ACADES 2024: “La experiencia de España en el desarrollo de proyectos de desalación y reúso puede ser un referente valioso para Chile”
Por ACADES
No sólo Chile o Sudamérica experimentan una compleja situación en las reservas hídricas. España también sufre de escasez de agua, en este caso agravada por la sequía y el cambio climático. Ante este escenario, la desalación y reúso de agua se han convertido en recursos fundamentales para el consumo humano, el desarrollo productivo y especialmente para la subsistencia de la agricultura en sectores como las provincias de Almería y Murcia.
Belén Gutiérrez, jefa de Departamento de Desalación I+D+I de GS Inima, quien expondrá en el Congreso Nuevas Fuentes de Agua para Chile organizado por la Asociación Chilena de Desalinización, ACADES, que se desarrollará en Santiago los días 20 y 21 de marzo de 2024, cree que a pesar de que nuestro país se encuentra en una compleja situación, tiene la posibilidad de lograr la seguridad hídrica mediante políticas públicas que hagan posible fijar a la desalación y el reúso como estrategias clave.
¿Cómo ven a la industria de la desalación y reúso en Chile? ¿Qué experiencias de España creen que pueden ser replicadas en Chile?
En Chile, la escasez de agua, agravada por la sequía, ha generado una demanda creciente de soluciones sostenibles. La desalación y el reúso son estrategias clave para abordar estas necesidades, y el sector del agua responde de manera proactiva para satisfacer esta demanda. La experiencia de España en el desarrollo de proyectos de desalación y reúso puede ser un referente valioso para Chile. España se ha enfrentado a desafíos similares en términos de sequías recurrentes y demanda creciente de agua, y ha implementado con éxito soluciones que podrían ser pertinentes en el contexto chileno.
Aspectos como la planificación de recursos hídricos, la eficiencia en la gestión del agua, y la implementación de tecnologías avanzadas en proyectos de desalación son puntos clave en los cuales España y las empresas españolas como GS Inima, han acumulado conocimientos significativos.
¿Cuál cree que debiese ser el rol del Estado en Chile para propiciar la seguridad hídrica?
El papel del Estado en Chile al actuar como facilitador y regulador, debe propiciar esta transformación en el sector hídrico. Chile debería desempeñar un rol proactivo al proporcionar las condiciones legales, de planificación y gestión necesarias que faciliten el desarrollo de grandes proyectos orientados a garantizar la seguridad hídrica del país. Esto implica establecer un marco regulatorio claro y coherente que fomente la inversión y la innovación en el ámbito hídrico, asegurando sostenibilidad y la responsabilidad tanto social como medioambiental.
Es fundamental que el Estado defina premisas claras y metas alcanzables en un marco temporal razonable. Establecer objetivos realistas y plazos definidos proporciona a las empresas la certeza necesaria para la planificación estratégica y la implementación de proyectos a largo plazo.
Es clave también que el Estado tenga un rol activo en la promoción de la investigación y desarrollo en tecnologías sostenibles relacionadas con la gestión del agua. Incentivar la colaboración entre el sector público y privado puede acelerar la adopción de soluciones innovadoras y fortalecer los desarrollos del país frente a los desafíos hídricos.
¿Puede contarnos cómo ha sido el trabajo de GS Inima con las comunidades de Regantes?
Con la construcción y las dos décadas de experiencia en la operación de la Desaladora de Carboneras, GS Inima ha desempeñado un papel vital al destinar el 70% de la producción de agua desalada de esta planta al regadío en Almería. Durante este tiempo, la empresa ha desarrollado un profundo conocimiento de la tecnología y los estándares de calidad requeridos para el riego.
GS Inima sabe lo importante que es comprender las necesidades y realidades específicas de las comunidades de regantes. Con este objetivo, hemos iniciado un proyecto de investigación destinado a explorar y comprender las diversas soluciones que se aplican en diferentes comunidades. La iniciativa nos permite trabajar de cerca con los regantes, identificar sus necesidades particulares y colaborar en el desarrollo de soluciones adaptadas.
¿Cómo han sido los resultados para los agricultores que usan agua desalada en sus campos?
El uso del agua desalada ha resultado ser un éxito para los agricultores en las comunidades de Almería y Murcia con las que hemos trabajado, logrando unanimidad de continuar utilizando este recurso. Los beneficios de agua desalada abarcan múltiples aspectos: económicos, sociales y medioambientales, consolidando así su posición como una solución integral.
Los agricultores han experimentado mejoras significativas en varios puntos clave: lograr un suministro de agua garantizado, independientemente de las condiciones climáticas; la diversificación de cultivos y una mejor calidad de los mismos, como consecuencia de la mejora en la calidad del recurso.
Otros factores positivos han sido: la garantía del agua, proporcionando a los agricultores la capacidad de adaptarse a las demandas cambiantes del mercado; la optimización y ahorro en el consumo de fertilizantes, al disponer de un agua de composición conocida y constante; protección y generación de empleo local; y la recuperación de los pozos, muchos de los cuales estaban agotados y proporcionaban agua de baja calidad, a un coste mayor.
¿De qué manera GS Inima puede aportar al desarrollo de una agricultura más sostenible en Latinoamérica?
La experiencia de GS Inima en el diseño, construcción y operación de instalaciones de agua desalada la sitúa como una empresa de referencia en el campo. Su profundo conocimiento de la tecnología y su historial de innovaciones en el sector de tratamiento de agua, nos permite ofrecer soluciones adaptadas y eficientes para satisfacer las demandas específicas de la agricultura en la región.
La producción de agua desalada no sólo garantiza un suministro confiable y de calidad, sino que también abre nuevas posibilidades para la implementación de prácticas agrícolas sostenibles. La disponibilidad de este recurso permite a los agricultores enfrentar desafíos como la escasez de agua y el cambio climático, contribuyendo así a la estabilidad y resiliencia del sector agrícola.