Por tratarse de cultivos bajo una condición de invernadero se utilizan variedades de hortalizas de crecimiento indeterminado, es decir, nunca dejan de crecer. Esto hace que las plantas sean altas y con crecimiento constante, como es el caso de algunas variedades de tomate, pepino y poroto.
Por ello, éstas requieren de un sistema de sujeción o soporte, manejar la densidad de plantas y foliar y, en algunas especies, se requiere de poda para asegurar un cultivo sano y productivo.
Importante resaltar que dicho sistema de soporte no debe anclarse a la estructura del invernadero, porque lo dañará el peso que llegará a soportar cuando esté en plena producción. Por ello, un sistema de soporte alto requiere ser instalado con postes o polines, con la suficiente firmeza para que sean capaces de mantener el peso de las plantas y los frutos.
Los postes que hacen de cabecera de la hilera deberán, además, tener un puntal interior, el que evitará que éste se incline con el peso.
En el caso de poroto indeterminado o poroto de guía, se recomienda la utilización de malla hortonova para que se guíe en forma natural por la malla, permitiendo una mejor distribución de los tallos laterales y, por ende, mejor exposición a la luz, favoreciendo la producción de frutos (Figura 1).
Figura 1. Sistema de conducción de poroto indeterminado en invernadero utilizando malla hortonova.
Esto se puede realizar dos a tres veces y luego se debe cortar, para fomentar el desarrollo de las guías laterales, aumentando considerablemente el rendimiento de esta hortaliza.
Las plantas se pueden mantener en producción desde diciembre hasta mayo o hasta que ocurren las primeras heladas que afectan el ciclo productivo. Para ello, nunca se deben dejar porotos sobre maduros en la planta, porque ésta, al generar semillas, deja de producir flores y comienza la etapa de senescencia (se seca).
En el caso de tomate y pepino indeterminado, se utiliza alambre grueso y tenso entre los polines, y de ellos se amarran las plantas con cinta gareta al iniciar la poda. A medida que van creciendo se van podando y guiando en la cinta (Figura 2).
Figura 2. Detalle del soporte y guía de pepino dentro del invernadero, destacando el buen sistema de sujeción del alambre donde se anclan las plantas.
La poda en hortalizas cultivadas bajo invernadero tiene como objetivo optimizar y mejorar el rendimiento y calidad de los frutos que se producen, esto dentro de los límites que la fisiología de la planta permite sin comprometer producción. Nunca se debe ir más allá de lo razonable en la eliminación de hojas y tallos, para evitar atraso en la producción y maduración de los frutos.
No olvidar que las hojas son el soporte nutricional de la planta, por lo tanto, pocas hojas resultan en un lento crecimiento. Por el contrario, el excesivo número de hojas es perjudicial desde el punto de vista sanitario, al no permitir una buena ventilación. Además, la planta tiene un gasto energético mayor para sólo producir desarrollo vegetativo.
Figura 3. Detalle de la planta de tomate, mostrando racimos florales y eje único.
Poda de tomate indeterminado: se realiza con el fin de asegurar un mejor rendimiento y facilitar el manejo de amarra y conducción de las plantas. Este manejo se debe iniciar desde temprano, cuando las plantitas están iniciando su crecimiento después de haber sido trasplantadas.
El tomate genera racimos florales que se desarrollan en los entre nudos de las plantas. Esto implica que mientras un racimo está en crecimiento de sus frutos, otro más arriba en la planta está siendo polinizado y otro más arriba esta recién formándose. Por eso se dice que el tomate se cosecha por pisos, porque se considera que cada racimo de fruta constituye un nivel de producción.
1. Las plantas de tomate indeterminado se podan a un eje central, es decir, solo se deja un tronco o tallo para soporte de la planta.
2. Se debe comenzar dejando los primeros 20 cm del tallo de la planta libre de hojas, el corte se realiza con tijeras (Figura 4).
3. En las axilas desde donde nacen las hojas siempre saldrá un brote axilar, también llamado “chupón”. ¡Se deben eliminar todos estos brotes!
Figura 4. Detalle del corte hojas basales y brotes axilares.
4. Es posible que, en las hojas basales y más cercanas al suelo, que ya se han cortado, el brote axilar salga más tarde, igual se debe eliminar.
5. El brote axilar o chupón se puede eliminar con la mano cuando es pequeño o se corta con tijeras cuando es más grande. Las tijeras deben ser desinfectadas entre la poda de una planta y otra, para evitar la transmisión de posibles enfermedades. Esto se puede realizar con agua mezclada con cloro.
6. Los racimos florales salen de los entre nudos, es decir, entre una hoja y la otra, por lo que no es difícil diferenciarlos del resto de la planta. Estos racimos se dejan, nunca se eliminan.
7. Cuando los racimos florales tienen muchas flores (lo ideal es entre 5-6 frutos por racimo) se puede realizar un raleo de flores, cortando el racimo floral y dejando unas 6-7 flores. Más tarde, cuando la cuaja sea evidente se puede ralear frutos dejando sólo los necesarios, 5-6 por racimo.
Por lo general, una vez cuajado el racimo se podan las hojas hasta por debajo del racimo inferior, desde ahí hacia arriba se dejan las hojas y se retiran sólo los brotes axilares, esto con la finalidad de proteger los frutos de golpe de sol. Una vez cosechada la fruta de este racimo se eliminan las hojas hasta debajo del siguiente racimo.
8. No se debe cortar la punta de crecimiento o ápice, ya que es el eje central de la planta y es también como su nombre lo dice, la punta que crece.
9. El manejo de poda se debe realizar semanalmente para que los brotes axilares no crezcan en exceso y sea fácil el manejo de las plantas.
10. Los tomates podados “no se despuntan”, lo que sí se puede hacer es ir corriendo la amarra para que las plantas no se quiebren con el peso. Además, a fines de marzo se pueden eliminar los racimos que ya no tendrán posibilidad de llegar a término, dejando sólo los que podrán madurar en el período de un mes hasta fin de abril.
Todo material vegetal eliminado de la planta producto de la poda, así como las hojas enfermas, deben ser retirados del invernadero y agregados al vermicompost.
1. La poda de pepino se realiza de la misma manera que el tomate, la diferencia está en la ubicación de las flores, ya que en pepino no hay racimos florales sino flores individuales que se encuentran ubicadas en las axilas de las hojas, al igual que los brotes axilares, por lo que hay que ser cuidadoso al cortar los brotes axilares o chupones (Figura 5).
2. La variedad de pepino que se utiliza, por lo general, es del tipo partenocárpico, es decir, no tiene semillas. Esto significa que sólo producirá flores femeninas y que todas potencialmente serán pepinos para consumo.
Todos los brotes axilares deben ser eliminados. Es mejor dejarlos crecer un poco, dado que en el mismo lugar aparecerán las flores y, de no tener cuidado, se eliminará flores y brotes.
3. El trabajo de poda debe ser realizado con frecuencia semanal, dado que el crecimiento de brotes laterales es muy rápido. Descuidarse con la poda puede afectar el volumen de la producción, ya que la planta deriva energía al nuevo crecimiento y no a la producción de frutos.
Las plantas no se despuntan y se deja crecer la guía principal. Cuando llega al tope del sistema de conducción (alambre) se corre la amarra hacia un costado, alargando la extensión de la planta. Cuando nuevamente llega al tope se vuelve a correr.
Lo normal es dejar que la planta se forme de acuerdo con su forma natural de crecimiento vegetativo. Esto, por lo general significa que la planta tendrá 3-4 tallos, bifurcándose éstos a su vez a partir del punto donde se genera la floración.
1. Ramas principales: la primera decisión que se debe tomar es elegir cuántas ramas principales se quiere que tenga la planta de pimiento. Lo normal es dejar dos, tres o cuatro, pero mientras más se dejan es más lento el desarrollo de frutos por la cantidad de ramas laterales productivas.
2. Poda de formación, eliminación de brotes en el tronco: se recomienda eliminar todos los brotes que nacen en el tallo principal de la planta hasta la cruz o primera bifurcación (Figura 7). Esto favorecerá el crecimiento y desarrollo de las ramas productoras de frutos.
3. Eliminación de hojas en el tronco: deben eliminarse aquellas hojas que estén en la parte baja de la planta rozando el suelo. Como también el exceso de hojas centrales para mejorar ventilación y luminosidad en el centro de la planta.
4. Eliminación de chupones: todos los que nacen en la parte axilar del tallo deben ser eliminados, ya que son tallos improductivos, es decir, no producen frutos.
5. Poda de producción, aclareo de hojas en tronco y ramas: cuando se aprecia que las hojas que hay en el tallo principal, hasta la primera bifurcación, están muy envejecidas o enfermas, deben ser eliminadas. Este aclareo se hará de forma regular durante todo el período productivo.
6. Raleo de frutos: es frecuente que en la primera bifurcación o cruz aparezca una primera floración que da lugar a frutos muy grandes. En ocasiones se suprimen dichos frutos para evitar que perjudiquen al desarrollo de los posteriores. También es decisión del productor ralear más o menos frutos para favorecer el calibre de los restantes.
7. Despunte de los ápices de crecimiento: se realiza en plantas con mucho vigor y excesiva vegetación para forzar la aparición de nuevas flores y adelantar la maduración de los frutos.
Se debe aclarar que la zona de producción de flores es en la bifurcación de las ramas, es ahí donde se debe tomar la decisión de cuántos troncos o ramas dejarle a la planta para su producción. Recordando que, a menor cantidad de ramas hay producción más temprana, pero en menor cantidad, y a mayor cantidad de ejes o troncos (3-4) mayor producción, pero un poco más tardía y de menor calibre los frutos obtenidos.
En pepino la cosecha se realiza, dependiendo de la variedad, cuando los frutos tienen un largo aproximado de 20 a 25 cm, la superficie no debe estar lisa sino levemente rugosa, aún deben estar las espinas y en la punta no deben estar amarillas las estrías que nacen de la flor seca, la que debe estar aún pegada al fruto.
En tomate, la cosecha se realiza cuando el fruto ha alcanzado un color rojo intenso y al tacto está firme, pero no duro. Dependiendo de la variedad y el tipo de tomate, si es larga vida o estructural, este último se puede cosechar cuando están “pintones”, es decir, comenzando a adquirir color. En cambio, el “larga vida” puede estar rojo, pero inmaduro, por lo que deberá estar firme, pero no duro.
Para poroto verde las vainas deben estar plenamente desarrolladas, según sea la variedad, y las semillas apenas visibles, sin protuberancias que se distingan en la vaina. En el caso de pimentón verde o el color que presente la variedad escogida, debe estar con pleno desarrollo. Deben sentirse firmes y crujientes al apretarlas levemente, y con su piel brillosa.
Algunos mercados, las prefieren cuando están completamente rojas al madurar (amarillas, anaranjadas, púrpuras o marrón en algunas variedades).
Para éstas se recomienda como índice de cosecha la coloración completa según la variedad. Cuando se cosechan en su etapa madura (verdes, rojas u otro color) se requiere un mejor manejo del cultivo para evitar golpes de sol. La postcosecha para ellos es más delicada por ser estos más susceptibles a daños físicos por la turgencia del fruto.
- Todas las hortalizas de fruto mencionadas deben ser trabajadas con delicadeza para no dañar las plantas.
- En caso de no poder hacer almácigos, se pueden adquirir con plantineras reconocidas para asegurar la calidad de los plantines y debe cerciorarse de adquirir la variedad adecuada a su realidad productiva. Infórmese y consulte a su asesor.
- Prefiera lo pepinos sin semilla o partenocárpicos, son más productivos y precoces.
- Al pimiento se le puede hacer una espaldera similar a la de frambuesa, pero en tamaño pequeño. Eso asegurará que no se desganchen por el peso.
Se denominan sistemas de riegos al conjunto de estructuras y procesos que permiten aplicar agua al suelo, generalmente para proporcionar suficiente hidratación a un cultivo.
La flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima), también conocida como poinsettia, es una de las plantas más icónicas de la temporada navideña. Sin embargo, mantener su belleza y garantizar su crecimiento saludable requiere atención y cuidado específico.