Costa Rica: Fenómeno de La Niña y su impacto en la fruticultura
El fenómeno de La Niña es conocido por tener temperaturas frías y perdurables, si se le compara con El Niño, ya que este se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente calientes sobre la zona ecuatorial del océano Pacífico.
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En ese contexto, conversamos con el meteorólogo, ex investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR), Álvaro Brenes, quien indicó que el fenómeno de La Niña es preocupante, por el hecho de que el Océano Atlántico, el Mar Caribe y el Golfo de México se van a mantener más caliente de lo normal. “El fenómeno de El Niño comenzó en abril del 2023, el cual se proyecta en base a los modelos matemáticos, que indican que desaparecería en abril del presente año”.
Por su parte el director de la Alianza para la Sostenibilidad Agrícola (ASA), Jorge Cartín comentó que debido a La Niña “el consumidor final también va a tener impacto, pues si los rendimientos bajan y los costos de producción suben, inminentemente los precios de los productos agrícolas en los puntos de venta estarán al alza”.
En ese sentido Brenes, indicó que los meses más intensos en Costa Rica serán setiembre, octubre y noviembre, “nos espera una situación catastrófica para el Pacífico, inundaciones en Guanacaste, en Parrita, un posible desbordamiento del Térraba, deslizamientos en la Zona de Tarbaca, mucha lluvia en la zona de Los Santos y en Puriscal; zonas cafetaleras como Naranjo y Grecia, recibirán mucha lluvia, mucha humedad, todo esto propicia el desarrollo de enfermedades en las hojas del grano como La Roya y otras afectaciones más”.
El meteorólogo explicó que este fenómeno meteorológico interrumpe la producción de una amplia gama de productos agrícolas, “por lo que la prevención por parte del sector es de vital importancia, para evitar pérdidas masivas de cultivos”.
Frutales
Las cambiantes condiciones climáticas impactarían en los frutales de Costa Rica. En esa línea, Brenes explicó que la piña y los cítricos se verían afectados, “porque se pronostica una Niña muy intensa, alcanzando su máxima intensidad en septiembre y octubre. Se proyecta que el pacífico centroamericano va a estar muy lluvioso y parte del caribe centro americano estará muy seco”.
El meteorólogo agregó con estas condiciones La Niña se va a manifestar con sus características normales, “pero intensificadas debido al contraste térmico. En abril – mayo entramos en una transición muy rápida, de alrededor de un mes”.
“Muchos cítricos de la zona norte de Costa Rica se pueden ver afectados. En el caso de la piña se tiene que defender del exceso de radiación solar y el contraste de temperaturas. En los meses de junio a octubre podrían tener incidentes aislados de lluvias intensas. Pero en general se proyecta que en promedio estará más seco de lo normal en las zonas piñeras”, indicó Brenes.
Cartín añadió que el banano se puede ver afectado por el aumento de la presencia de insectos como picudo. “El melón, es otro de los frutales que se puede ver afectado por las labores de aplicación, debido a las altas precipitaciones. Desde septiembre comienzan las preparaciones de terreno, por lo que la planificación para la siembra se puede ver significativamente alterada”.
Piña
El director de ASA comentó que el 21% del área de la piña se encuentra en el litoral pácifico, por lo que será una zona con alta probabilidad de precipitaciones. “Por lo cual los problemas que podamos anticipar, especialmente de hongos y bacterias potencialmente se van a incrementar”.
Enfatizó que la piña además es susceptible a quemas de sol, “una práctica que realizan los agricultores es la utilización de protectores solares, para disminuir la incidencia provocada por los rayos del sol”.
Recomendaciones
Cartín señaló que los agricultores han pasado por situaciones semejantes, “pero todo apunta que el 2024 será más intenso. Si ya sabemos que el clima va a ser así, tenemos que aprender de años anteriores, cuáles fueron las lecciones, cuáles son los terrenos en los cuales históricamente hay problemas de inundaciones”.
Jorge Cartín recomendó a los agricultores a anticiparse y prepararse para el fenómeno de La Niña. “Cuando tenemos la bendición que, en Costa Rica, casi que se produce 24/7 todo el año, entonces muchas veces no nos preparamos de forma eficiente”.
El director de ASA finalizó diciendo que es importante que se fortalezca el acompañamiento y asesoramiento preventivo y anticipado del Ministerio de Agricultura (MAG) hacia los agricultores, “debe de existir un compromiso de todas las áreas para buscar disminuir el potencial impacto negativo de La Niña, y dentro de los roles de extensión agrícola el papel del MAG es clave, especialmente para los pequeños y medianos productores”.