciones de los suelos, los tractores se quedan atascados en el campo. El otro asunto es que podías haber aplicado durante el día y en la noche caía la lluvia, lavándolo todo. Es así que muchos racimos no terminaron de conformarse, y quedaron medianos, por ejemplo”.

Luis Garavito dice que los lotes donde se repodó más temprano, lotes con variedades patentadas, tuvieron una mejor respuesta que los que se podaron más tarde, en formación, con variedades tradicionales, “donde hubo los mayores problemas de fertilidad y sobrerraleo, y donde se perdieron racimos y vallas. Por las cantidades de agua que cayeron, hubo un exceso de amonio lo que originó un estrés en el sistema radicular. En algunas variedades, también comenzamos a ver adelantos de cosecha”.

Con todos estos problemas en la presente campaña, Garavito dice que han logrado dar un paso importante; han conseguido fruta con buen color y buenos grados brix. “En este año tan difícil, no te puedes permitir fallar, el rendimiento de la fruta está en juego, y el objetivo es llegar a las producciones esperadas, con la calidad deseada, llegar bien al destino. Y cuando se consiguen estas pequeñas victorias, en estos tiempos, hay que celebrarlas”.

Sin miedo a El Niño

Pero, ¿Cuál es la clave para tener buena fruta en el norte en tiempos complejos, climatológicamente hablando? Luis Garavito dice que, hace quince años, aproximadamente, los productores miraban con asombro esos “productos milagrosos y mágicos” que solucionaban los problemas en el campo, que mejoraban el calibre, “que nos ilusionaban a la vista, y nos olvidamos de mirar realmente a la planta, de regar bien, de fertilizar bien, de curar bien la planta; y eso es lo que define, en realidad, la calidad de la planta. Y claro, esto productos mejoran los calibres, es verdad, pero los productores fuimos por el camino fácil, y nos olvidamos de las labores fundamentales en el campo; el éxito está en regar bien, fertilizar bien, aplicar bien las hormonas, los insecticidas, los agroquímicos, en el momento en que hay que aplicarlos”.

El gerente agrícola de Saturno dice que no hay que tenerle miedo ni a El Niño ni a la Niña, que hay ser diligentes como agricultores, tener claro cuáles son los parrones débiles, los que deben de podarse temprano, los que tienen un buen sistema radicular, lo que no se han regado bien, los que no se han fertilizado bien, porque esos van a ser los más afectados por los fenómenos climatológicos, por las temperaturas anómalas, por las lluvias.

“No solo se trata de un de asuntos sanitarios, sino también de acondicionamiento de suelo para evitar que suceda demasiada asfixia por exceso de agua; hay que mejorar los drenes para que el agua que caiga pueda ser evacuada lo más rápido posible del campo y evitar los aniegos, así como los excesos de humedad en los terrenos, que de por sí son medios arcillosos… Pero creo que muchas empresas en el norte están saliendo airosas de esta campaña, con muy buenos rendimientos que no esperábamos".

Agrego que "si vamos a tener una caída fuerte lo sabremos al final de la campaña, con el número de cajas exportadas, ahí se podrá dimensionar el impacto. Para ser honesto, en este momento creo que nadie tiene claro cuál es el impacto real de El Niño en esta campaña, en cuanto a perdidas de cajas; y si lo saben, guardan la información bajo siete llaves. En todo caso, al final de la campaña podremos evaluar los problemas y plantear estrategias entre todas las empresas, más allá del pronóstico para el 2024. Nosotros estamos trabajando en base al peor escenario que se pueda presentar de lluvias. Estos eventos climatológicos se van a repetir cada cierta cantidad de años y hay que aprender a convivir con ellos”, concluye.

 

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