Calor: Fenómeno El Niño impacta negativamente en la apicultura
Una forma práctica de contrarrestar los efectos del calor es colocar las colmenas bajo la sombra de los árboles para mantener la población sana y fuerte. También existe la alternativa de hacer la trashumancia que consiste en llevar las abejeras a campos con climas más frescos.
“El excesivo calor es muy dañino para las abejas al extremo de que podría matarlas. Debemos cuidarlas revisando las colmenas y colocar los apiarios en lugares con sombra o más templados”, comentó Liberato Torre Albino, especialista y apicultor del Servicio para el Desarrollo Integral Rural (SEDIR), institución que capacita a pequeños productores en el distrito de Moro en Áncash.
Estrés en flores, menos néctar
La ola de calor obliga a las abejas a buscar agua para llevar a las colmenas con la finalidad de enfriarlas. El apicultor debe colocar bebederos cerca de los apiarios y para evitar que las abejas se ahoguen se puede dejar algunas hojas o ramas en el interior del recipiente. Además, el instinto de sobrevivencia de las abejas hace que aleteen con mayor intensidad con la finalidad de refrigerar el interior de las colmenas para evitar que se derrita la miel y se pierda toda la cosecha. Aunque este sobresfuerzo aumenta el riesgo de mortandad de las abejas.
Los golpes de calor generan un estrés en las flores lo que provoca una disminución en la generación de néctar que las abejas deberían llevar a la colmena.
SEDIR realiza capacitaciones con su Programa de Formación Agropecuaria con temas como la apicultura y su desarrollo técnico y sostenible para una agricultura amigable con el medioambiente. Las actividades de SEDIR se desarrollan en el marco del proyecto de cooperación con el Servicio de Liechtenstein para el Desarrollo (LED).